(4)
Todo esto era como una película para mí, había un hombre rico y también había gente que quería matarme. Pero a pesar de que suena emocionante, es terrible saber que tu vida esta de por medio. Así que mientras los policías buscaban pistas en mi departamento, Sandra, el señor Wagner y yo, no reunimos en la sala, para poder hablar de lo que estaba pasando.
-No sé qué pensar.-Murmuré mientras mi pie estaba encima de una almohada.
-Lo único que debe pensar, es que debe de estar conmigo si no quiere morir.-Yo misma me pongo algo molesta, por lo que el señor Wagner dice. Es como si me quisiera en su casa, de una forma u otra.
-¿No abra alguna posibilidad, de que me cuide estando en mi propio hogar?-Le pregunté mientras el hombre de inmediato se mofa de mí.
-Sí, claro.-Murmuró mientras sonríe un poco.-Para que logren matarla. Mis hombres estaban en el edificio y no pudieron ver la entrada de ese hombre, a su departamento. -Comenta con un poco molestia.
-¿Elena?-Sandra llama mi atención.-Creo que lo que el señor Wagner dice, es algo que tienes que hacer.-Mi mejor amiga estaba realmente preocupada.
-¿Y que pasara con Sandra? Solo la dejare aquí, para que alguien logre matarle.-Le comenté con preocupación por la seguridad de mi mejor amiga.
-No se preocupe por eso, señorita Williams.-Responde el joven guapo.-Mis guardaespaldas estarán en este edificio vigilando a su amiga.-Y de la nada, entran los dos guardaespaldas del hombre, luciendo sus trajes de n***o y lentes del mismo color.
-Alex, Thomas.-El hombre rico llama la atención de los guardias.-Esta es la señorita Sandra Hamilton, ustedes se harán cargo de ella.-Mi mejor amiga de inmediato empieza a sonreír, ya que los dos guardaespaldas eran bastantes guapos.-La seguirán todo el tiempo, para mantenerla a salvo.-Así que mientras mi mejor amiga entra a la novena nube, yo soy capaz de darle un patadon con mi pierna sana. Ella solo reacciona con sus ojos bien abiertos.
-Creo que me gustaría que no estuvieras tan feliz, por tener guardias, ya que también quieren matarte.-Le dije rodando los ojos, mientras miraba hacía el señor Wagner.-¿Y qué hay de mis otros amigos?-Pregunté preocupada.
-A ellos también se les fue asignado un guardaespaldas, evidentemente sus otros amigos no saben mucho de lo que esta pasando ahora, así que por el momento mis hombres se encuentran en cubierta. Es mejor que sus mejores amigos no sepan sobre esto.-Yo solo suspire con fuerza, porque quizás él tenía razón, es mejor que ellos no sepan lo que está pasando.
-Esta bien, señor Wagner.-Le dije con fuerza, mientras suspiraba con profundidad.-Acepto vivir con usted, pero no permitiré que controle mi vida.-El hombre rico de ojos azules solo se empieza a mofarse, mientras muestra su dentadura blanqueada.
-Eso lo veremos.-Contestó el joven levantándose del sillón, para ir hacía la salida, dejando en el aire su perfume que olía delicioso. Así que en cuanto el hombre dejo el lugar, mi mejor amiga esta dispuesta a decirme sus pensamientos.
-¡Tienes tanta suerte!-Expresa la joven de rizos.
-¿De que demonios hablas? Me quieren matar.-Trate de traerla al mundo real.
-Se que eso es terrible, pero no todo el mundo tiene la suerte de que un hombre rico, quiera ver por alguna de nuestras vidas.-Me responde un poco enojada, de que yo lo esté tomando de una forma poco favorable.-Y no puedes negar que es un bombón.-Mi mejor amiga se queda pensando algunos segundos.-¿Me pregunto, si le gustaras?
Y como respuesta a su comentario, tomo una almohada, para aventársela con fuerza.
-¡Deja de soñar! Lo más seguro es que solo sienta lastima por mí. -Murmuré un poco triste.
