Veo como entre los dos comienzan una conversación a la que no me quiero unir, por que todavía no me encuentro segura de mi voz, pero como nada sale como quiero, ambos deciden incluirme.
- ¿Y que tienen preparado para los próximos días? ¿Alguna fiesta? - Suelta Samuel enrollando la toalla en su cadera tapando su maravilloso atributo de mi vista.
Cosa que agradezco porque no me puedo concentrar así, aunque sentarse frente a mi con el torso desnudo, tampoco ayuda.
- ¡Siii! Hay un par de festivales de música que se realizarán las próximas semanas y pensaba ir - suelta Kate emocionada comentándole sus panoramas a su hermano.
Samuel la mira y sonríe para luego enfocar su magnífica vista en mi.
- ¿Y tú Amanda? ¿Algo que quieras hacer? - si, saltarte encima y montarte en ese mismo sofá.
- No, no tengo nada definido. Más que nada me quiero relajar y disfrutar de las playas de Los Ángeles. Descansar - le digo evitando ser tan evidente al mirarlo.
- Eres una aburrida - suelta Kate bufando por mi respuesta y yo solo sonrió.
Siempre que me niego a sus locuras o salidas excesivas responde lo mismo.
- Cada una tiene sus gustos y no por eso es malo Kate - la regaña su hermano y ella rueda los ojos.
- Lo que sea - dice y saca su teléfono para perderse en las r************* como siempre lo hace.
- ¿Y que estas estudiando Amanda? Creo que algo me dijo Kate, pero ya no lo recuerdo, mi culpa - me pregunta realmente interesado y yo solo imagino cosas no sanas en mi mente.
- Paisajismo y Diseño de Interiores - le digo con un nudo en la garganta, los ojos se me escapan a su pecho en varias oportunidades y creo que en varias Samuel me ha pillado haciéndolo.
¡Diablos, concéntrate Amanda!
No seas tan descarada.
Pero como no serlo, con su casi 1.90, su piel morena y bastante bronceada, cejas pobladas, rasgos muy músculos, ojos oscuros y un cuerpo, uff creado por los dios a mano.
Pasaría mi lengua por esos abdominales y mejor si estuviera cubierto de chocolate.
- ¿Dos especializaciones?...- dice sorprendido y yo asiento -...Mira que bien, podrías hacer la pasantía en la constructora una vez termines de estudiar - dice con una radiante sonrisa y mirada indescifrable y yo solo quiero gritar y tocar el cielo por lo que acaba de decir.
- Yo...yo, gracias - soy capaz de decir por que todo pensamiento coherente abandono mi cerebro.
No puedo pensar si me ve así, como si quiera...comerme.
Así de estúpida me deja este hombre y no se si es bueno o malo.
- Es la mejor en lo que hace Sam, esta mujer sería ideal en la empresa, si ahora te va bien, con Amanda te iría muchísimo mejor - suelta Kate haciendo que el pecho se me infle de felicidad por sus palabras y que me sonroje a la vez.
Siempre me pasa cuando las personas hablan de mis habilidades, ya que ni yo misma me lo creo muchas veces.
- Eso es bueno saberlo, entonces cuando necesites hacer la pasantía, no dudes en contactarme - suelta Samuel viéndome directamente a lo ojos con una intensidad que me produce un cosquilleo por el cuerpo, trago grueso y asiento a sus palabras.
Así me tenga que mudar a Los Ángeles para estar cerca de este papasito, lo haré sin pensarlo.
- ¡Mierda Amanda! Nos tenemos que ir, en una hora nos espera Vanessa para comer - suelta Kate poniéndose de pie de golpe, la veo y asiento a sus palabras.
- Pensaba invirarlas almorzar - dice Samuel y yo quiero morir aquí mismo.
- Gracias hermanito, pero ya teníamos planes con Vanessa - dice su hermana importandole nada Samuel y yo niego con la cabeza ante su actitud tan...infantil y egoísta.
- Bueno, entonces nos podemos ver para la cena? - suelta Samuel y antes de que Kate diga algo, yo respondo.
- Me parece genial, no creo que pueda estar todo el día afuera recorriendo tiendas, así que cuente conmigo - le digo con una pequeña sonrisa temblorosa.
