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2AM
Me despierto sudando al escuchar un gritó fuerte, mientras un rayo pasa por mi ventana, alumbrando la habitación. Así que de inmediato me levanto de la cama, haciendo que mi pie sintiera un gran dolor, pero a pesar de ese dolor, no dude en caminar con rapidez, hacía donde venía esos terribles gritos.
Los gritos provenían desde dentro de la habitación del señor Wagner, así que de inmediato pensé que era el mismo hombre que me había atacado en la mañana, pero cuando abro la puerta, sintiendo miedo hasta por mi propia vida, veo que no hay nadie en la habitación, solo el joven Wagner, quién gritaba con todas sus fuerzas, mientras se movía con fuerza sobre su cama.
Yo de inmediato corrí hacía él, notando que el hombre estaba temblando demasiado, mientras su cuerpo semi desnudo, estaba lleno de sudor. Parecía que estaba soñando con algo malo, así que empecé a moverlo de un lado para otro.
-¡Justin, Justin!-Grité una y otra vez su nombre, pero el hombre no reaccionaba, hasta que tome un florero que estaba a un lado de su cama, quitándole las flores para poder dejar caer el agua encima del hombre, logrando que así pudiera despertar.
Y cuando sus ojos se juntan con los míos, puedo ver el terror que estaba sintiendo.
-¡Elena!-Dice mi nombre como si hubiera visto al mismísimo dios. Así que sin más, el hombre me abraza con fuerza. Yo no podía entender que estaba pasando, así que solo lo abrace con fuerza, mientras pasaba mis dedos sobre su cabellera negra.
-Ya paso, solo fue un sueño. -Trate de tranquilizarlo, hasta que el hombre por fin pudo dejar de temblar.
Así que los dos nos sentamos, en el sillón de terciopelo n***o que tenía en su habitación, para poder charlar de lo que estaba pasando con él. El hombre permanecía semi desnudos, mostrándome sus pectorales y su estómago bien trabajado, mientras yo seguía usando la ropa Chanel que me había comprado. Parecía que aún seguía en otro mundo, así que decidí ser yo la persona que lo trajera de vuelta.
-Señor Wagner, ¿qué fue lo que paso? -Le pregunté realmente preocupada.
-No fue nada.-Contestó negando con la cabeza.
-¡Sí, algo paso!-Le contesté un poco molesta.-No es normal encontrar a un hombre, gritando con todas sus fuerzas mientras se retuerce en su cama.
-Señorita Williams.-Dice mi nombre con su voz áspera.-Le pido que olvide lo que acaba de pasar.-Me pide con tranquilidad, mientras se que aún sigue pensando en lo que soñó.
-No espere que lo haga, usted se a metido en mi vida. ¿Por qué yo no deberé de hacerlo, con la suya?-Alce una ceja mientras lo miraba fijamente.
-¡Porque yo lo digo!-Dijo el hombre ahora alzando su mirada azul clara, hacía mí.-Así que vaya a su habitación.-Me dice con brusquedad mientras se levanta del sillón, para ir a su mini bar a tomar wiski.
-¿Así que solo piensa embriagarse, y no decirme nada?-Le pregunté mientras me levantaba del sillón, molesta por tu actitud.
-Sí, señorita Williams, es hora que se vaya a su habitación. -Me ordena con voz de mando.
-Sabe que no me quedare con los brazos cruzados, ¿verdad? -Le amenace que no pararía con mis preguntas.
-Realmente me temo eso, pero ahora le pido que saque su trasero de mi habitación.-Me pide una vez más, mientras le da un trago fuerte a su wiski. Así que no pude hacer nada más, que caminar hacía la salida. Y cuando estuve a punto de cerrar la puerta, le dije:
-No se como puede despertarse en las mañanas, cuando bebe como un alcohólico.-Después cerré la puerta con enojo. Me enojaba que el señor Wagner no confiara en mí, pero a pesar de que quiero que me diga que es lo que siente, puedo entender que no lo haga, solo somos unos desconocidos.
Así que vuelvo a la cama, para poder acostarme a pesar de que el sueño se me había espantado. Había tantas cosas que quería saber de ese hombre tan interesante, pero por ahora solo puedo deducir que es amable y de buen corazón, pero que también es cerrado, un hombre caprichoso, orgulloso, un bebedor compulsivo y un hombre con muchos secretos.
Y mientras cierro mis ojos, espero poder algún día saber quién es él en verdad.
*
Por la mañana, soy despertada por la luz del sol, que se posa en mi ventana. Y a pesar de que anoche estuve muy pensativa y al mismo tiempo asustada, no puedo negar que dormí como un bebé, en esta cama tan cómoda mientras que las sabanas de tela egipcia, eran lo máximo. Así que me levanto lentamente de la cama, para ver una bolsa encima de uno de mis sillones.
Así que tome la bolsa entre mis manos, para ver que había una nota colgando de esta.
“Esta será su ropa de hoy, muy pronto traeremos sus cosas de su departamento”-J.W
Yo solo ruedo los ojos, ya que es algo molesto no tener tus propias cosas. Así que abro la bolsa, notando que es otra blusa blanca, con una falda negra, pero de otra marca. De inmediato puedo notar que la ropa no era ni Chanel, ni Versace, ni tampoco de otras tiendas caras, sino que era de una de la tienda en donde trabaje. La tienda era “Holy Grail”, yo me encuentro incluso más feliz que esta ropa venga de esa tienda, que significa mucho para mí. Era de esa pequeña tienda en la quinta avenida, en donde trabaje como diseñadora.
