Capítulo 009

2250 Words
Cuando levantaron al infractor, en ese momento todos los presentes se dieron cuenta de un detalle importante... El joven tenía heterocromia, uno de sus ojos era de color verde mientras que el otro era oscuro como la misma noche. El desconocido aprovecho la oportunidad de tener la atención de Paolo para comunicar su nombre sin necesidad de emitir sonido. - Alexander, es mi nombre. - ¡¿ALEX?! - Sin poder evitarlo el joven heredero grito causando que todos lo miran. (...) Unas cuantas hebras de color miel estaban sobre sus ojos marrones. Se encontraba sentado sobre la rama de un árbol cercano a la plaza central de aquel pueblo que estaba azotando con la fuerza de su organización por los metales únicos que se extraían en ese lugar, su mirada estaba sobre el cuerpo de una persona que se acercaba cabalgando de manera lenta. - Shadow. - Escucho la voz chillona de Asterin, quien era la segunda al mando. - Es una humana, nos informaron que viajaba con unos soldados de este Imperio hasta hace cinco kilómetros antes del pueblo. - Hmm. - Una suave sonrisa apareció sobre sus labios algodonados, inclino su cabeza al lado derecho causando que uno de sus zarcillos largos sonara. - La pequeña Emperatriz parece estar enojada conmigo después de tomar unas cuantas joyas. - ¿Cuáles son sus ordenes? Shadow cerro sus ojos felinos mientras pensaba, sus cejas espesas se juntaban en una mueca de desagrado a medida que iba descartando ideas en su cabeza. Fue un período corto de tiempo, aproximadamente unos dos minutos, cuando el hijo de la noche tenía una amplía sonrisa sobre sus labios. Sus ojos negros como la noche anunciando un peligro, giraron para ver a la mujer de piel albina que estaba delante de su persona, los hombros delicados de la menor se encogieron en su lugar debido a la mirada de su padre adoptivo. - Hija. - Un escalofrió recorrió la espalda de la menor, cuando su padre la llamaba de esta manera significaba que tendría bastante trabajo en su futuro. Las manos un poco ásperas del mayor se acercaron a su cabello, jugando con las ligeras ondas poco marcadas de su cabello color miel. - ¿Por qué no juegas un poco con ella? Tienes rienda libre para usar tu habilidad. Una sonrisa de oreja a oreja apareció sobre el rostro de Asterin, aunque no era un vampiro completo como su tutor, su habilidad especial despertó en la ultima misión que tuvieron. La joven de ojos heterocromaticos, un ojo del color turquesa y otro de color verde jade, no puedo evitar saltar en su lugar conmovida por la emoción. Sus ojos brillantes de entusiasmo miraron al hombre que estaban de brazos cruzados, sin pensarlo demasiado salto sobre él para abrazarlo como agradecimiento por permitirle practicar. - Eres el mejor padre del universo. - Asterin no pareció estar incómoda aunque Shadow se negara a corresponder su abrazo, era algo normal en su mentor. - ¡Prometo realizar un buen trabajo, no te voy a decepcionar! - La dulce voz de Asterin resonó en el lugar causando que los otros integrantes de BlackDog que volaban como murciélagos se quedaran observando en silencio debido a ese comportamiento infantil. - Estoy seguro que lo harás bien, ahora deberías de aprovechar que esta más próxima tu vista. - Dijo apartándola de su cuerpo. La joven asintió enérgicamente con su cabeza, cerro sus ojos dejando que una nube de humo n***o la rodeara mientras se convertía en un pequeño murciélago con sus ojos peculiares, cuando la transformación estuvo culminada se apresuro a volar a la plaza central en silencio. - Asterin, es la única que se puede atrever a ser semejantes actos infantiles ante la presencia del líder sin morir. - Dijo uno de sus soldados. Shadow volvió a recostarse en el tronco del árbol mientras estaba suspendido en una de las ramas, arremango su camisa de vestir color gris hasta los codos dejando los tatuajes de llamas de color n***o, que contrastaban bien con su piel albina, que terminaban en su dedo anular. - Mientras esa niña sea útil, competente y sumisa... El líder dejara que actué como ella desee. (...) El corcel de la mujer de cabello rubio se detuvo en la plaza del pueblo debido a que la joven jalo las riendas, sus ojos estaban escaneando su entorno debido a que desde aproximadamente un par de minutos se sentía el triple de vigilada. Sus ojos oscuros se detuvieron en un árbol cercano, sentía