un dragon en la desesperacion del amor

Encontré un nuevo trabajo

― la empresa está a punto de irse a la quiebra, si no encuentro una solución, esto se vendrá abajo ― hablo Rafael alarmando a Salomé justo en el momento que tiene que irse a su nuevo trabajo y hogar.

― ¿Habrá algo que se pueda hacer? ― preguntaba Salomé con un poco de esperanza.

― No lo sé, necesitó seguir trabajando hija para levantar la empresa ― dijo su padre tratando de sonreír. ― ¿Ahora bien, hija, que era lo que necesitabas contarme? ― preguntaba su padre tratando de sonreír.

― Iré a estudiar mi segunda carrera, padre en Sevilla ― dijo Salomé mintiendo, tenía que hacerlo, sabía que su padre no le permitiría que fuera niñera.

― Está bien hija, me alegra que te hayas quitado la idea de la cabeza de ser niñera ― dijo su padre sonriendo.

― Si papa será un tiempo después, estaré de regreso ― dijo Salomé se sentía mal por mentirle, pero lo veía sumamente necesario.

Al salir de la empresa decide ayudar a su padre para evitar que la empresa se fuera a la quiebra yéndose a la casa a recoger las maletas que su amiga Jade le preparo, se despide de ella tomando un taxi para ir a la casa del ogro de Guillermo o mejor dicho el dragón de piedra, ya que él era de China Hong Kong para ser exactos en el camino por extraña razón pensaba en él.

Al llegar ella baja del carro tocando la puerta esperando ser abierta, ella entró aquella casa que a partir de ahora será su hogar siendo recibida por el señor Guillermo.

― Venga conmigo, le enseñaré su habitación ― hablo Guillermo de la manera más fría posible.

― ¿Puedo ayudarlo? ― preguntaba Salomé por lo que él niega con la cabeza, él podía subir arriba en una rampa que habían hecho especialmente para él.

Una vez arriba Guillermo le enseña su habitación y por su puesto a la niña que tenía que cuidar Salomé se queda sonriendo aquella niña que era china como su papá, pero estaba siendo criada en España, ya que después del accidente él no quiso volver a ir a su País decidiendo quedarse en España Madrid.

― La niña dormirá con usted, puesto que mi hija necesita de cuidados ― dijo Guillermo, por lo que Salomé asiente haciendo que él se saliera de la habitación de aquella chica yéndose a su habitación revisando la computadora para investigar a la niñera tenía que estar seguro de quien era... ― Veamos quién es Salomé Alvarado ― dijo entre sí Guillermo investigándola.

[Salomé Alvarado hija de Rafael Alvarado y de Evelyn Mendiola graduada en la universidad del sur de Madrid como administradora de finanzas y recién egresada a la facultad de pediatría su padre tiene una empresa de ropa llamada la moda de ensueño actualmente su empresa está yendo a la quiebra] ― Eso es todo lo que necesito saber por ahora ― murmuraba Guillermo entre sí dejando su computadora para checar los trabajos de las empresas que tenía pendientes para que cuando llegue a la empresa no tenga pendientes y se dedique a buscar socios que quieran invertir en una de sus tantas empresas.

Pasaron los meses Salomé se había apegado a la niña tanto que comenzaba a quererla como su hija mientras que ella había mandado a su padre el informe de finanzas para salvar la empresa de su padre mientras que Guillermo quería quedarse con la empresa de Rafael a como diera lugar quiso llegar a un acuerdo, pero al no llegar a ningún acuerdo manda a su secretario a mandar un documento haciendo un fraude en la empresa del señor Alvarado metiéndolo en un pólder donde tenía los demás documentos que el señor Rafael iba a entregarles más tarde él toma los papeles pensando que estaba todo en orden entregándolos a Guillermo que esperaba en la sala de juntas.

― Señor Altamirano le entrego las finanzas de mi empresa ― dijo Rafael, sudando de nervios.

― Bien ― dijo Guillermo poniéndose sus lentes para ver aquel informe, por lo que frunce el ceño, ya que había detectado aquel fraude. ― ¿Señor Alvarado, su hija hizo este informe? ― preguntaba incrédulo Guillermo.

― Si es para salvar la empresa ― dijo Rafael de vuelta.

― ¿Para Salvar la empresa o para robarme? ― preguntaba Guillermo azotando los documentos.

― De ninguna manera le robaríamos, mi hija sería incapaz de algo así ― dijo Rafael justificando su falta.