-¡Señorita Williams!-Entra a la habitación el señor Wagner.-Estamos listo para partir.-Yo solo suspiro una vez más, para asentir con mi cabeza. Estaba preparada para cambiar toda mi vida, solo por mi seguridad. Así que me levante del sillón, mientras me recargaba en todo lo que estaba cerca de mí, para poder acercarme a mi mejor amiga y darle un gran abrazo.
-¡Te extrañare tanto!-Le dije a la joven de rizos, mientras podía oler el perfume de su pijama favorita. Así que no pude evitar dejar caer algunas lágrimas, ya que tenía viviendo con ella más de cuatro años.
-Todo estará bien.-Me asegura la chica, mientras me da un beso en la frente.
-Eso espero. -Le contesté muy poco segura de lo que decía. Así que con el pie lastimado, intento caminar hacía la salida, así que cuando uno de los guardaespaldas me ve, intenta acercarme a mí para poder ayudarme, pero antes de que el joven de cabellera castaña, lograra acercarse a mí, el señor Wagner lo hace a un lado, para cargarme entre sus brazos, no solo sorprendiéndome a mí, sino a todas las personas que estaban en el lugar.
Yo no puedo creer que este hombre de gran altura, ojos azules y perfil griego, me este sosteniendo entre sus brazos realmente fuertes, para regalarme una hermosa sonrisa mientras lo miró, a algunos centímetros de su cara.
-Eso hora de salir, señorita Williams.-Me dice mientras el olor de su boca, llega hacía mis fosas nasales, haciendo que yo cerrara lo ojos, realmente encantada por su olor a mente. El hombre estaba dispuesta a bajar cuatro pisos, sin siquiera sudar un poco, mientras que más de uno de sus guardaespaldas, le intentaban decir al hombre, que se podían hacer cargo de mí, pero el hombre no hizo caso y siguió bajando las escaleras, hasta que llegamos a la salida del edificio, en donde una camioneta negra no estaba esperando.
El hombre espera que uno de sus guardaespaldas, le ayude a abrir la puerta, para después ponerme en uno de lo sillones de la parte trasera del auto. Y cuando me deja sobre el sillón, nuestras miradas se juntan. Yo no pude evitar que mi piel se erizara, al juntar mi mirada con este hombre que me hacía sentir sin armas.
Había una parte de mí, que quería mantenerse fuerte, contra los encantos del señor Wagner, pero había otra parte de mi cuerpo que quería descubrir hasta el ultimo punto de su cuerpo. Así que mientras nuestras miradas siguen juntas, puedo sentir como pasa sus dedos por mis mejillas, acariciándome con el calor que emanaba su cuerpo.
Pero toda esa tensión se acabó, cuando uno de sus guardaespaldas, exactamente Thomas, le llamo la atención. Así que el hombre cerró la puerta, dejándome sin aliento. No podía creer que la mirada de alguien me pudiera hacer sentir de esa forma, como si me arrebatara el corazón. Así que aprete mis nudillos, mientras cerraba los ojos con fuerza, pidiéndome a mi misma: “No te enamores. No te enamores”
*
Después de dejar a mi mejor amiga bien segura, en el que ahora sería su departamento en Queens, me dirijo hacía el departamento del señor Wagner, quién esta sentado en el asiento del copiloto, mientras yo veo toda la ciudad por la ventana, mientras está se llena de agua cayendo lentamente sobre la ventana polarizada, como si fueran lágrimas.
Al llegar al edificio en donde el señor Wagner vivía, puedo ver el mismo patrón. El joven de cabellera negra y ojos azules, no permite que nadie me abra la puerta, era como si quisiera ser el único que tuviera contacto conmigo, abriéndome la puerta, para sostenerme una vez entre sus brazos fornidos. Yo no pude evitar perder el aliento, mientras él me sostiene con fuerza.
Y cuando entramos al edificio, no puedo evitar ver como todas las personas, que estaban en la recepción, nos miran, o más bien que miran al señor Wagner siendo cariñoso con una chica. Mis mejillas se ponen roja, al ver como más de una mujer se ponen celosas de verme en esta posición, pero en mi mente solo pasaba, que quizás estas atenciones solo sean por lastima.