la presencia de un ser en una de las ramas pero por más que lo intentara era incapaz de verlo, cerro sus ojos unos cuantos minutos antes de suspirar. - Vamos a detenernos aquí, pequeña. - La suave voz de Oliva, era lo único capaz de ser escuchado en el lugar. - Estas haciendo un gran trabajo, sin duda en casa te voy a recompensar bastante bien. - Comento acariciando el cuello del animal, que estaba segura, sonreía con orgullo. - Tendrás unas buenas cantidades de heno. En respuesta, el caballo relincho con entusiasmo. Olivia volvió a acariciarla en el costado antes de bajarse con rapidez, el silencio era suficiente para permitirle escuchar con atención su propia respiración. Sus botas chocaban con las piedras del suelo mientras caminaba hasta la fuente que por alguna razón estaba carente de agua, no muy lejos de su persona fue capaz de escuchar los chillidos de un murciélago. Era molesto, pero no demasiado. Sintió una presencia sobre su cabeza, prefirió ignorarla. Cuando la joven rubia bajo la cabeza encontró unas cuantas manchas de sangre sobre las piedras, apenas era visible e incluso una persona que no estuviera familiarizada con el vital liquido sería incapaz de darse cuenta de su origen. Chasqueo su lengua, empezó a activar su mana sintiéndolo correr por sus venas como un río tormentoso, susurro unas palabras simples creando un orbe de luz turquesa para ver mejor la mancha de sangre. Eran dos manchas de sangre, una de color vinotinto y otra de un color que no podía descifrar. Rápidamente realizo una suposición, esa sangre de color extraña tenía que provenir de uno de esos Vampiros. Se incorporo rápidamente para seguir con el reconocimiento pero en ese momento un olor a rosas así como a fuego bastante fuertes golpearon su nariz. - Esto tiene que ser alguna especie de somnífero, carajo.- Rápidamente llevo una de sus manos hasta su nariz perfilada, pero era tarde. Las náuseas golpearon su cuerpo con fuerza, su cuerpo perdió el equilibrio y sus rodillas flaquearon causando que su cuerpo terminará en el suelo de piedra con la visión borrosa. Escucho unos cuantos pasos acercarse hasta su persona, así como risas burlonas al ver la rápida reacción de su cuerpo humano con aquello que había olvidado. La Emperatriz volvió a chasquear su lengua mientras su mente comenzaba a nublarse, rápidamente resisto un conjuro logrando que una fecha elaborada de su propio mana volará en dirección de sus hombres. Las botas de Shadow resonaron por unos cuantos minutos sobre las piedras, cuando estuvo de espaldas del cuerpo femenino una suave sonrisa apareció sobre sus labios. - ¿Tomará su cuerpo? - Esa pregunta de uno de sus hombres causo que rodará los ojos. - Detesto obligar a las personas a realizar cosas que no desean. En ese momento Asterin que estaba volando a su lado se convirtió a su apariencia anterior, cuando aterrizó en el suelo de cuclillas colocando una de sus manos sobre el suelo. Sus ojos distinguieron las manos tatuadas de su tutor dentro de su chaqueta, en cuestión de minutos, Shadow saco una de las dagas y sin ver la lanzó directo al corazón de su subordinado que comento esa estupidez. El lugar empezó a llenarse de burlas del muerto, quien empezaba a convertirse en polvo lentamente. El hombre de cabello color miel empezó a caminar hasta estar cercano al rostro de Olivia quien estaba realizando un gran esfuerzo por permanecer despierta. Se acercó hasta uno de sus oídos para poder susurrarle un secreto. - La situación será peor si no permites dejarte arrastrar por la magia de mi hija. - Uno de sus dedos largos tomo un mechón de cabello, jugando tiernamente con sus bucles en un pequeño acto de intimidad. - Dudo mucho que desees experimentar tus odios, ojos y labios escupir sangre. - Te mataré... - Dijo con su voz temblorosa debido a empezar a ser vencida por su propia soñolencia. - Te matare, te hare conocer el mismismo inferno por atreverte a invadir mis tierras y atacarme directamente. - Estoy ansioso por ver ese resultado, sweetie. - Las palabras de Shadow causaron que la ira en el cuerpo de Olivia aumentara. - Eres.... Su voz se apago gradualmente, aunque la Emperatriz fuera una mujer preparada para enfrentar este tipo de cosas e incluso pudiera resistir al dolor físico más que sus soldados, su cuerpo era humano, en consecuencia, tenia sus límites. La carcajada del hombre