A la mañana siguiente el sol se había levantado por el horizonte con una vivacidad que no denotaba la fuerte tormenta que había caído la noche anterior. Lorraine fue la primera en levantarse y a pesar de que Giovanni permanecía a una distancia considerable de ella su olor invadió sus sentidos toda la noche, abrazó su almohada pensando de manera agradable que estaba abrazándolo a él. Un vestido de cóctel muy estilo veraniego cubrió su cuerpo, tomó su teléfono dejando al francés acostado sobre la cama. Pobrecillo, había trabajado muy duro estos tres días que era indudable su cansancio. De alguna manera se sintió mal por ello, estaba huyendo de su compañía y se había encerrado demasiado en sus ocupaciones para no pasar tiempo con ella. La mucama había logrado llegar bien temprano por la mañ

