El ardor del deseo no era fácil de contener, mucho más cuando se llevaba semanas conteniendo. Giovanni se preguntaba una cosa ¿Desde cuando se sentía de esa forma? No lo tenía claro, solo que ahora deseaba desnudarla y hacerle toda clase de cosas que estarían prohibidas decir en voz alta. Los labios de Lorraine eran lo más adictivo que había probado. Una sensación insana le recorría las venas exigiéndole ir más allá. Su autocontrol sería puesto a prueba, pero eso no importaba, confiaba en su fortaleza de carácter para enfrentarlo. Su mujer le sujetaba la corbata con fuerza mientras él le besaba. El aire ni siquiera era necesario, solo sus labios, los labios de Lorraine. Sintió las largas uñas de la francesa aflojar la corbata y luego intentar con fervor quitarle el chalequillo del conju