tatuado causo que sus subordinados lo observarán detenidamente, sus ojos oscuros observaron a su hija quien se limitó a asentir como repuesta, captando rápidamente la orden. Asterin se acercó a pasos tranquilos, sujeto las mejillas contrarias para depositar un tierno beso en la frente del líder de la mafia, el joven se arremango la camisa gris hasta los codos antes de recostar su espalda sobre la fuente detrás de ellos. - Estarán conectados, ambos podrán ver un vistazo de su futuro pero... - La joven por unos cuantos minutos ladeo la cabeza, era la sexta vez desde que había desarrollo sus poderes que Anielka le ordenaba realizar este tipo de cosas. - Me gustaría saber la razón, padre. - Cuando la descubra, te la hare saber. (...) Los ojos dorados de Anielka divisaron la figura esbelta de la Reina del Imperio de Impure, la mujer estaba sentada sobre su cama usando un vestido de tirantes de color rojo elaborado de una seda extremadamente costosa, la joven monarca se encontraba leyendo con atención unos papeles que él podía deducir debían ser cosas de la administración. Era capaz de sentir como la sombra de una sonrisa aparecía sobre sus labios, tenía que admitir que los rumores sobre la belleza extraordinaria de la Emperatriz de Impure no eran capaces de estar a la altura de la mujer. Ella parecía estar sumergida en su propio mundo. Anielka tomo la oportunidad para acercarse usando su velocidad vampira, uso su fuerza para sujetar entre sus manos el cuerpo contrarió, en cuestión de un parpadeo para la joven de largos cabellos dorados, Olivia se encontraba acostada sobre su escritorio de madera con un cuerpo masculino con hombros anchos sobre su persona. La mujer de ojos negros estuvo aturdida por unos cuantos minutos antes de percatarse quien era el dueño de esos ojos felinos fríos como el hielo del noreste de sus tierras. - Anielka... - Susurro su nombre en voz baja, únicamente para que ambos pudieran escucharlo como si se trata de un pequeño secreto. - Eres un vampiro travieso, te ordene que no aparecieras en mi habitación esta noche. El líder de la mafia nunca fue capaz de sentir empatía por nadie, incluso antes de convertirse en un vampiro a sus veinticinco años de edad.* En su lugar, disfrutaba causar dolor o mirándolo ante sus ojos. No estaba seguro la razón por la cual su corazón latía de manera apresurada por la vista que tenía ante sus ojos, pero desde el momento que observo a la reina por primera vez nació un deseo salvaje por poseerla. - Deja de trabajar, es media noche. - Su voz gruesa lleno el ambiente. - Estoy ocupada, vete de mi habitación. - Su repuesta causo una suave sonrisa sobre sus labios delgados - Mi hermosa Reina de hielo, ¿Te he dicho lo hermosa que eres cuando estás debajo de mí? - La pregunta logro causar que Olivia levantará una de sus cejas, su curiosidad acaba de ser atrapada por los trucos del Vampiro. - Tu hermoso cabello como ondas esparcidos sobre el escritorio de madera, tus labios entre abiertos, las pecas sobre tu nariz... Y ese olor. - Su brazos repleto de tatuajes sirvió de apoyo para evitar aplastarla mientras acercaba su nariz hasta el hueco entre su hombro y cuello. - Tu olor a neblina y Ron me embriagan más que cualquier licor El hombre de cabello oscuro, pudo observar la resistencia aún existente. Era menor que antes, pero aún estaba presente. - Estoy sediento. - Confesó con los ojos cerrados inhalando el olor de la joven. - No tengo tiempo... - Las suaves manos de la chica se posaron sobre su pecho desnudo. Sin poder evitarlo, empezó a acariciar sus abdominales - ¿Me dejaras sediento? Olivia, mi hermoso Reina... ¿Después del trabajo que tuve que realizar? - La culpa, era la mejor arma, su lengua larga se poso sobre el cuello blanco causando escalofríos a la mujer. - Soy inmortal, pero aún así necesito comida... - Estoy... - Sus palabras quedaron a medias, cuando sintió un par de dedos intrusos en su interior. Los dedos de Anielka causaron que Olivia arquera su espalda, su respiración empezó a ser pesada e irregular e incluso cerro sus ojos. Una sonrisa arrogante apareció sobre los labios del hombre, sus dedos se movían como tijeras causando estragos en su ser buscando lubricarla de manera natural. - Alimentarme... - Susurro en el lóbulo de su oído, antes de morder su cuello
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