Un beso. Una acción tan sentimental como pasional que funcionara para desatar los más lascivos deseos. Giovanni corroboró entonces que la magnífica sensación de sus labios sobre los de ella no había sido producto del alcohol si no de la realidad del hecho. Maldita sea ¿Por qué se sentían tan bien? Se habían besado y luego él se apartó un poco para tomar aire. Necesitaba respirar. Cuando lo hizo, se recuperó un poco y miró de nuevo los ahora húmedos y ligeramente hinchados labios de Lorraine. Fueron unos leves segundos, unos leves segundos de respiración antes de que se dejara llevar por la lascivia y la besara de nuevo. Deseo que lo detuviera, lo deseo en verdad, pero cuando sus labios respondieron al segundo beso todo se fue al carajo. Las manos de Lorraine acariciaron su cabello y él l