― Claro y yo soy un tonto señor Alvarado, aquí claramente se ve que ustedes me están haciendo un fraude a mi empresa― dijo Guillermo encolerizado.

― Nosotros seriamos incapaces de robarle ― dijo Rafael, tartamudeando, ya que no sabía que más decir.

Por lo que Guillermo decide marcharse de la empresa fingiendo molestia yendo a denunciar a Rafael Alvarado y a Salomé por fraude en las finanzas para después ir a casa gritándole a Salomé con furia, sin embargo, una llamada de China lo interrumpe era su madre quien hace meses no sabía de su hijo.

― Hola Hijo, ¿cómo estás? ― preguntaba su madre al otro lado de la línea.

― Hola mama ― dijo Guillermo, un tanto frío.

― ¿Por qué no te devuelves a China? Hace meses que no sabemos nada de ti después del accidente ― dijo su madre preocupada por su hijo.

― No quiero volver a China, todo de ella me recuerda, además de que soy un inválido ― dijo Guillermo decepcionado y desesperado.

― Tienes familia, hijo, tú solo quisiste llevarte a la niña cuando aquí podríamos educarla, ayudarte ― dijo su madre tratando de convencerlo.

― No quiero lastimar de nadie, no quiero volver a China, no quiero recordarla y recordar el día que me fui a esas malditas vacaciones en Tailandia ― respondió Guillermo con cierto tono de tristeza. ― Si no me hubiera ido a esas vacaciones, mi familia estaría a mi lado y no estaría huyendo a un país ― respondió Guillermo desesperado, dejando a su madre callada mientras que él colgaba la llamada.

Limpiándose las lágrimas que corrían por su mejilla para después ir a buscar a Salomé que se encontraba jugando con la niña.

― Señor Altamirano ― dijo ella poniéndose de pie al verlo.

― Quiero que te largues de esta casa si no quieres que te meta a la cárcel junto con tu padre ― dijo Guillermo furioso por lo que ella se sorprende, pues no entendía qué estaba sucediendo.

― ¿Qué? ― preguntaba Salomé sorprendida.

― tú y tu padre me han intentado robar, no cabe duda de que son un par de ladrones ― respondió Guillermo, dejando sorprendida a Salomé que no entendía qué estaba pasando.

― Yo no sé de qué me está hablando, señor Altamirano ― dijo Salomé nerviosa, ya que le daba miedo la mirada de Guillermo.

Puesto que él, le avienta los documentos haciendo que ella se agachara a mirarlos, no entendía qué estaba pasando por el fraude, sin embargo, no quería pisar la cárcel, menos su padre haría lo que fuese necesario para evitar que su padre pisara la cárcel. ― Señor Altamirano le pido que me deje encontrar una solución en remediar esto, por favor le ruego que tenga piedad, no quiero a mi padre en la cárcel ― decía ella rogando para que Guillermo no fuera con la policía.

― ¿Que estaría dispuesta a hacer por mí? ― pregunto Guillermo sonriendo un tanto manipulador.

― Lo que sea ― dijo Salomé titubeando. ― Con tal de que mi padre no pise la cárcel puedo trabajar de por vida con usted sin sueldo ― dijo Salomé inquieta y desesperada.

― Cásate conmigo así tu padre será librado del fraude y por supuesto trabajará en la empresa, de lo contrario él se pudrirá en la cárcel ― dijo Guillermo sonriendo con un poco de malicia.

― Debe haber otra forma, me niego a casarme con usted ― respondió Salomé decidida.

― Bueno entonces contrata a un buen abogado porque lo necesitara ― contesto Guillermo molesto. ― Haré que tu padre se pudra en la cárcel y muera dentro ― respondió Guillermo haciendo que Salomé lo mirara con miedo llorando de desesperación, ya que ella había puesto entre la espada y la pared, él estaba por irse por lo que ella reaccionó al ver que se iba.

― ¡Me casaré con usted! ― grito Salomé haciendo que él sonriera con algo de Malicia, puesto que la tendría en sus manos, haciendo lo que él ordene tratándola como una esclava.

― Sabía que tomarías esa decisión, ya veo que tu padre es importante para ti en tres días te casaras conmigo y él quedara libre de todo y lo ayudaré a que su empresa suba de ganancias ― respondió Guillermo, dejando sola a Salomé, quien ahora estaba en un mar de lágrimas al saber que le esperaba un infierno por él.