- ¡Amanda! Teníamos planes para la tarde - chilla mi amiga y yo me encojo de hombros.
- Kate, estoy cansada por el viaje y aunque no tengo ganas, te acompañaré a comer con Vanessa pero no cuentes conmigo después de eso. Quiero descansar - le digo lo mas calmada posible para que no se provoque la tercera guerra mundial.
Ella bufa pero asiente a mis palabras, me conoce, sabe que generalmente la acompaño a todo lo que quiere pero hoy no, hoy prefiero estar sentada cenando con su hermano que cualquier otra cosa.
Y si pudiéramos hacer algo más, yo no me opongo.
- Bien, como quieras. Samuel cocina espectacular, así que disfrutarás la cena - dice y comienza a ver por el lugar buscando no se a quien.
- Muy bien entonces. ¿Algo que gustes de comer? - dice lamiendo su labio inferior luego de darme un leve recorrido por el cuerpo, calentando mi alma y mucho más.
No se que le pasa, pero su descarado coqueteo me tiene en las nubes o quizás yo estoy viendo donde no debo?
- Lo...lo que sea estará bien para mi - suelto carraspeando para que no note lo débil que me pone.
Las piernas me tiemblan, el corazón salta en el pecho y las manos me pican por querer tocarlo.
- ¿Pasta y vino? - dice con una pequeña sonrisa y yo asiento, no puedo decir nada.
- Sami, que alguien lleve nuestras cosas a nuestras habitaciones - dice Kate comenzando a subir las escaleras hacia el segundo piso.
- Espero que pasemos más tiempo juntos enana ahora que estarás aquí - le dice él y ella grita algo que no logro entender.
Ambos lanzamos una leve carcajada por lo loca que es Kate, no se parece en nada a su hermano que es por mucho más serio y centrado.
Lo que me gusta y mucho, si me vería más que como una niña, feliz estaría con él por siempre.
- No es necesario que llame a nadie, yo puedo llevar las maletas - le digo evitando su mirada, me inquieta demasiado y provoca cosas que no debería.
Relájate Amanda, no te hagas falsas ilusiones.
- No es necesario que lo hagas, yo puedo hacerlo - dice con una hermosa sonrisa.
Nos quedamos en silencio, no uno incómodo, pero tampoco del todo cómodo ya que siento una tensión en el aire y no sabría como definirla.
- Hmm, gracias por dejarme quedar aquí durante las vacaciones o parte de ellas, señor Stoll - le digo honestamente, por que independiente de ser la mejor amiga de su hermana, no tiene el deber o la necesidad de recibirme.
- Primero, no tienes nada que agradecer y segundo, no me trates de "Señor", dime Samuel solamente, no soy tan viejo para que me trates de usted - dice soltando un leve carcajeo y levantando una ceja en mi dirección.
Me muerdo los labios de forma inconsciente y veo como sus ojos se dirigen a ese lugar.
- Bien...Samuel y no, no eres viejo, estás mas que bien así - suelto y al darme cuenta de lo que dije, me sonrojo entera y agachó mi mirada para evitar verlo.
¡Mierda!
Yo y mis cosas, debería pensar lo que voy a decir antes de lanzarlo.
- Así me gusta, se escucha mucho mejor - me da una mirada que hace que todos los vellos de mi cuerpo se pongan de punta y que una corriente me recorra entera.
- Bien, entonces...me llevaré esto - le digo señalando las maletas, pero justo cuando voy a tomar una, un hombre se acerca y toma ambas comenzando a subir con ellas.
Me imagino que debe trabajar aquí, porque si Samuel no dice nada, debe ser por algo.
Veo subir al hombre y me acerco a las escaleras.
- Hmm, bien...- digo dando los primeros escalones hasta que giro y lo veo mirando mi trasero. ¡Mierda! -...Nos estamos viendo - suelto con un palpito en el centro de mi cuerpo.
- Oh, seguro que así será - dice, sonríe haciendo que mis bragas quieran lanzarse sobre él y que la única neurona que me quedaba, quede babeando por él.
Se da media vuelta y me deja sola viendo como su exquisita espalda se hace presente y se aleja de mi.
Diablos, será un largo y delicioso verano.