-¿Cómo lo supo?-Me pregunté a mi misma, mientras trataba de pensar en cómo lo supo, hasta que me di cuenta que si me estaba escuchando cuando tuve la entrevista con él. Así que sonreí realmente contenta, de que no me estuviera ignorando en esa entrevista.
Así que antes de ponerme esa ropa que me encantaba, tenía que tomar una ducha, para después lavar mis dientes y cepillar mi cabellera con un secador de cabello. Pero a pesar de que lucia pulcra y arreglada, necesitaba un poco de maquillaje o algo más, para ser la Elena de siempre. Así que mientras me miro ante el espejo, hasta que escucho como alguien toca la puerta, esa persona era la hermana del señor Wagner, Lucy.
-Buenos días, bella durmiente. -Me dice la joven rubia entrando a mi habitación, con una bolsa en sus manos.
-Buenos días, señorita Wagner.-Le respondí con respeto, mientras me levantaba de mi asiento.
-No me digas así, dime Lucy.-Se mofa mientras ve mi pierna.-Se ve muy bien tu pie.-Me comenta mientras me ve de arriba hacía abajo.-Vine porque mi hermano es un poco idiota, en lo que se trata del cuidado de una mujer. Y a pesar de que fue muy listo, en mandarte a comprar ropa en esa hermosa tienda el “Holy Grail”, el hombre no sabe que no solo necesitamos ropa, sino que también necesitamos otras cosas.-Así que me da una bolsa, que venía llena de maquillaje, tratamientos para la cara y algo ropa interior.
-¡Muchas gracias!-Le dije realmente alegre de ver este tipo de cosas.
-No te preocupes, yo protejo tu espalda.-Me dice con gracia, mientras me guiña un ojo.
-Señorita…-Estaba a punto de decirle señorita Wagner, pero veo su molestia en sus ojos, así que me tomo el atrevimiento de decirle por su nombre. -Perdón, Lucy.-Ella de inmediato sonríe, contenta de lo que acaba de lograr conmigo.-¿Usted vive aquí?-Pregunté realmente interesada en saber si había escuchado los gritos de anoche.
-Se que parece que vivo aquí.-Se mofa mientras niega con la cabeza.-Pero solo vengo en la mañanas, ya que soy chef y aunque mis padres lo odien, el único que me apoya en esta decisión es mi hermano, así que vengo siempre a agradecerle que me abrió mi propio restaurante.-Yo estaba realmente sorprendida de lo que decía, era algo de admirarse como hermano.
-¡Eso es genial!-Le dije de inmediato, mientras sonreía.
-Pero creo que dejare de venir.
-¿Por qué?-Le pregunté algo confundida.
-Creo que sería incomodo para una mujer, ver a otra en la cocina.-Lo dice con algo picor.- Y ahora que mi hermano tiene una bella mujer en su casa, necesitan privacidad.-Yo de inmediato me sorprendo.
-No, no es lo que usted cree…-Pero la joven no me deja terminar.
-Puede que solo sea una chef, pero soy observadora y no me podrá convencer, que muy pronto abra otro tipo de acción en esta casa, que quizás no quiera ver.
-Señorita Wagner…-Intento quitarle esa idea de la cabeza, pero la joven es más rápida que yo, así que sale de la habitación, no antes de decirme:
-¡Adiós!-Yo solo me quedo parada, mientras mi cuerpo se empieza a erizar. ¿Ella hablara en serio?
Pero a pesar de que la mujer me tomo por sorpresa, tenía que seguir, supongo que hoy tendría que ir a trabajar. Así que me puse la ropa interior nueva, para después ponerme mi uniforme. Mi pie estaba mucho mejor, así que me puse los zapatos Versace, no podía perder el estilo que tanto he ganado por la escuela.
Después me maquille como siempre lo hacía, parecía que la señorita Lucy era muy buena escogiendo tonos de maquillaje. Y cuando estuve lista, tomé mi bolso, que era lo único barato de mi outfit, para mirarme al espejo, decidida a tomar esta oportunidad, haciéndole saber al señor Wagner que realmente tenía talento.
Pero cuando bajé al comedor, no lo encontré, solo encontré a Lucy lavando los platos.
-Se fue. -Dice Lucy sin siquiera voltearme a ver, era como si tuviera un sexto sentido.
-¿Al trabajo?-Pregunté mientras veía que su plato estaba encima de la mesa, vacío junto con un vaso de leche, también vacío.
-Si, querida. -Me responde, para darse la vuelta y darme una bolsa.-Este es tu desayuno, es hora de irte.-Me responde mientras escucho al elevador llegar. De ahí sale Thomas, el guardaespaldas de Justin, quién me está esperando.
-Esta listo el auto, señorita Williams.-Yo solo asentí con la cabeza, y sin más, camine hacía donde estaba Thomas.
-Gracias por el desayuno. -Le dije a Lucy con gratitud, mientras abordaba el ascensor.
-A ti, por lo de mi hermano. -Pero cuando la mujer dice esas ultimas palabras, el ascensor se cierra con rapidez. ¿A qué se refería?