El camino en el ascensor tampoco fue fácil, ya que mucho de los vecinos del señor Wagner, tomaron el ascensor, prestando mucha atención en como el señor Wagner me sostenía con todas sus fuerzas. Incluso hubo una mujer, que bajo en el piso diez, que con mucha felicidad le dijo al señor Wagner:
-¡Muchas felicidades, es una chica hermosa!-Mi reacción no tenía precio, estaba realmente avergonzada, mientras que lo único que pudo decir el señor Wagner a eso fue:
-Muchas gracias, señor Michigan. -Yo solo negué con la cabeza, mientras lo miraba por el espejo de ascensor.
-¿Así que pretenderás ser mi novio?-Le dije mientras arqueaba una de mis cejas.
-Señorita Williams, ¿se me esta insinuando? -Yo misma me doy cuenta, que yo me puse en esa situación, así que empiezo a negar con mi cabeza.
-Está loco. -Rodé los ojos y solo esperé a que el maldito ascensor llegara al nuestro piso. Y cuando lo hizo, de nuevo puedo ver su gran departamento, que era una gran obra de arte. Era el departamento más hermoso que había visto nunca. Pero creo que lo que más me gustaba de este lugar, era un piano que estaba en medio de la sala.
Así que el hombre, después de cargarme por mucho tiempo, me pone en uno de sus sillones de piel, mientras me quita mi zapato para poder ver mi pie hinchado.
-Aún se ve muy mal.-Murmuré mientras veía mi pobre pie.-Quizás este roto.-A lo cual el señor Wagner contesto con una respuesta que quizás no estaba esperando:
-No esta roto, si estuviera roto no lo sentiría, esto solo es una torcedura. -Me responde con rapidez, mientras el hombre camina hacía la cocina, para volver con una bolsa de hielo y una almohada. Así que tomo mi pie y lo posa sobre la almohada, para después poner la bolsa de hielo, sujetándola mientras yo lo miraba con atención.
-¿Acaso usted es un doctor?-Le pregunté sarcásticamente, mientras el joven estaba mirando mi pie delgado. El hombre solo se mofó, mientras mostraba su dentadura blanqueada.
-Sí, lo hice. -Su respuesta fue realmente sorprendente, así que me quede callada mientras lo miraba. Este hombre era el hombre más exitoso de toda New York, era imposible que pudiera estudiar esa carrera extra, como medicina, sin que nadie lo supiera.
-¿Qué?-Le pregunté mientras me mofaba un poco.
-Sí, estudie medicina, pero cuando termine mi carrera mis padres me obligaron a atender su empresa. -Suspira mientras ve que mi pie se va deshinchando.-Logre cosas increíble solo aprendiendo de mis padres, quienes ahora se mantienen viviendo en Londres, cómodamente después de dejarme una empresa de talla mundial.-Yo suspire con fuerzas, viendo como este hombre era cada vez más fascinante ante mis ojos.
-Entonces, ¿usted no quería ser el presidente de su empresa?-Le pregunté mientras los dos vemos como el hielo se derrite sobre mi tobillo.
-No pude más que amarla, es por eso que la lleve a otro nivel, pero mi vocación era poder curar a la gente.-Suspira de nuevo, para quitar la bolsa de hielo, notando que con el hielo y la almohada, este logro deshincharse.-Es gracioso como la vida puede llevarte a muchos lugares, ¿no cree señorita Williams?-Yo solo mofé un poco, ya que era lo que estaba pasándome.
-Nunca creí que un hombre, de pronto apareciera en mi vida y lo cambiara todo.-Le confesé, para después hacerle una gran pregunta, que me tenía consternada.-Su hermana Lucy, comento esta mañana que usted me estaba buscando por mucho tiempo. ¿A qué se refería?
El hombre de inmediato se pone algo tenso, para empezar a reír un poco.
-Mi hermana tiene la boca floja.-Se ríe.-Y usted tiene muy buena memoria.-Yo solo pude sonreír un poco, mientras lo miraba con toda mi atención.-Llevo buscándola durante diez años.-Suspira con fuerza.-Pero pude encontrarla en cuanto amenazaron a su padre.-Me comenta mientras se levanta del sillón, para ir al mini bar.-Su padre a hecho mucho para que su perfil, no sea muy obvio.-Me comenta mientras regresa con un trago.-Pero logre encontrarla y cuando supe que le gustaba la moda, supe de inmediato que usted estaría interesada en participar en mi nueva campaña.
