—Mamá, él esta en mi habitación, quiere hacerme daño.
La pequeña niña de 10 años había entrado al cuarto de sus padres aterrada por alguna extraña razón. Sus padres siempre estaban preocupados por el miedo de su hija, su padre cada vez iba a la habitación de ella, pero nunca encontraba nada malo, pero para tranquilizarla, la dejaban dormir con ellos.
Cada noche era lo mismo y sus padres estaban mas preocupados, por lo que decidieron llevarla con Psicólogos, pero todos decían lo mismo, que solo era producto de su imaginación ocasionando que sufriera pesadillas. Así pasaron los días y la niña no mostraba mejoría, por lo que por unos meses ella dormía con su madre y su padre dormía en la habitación de la niña.
Una tarde la niña junto a su madre caminaban tranquilas por un parqué, donde se encontraron con una mujer que al instante fijo su vista en la niña, esa mujer era una Bruja.
—Ella esta en la mira de un Vampiro.
La madre de la niña no podía creer lo que había escuchado, ellos siempre habían estado creyentes de la existencia de otros seres, así no los vieran. Esa tarde la bruja le dijo todo lo que la niña estaba pasando cada noche en su habitación y la única manera era irse de ese lugar en la madrugada, después que el vampiro se halla ido y para que él no se enterara ella los ayudaría con su magia.
Esa noche la niña durmió en su habitación, sus padres aseguraron las ventanas evitando que ese vampiro entrara. Para cuando llegó la madrugada ninguno había dormido bien, la bruja hizo uso de su magia para borrar todo rastro de ellos y que no los siguiera jamás.
Así ella comenzó una Nueva vida.
Dos años después, justamente una semana después que ella cumplió sus 12 años, ella comenzó a sentirse observada en las noches. Todo el asunto del vampiro lo habían olvidado y no habían vuelto a hablar de eso y ella no quería mencionar eso nuevamente por miedo a alternar la paz de sus padres.
En una noche, una calurosa noche, a ella se le ocurrió pararse y abrir su ventana con el fin de refrescar su habitación. En cuanto ella se acostó dispuesta a dormir, algo o mas bien, alguien, no se lo permitió. Nuevamente ese Vampiro la había encontrado. Antes de que ella pudiera gritar el estaba sobre ella callandola.
El vampiro succionaba su sangre pero también le inyectaba su veneno, uno que la iba a matar de la manera mas dolorosa posible. Ella quería gritar pero no podía. Su cuerpo ardía, sentía que moriría del dolor. Algo paso, en un descuido de ese Vampiro ella logró zafarse de su agarre y brinco por la ventana, rompiendo los Vidrios alertando a sus Padres, que al llegar a la habitación solo encontraron su sangre en su cama.
Mientras tanto ella corría por la solitaria calle, al llegar aun parque no se percató que cuatro chicos estaban cerca de ella, por lo que cuando volteo para ver si el vampiro aun la seguía choco con ellos.
—Por favor, ayudenme, por favor.
El vampiro había llegado ahí, el cuerpo de ella no resistió y cayo al suelo desmayada.
—Ella es mía —dijo ese Vampiro haciendo que dos chicos rieran.
—Creo que ha olvidado las reglas.
—No se meta en esto Alfa, ella me pertenece.
—La mentó Desilusionarlo, pero ella nos pidió ayuda —dijo una chica.
—Paris, quedate con ella y asegurate de sacar ese veneno.
—Esta bien hermano.
Mientras una de ellos estaba atendiéndola, los otros tres se encargaban de acabar con el vampiro.
Media hora después, ese Vampiro solo era cenizas, los chicos se acercaron a la Niña.
—¿Como está?
—No hubo necesidad de hacer nada.
—¿Qué?
—Ella no es Humana, además he tenido una visión de ella.
—¿Sobre qué?
—Necesitamos Despertarla.
Para cuando la niña despertó estaba nuevamente en su casa, en casa de sus padres, los cuatro chicos también estaban ahí, pero ella se sentía diferente, algo había cambiado.
—Bienvenida de nuevo Princesa.
Ese había sido un nuevo despertar, ella era alguien diferente y sus padres siempre lo supieron.