Yo solo sonreí un poco, ya que el hombre había hecho muchas cosas, para que yo lograra llegar a su lado.
-Aun no entiendo muchas cosas, pero ¿usted realmente pensó que yo iba a querer vivir con usted, sin decir una palabra? -Le pregunté con curiosidad, de saber si él pensaba que, secuestrando a una mujer, iba a conseguir que todo le saliera bien.
-Tengo que confesarle que es lo que menos pensé, lo único que venía a mi mente, es que usted estaba en peligro. No quería explicarle nada, supongo que estaba siendo solo un hombre caprichoso. -Confiesa mientras le da su ultimo trago a su wiski. -Siempre he logrado lo que quiero, es por eso que nunca pensé en que usted me llenaría de preguntas. -Se mofa ahora tomando mi pie con delicadeza. -Luce mejor. -Yo solo lo mire sin poder decir una palabra, había algo encantador en sus palabras, que me tenía estática, sin poder decir o hacer algo.
Así que solo lo mire atentamente, recordando a ese pequeño niño, del cual ya no quedaba mucho.
-Es hora de ir a la cama.-Me dice mientras me despierta de mi trance.
-¿A dónde?-Le pregunté mientras mi mente mal pensada, piensa en estar al lado de su cuerpo.
-A su habitación, es tarde señorita Williams.-Yo solo suspire con fuerza, sintiéndome como una tonta.
-Sí, lo lamento.-Le dije negando con la cabeza.-Supongo que ya estoy muy cansada.-Así que el hombre se levanta del sillón, para tomarme una vez en sus brazos, mirándome con esos ojos azules penetrantes. Y mientras el hombre camina hacía las habitaciones, yo no puedo evitar tocar su traje, que era tan fino y elegante, que podía sentir que la tela era hecha por los mismísimos dioses.
Mi fantasía acabo, cuando llegamos a la habitación que ya se me había asignado. Era bastante amplia, con una hermosa cama con sabanas blancas, mientras que todo el lugar es minimalista. El suelo tenía una alfombra color blanca, mientras que se podía ver que el piso del baño era de mármol blanco. Y mientras el joven me deja delicadamente sobre la cama, yo puedo sentir el enorme vacío, cuando él me suelta. El sentimiento fue tan extraño, que yo no estaba segura de lo que estaba pasando.
-Tendré que vendarle el pie. -Me dice el joven, caminando hacía el baño, en donde trae consigo un maletín de primeros auxilios. Y cuando abre de este enfrente de mí, puedo ver que tiene de todo. Así que toma una venda blanca, para después tomar un ungüento color blanco que olía mucho a mentol.
El hombre tomo mi pie con tanta delicadeza, que no pude sentir dolor, mientras que lentamente pone en sus manos del ungüento blanco, para después aplicarlo encima de mi pie, haciendo que el ungüento se sintiera caliente. Él masajeo mi pie por algunos minutos, mientras yo lo observaba curiosa, para después con lentitud y precisión, vendarme el pie.
Cuando el hombre termino, me mira a los ojos, que lo esperan con mucha inquietud.
-Usted hubiera sido un gran doctor.-Es lo primero que sale de mi boca, mientras sonrío.
-Y usted será una buena diseñadora.-Me responde mientras se levanta de la cama, para acercarse a mi cara. Yo de inmediato dejo caer mi cabeza sobre la almohada, sorprendida de verle venir hacía mí.-Buenas noches.-Murmura mientras sus labios se acerca a mí boca, así que cierro los ojos, esperando que sus labios se una a mi boca, pero después de esperar, puedo sentir como sus labios se posan sobre mi frente, haciendo que mis ojos se abriera de par en par, mirándolo con atención.
El señor Wagner solo me sonríe, para después caminar hacía la salida, apagando la luz antes de irse. Era realmente fascinante la forma en que este hombre actuaba, era incluso extraño para mí, sentir algo como esto por una persona que casi no conozco. Así que miró hacia el techo, mientras me pregunto más de una vez:
-¿Sera tan caprichoso, que solo quiere tenerme por lastima?-Y mientras el aire escuchaba mi pregunta, mis ojos lentamente se fueron cerrando, hasta quedarme completamente dormida.