(3)
Los recuerdos de ese niño tan extraño, se muestran en mis sueños como una película. Aún puedo recordar que por mucho que mi madre le diera de comer, el joven niño empujaba la comida, negándose a comer. Estaba tan lastimado, que no quería acercarse a nadie.
Pero a pesar que quiero recordar más de ese joven, no puedo seguir soñando, porque siento como alguien acaricia mis mejillas. Abro mis ojos de par en par, para ver la cara del señor Wagner, mirándome con tanta plenitud mientras sus nudillos acarician con lentitud mis mejillas. Mi cuerpo de inmediato reacciona, empujando al hombre con fuerza.
-¡Cálmese, Elena!-Dice el hombre mofándose un poco, mientras ve mi reacción.
-Dígame que esto es un sueño. -Le dije mientras frotaba mis ojos con mis manos.
-Lo lamento, pero los sueños no son tan buenos. -Me contesta para después darme una bolsa.
-¿Qué es esto?-Le pregunté mientras sostenía la bolsa en mis manos cansadas.
-Usted misma puede ver lo que es.-Camina hacía la salida.-Nos vemos en la cocina.-Dijo al final, para después cerrar la puerta por completo.
El hombre era una maravilla ante mis ojos, pero a pesar de que era muy hermoso, no podía controlar mi vida como él quería. Así que algo molesta, abro la bolsa, para darme cuenta que es ropa, pero no cualquier ropa, sino que es ropa de la marca Chanel. Era el uniforme que necesitaba para ir a la empresa. La calidad de la ropa era sorprendente, no podía negar que por un momento fui al cielo, mientras tocaba la calidad de la tela, para después volver al mundo real, en donde un hombre me estaba privando de mi libertad.
Pero a pesar de que odiaba la forma en la que el señor Wagner me había contactado, no pude hacer más, que ponerme esa ropa y ver lo que seguía después de esto. Y al ponerme esa ropa en mi delicada piel, de inmediato puedo sentir como me voy al cielo, para después mirarme al espejo, luciendo ropa realmente cara y de buen gusto. Era una camisa de botones blancos con holanes, mientras que usaba una falda algo larga, con olanes debajo, para después ponerme unos zapatos de tacón en punta, notando que son marca Versace.
No pude evitar sonreírle a mi reflejo, para después notar que mi maquillaje y peinando eran terribles. Así que voy al baño, en donde lavo mi cara con agua y jabón, para después atar mi cabellera negra con una cinta que traía en mi brazo derecho. Y a pesar de que el peinado y la ropa eran diferentes, cualquier ropa Chanel podía hacerte lucir como un millón de dólares.
Así que después de verme en el espejo, decido que es hora de bajar las escaleras y hacerle frente al señor Wagner. No podíamos tener una vida como él la quería, así que estaba dispuesta a salir de este lugar, de todas las formas posibles si era necesario.
Baje las escaleras con lentitud, para no caer por estas, ya que eran de vidrio, para después caminar hacía donde era la cocina. Al estar en el lugar, me puedo dar cuenta que hay una mujer, quién está cocinando. Al notar su presencia tan encantadora en el lugar, de inmediato viene a mi mente, que puede ser la pareja del señor Wagner.
-¿Estas lista?-Me pregunta el señor Wagner, mientras viste un hermoso traje color n***o, mientras que está usando unas botas Gucci.-Toma asiento y ven a desayunar.-Yo de inmediato miró a la mujer que está cocinando, con un poco de recelo.
-No, no quiero hacerlo. -Le contesté de inmediato, haciendo que la mujer que estaba cocinando, volteara a verme. -No quiero incomodar a su novia. -Dije nerviosa. -Y tampoco quiero estar más aquí, quiero ir a mi casa.
Y al escucharme, la chica rubia de ojos azules que cocinaba, se empieza a reír con gracia.
-Sabía que eras hermosa, por lo que decía mi hermano, pero nunca pensé que fueras ciega. -Responde la joven rubia. -Mi nombre es Lucy, es mi hermano menor.-Yo de inmediato me quedo como una tonta.
-¡Oh, lo lamento!-Me disculpe, mientras la joven caminaba hacia mí.
-No te preocupes, pero no creo que mi hermano quiera dejarte ir.
-¡Lucy!-Dice el hombre rodando los ojos, mientras ve como su hermana se entromete.
-Hermano, no puedes negar que es una joven hermosa. -El hombre solo sigue con su comida, que era pollo con verduras.-Mi hermano es un poco cascarrabias, pero cuando supe que te buscaría, supe de inmediato que algo cambiaría en él.-Suspira la joven con tranquilidad.
-Yo en realidad no quiero estar aquí, tu hermano debe de contenerse y dejarme ir.-Le contesté mientras sabía que el señor Wagner, me escuchaba bien.-No puede vivir una vida, secuestrando gente.-La joven rubia de inmediato se ríe.
-Mi hermano no es así, de hecho me sorprendió mucho la decisión que tomo, ya que no hay nada que rompa su corazón o lo haga doblegarse ante algo.-Confiesa la joven, mientras las dos miramos a su hermano, como si fuera una especie de hombre, que aún no es muy conocida.-Así que te pido que te quedes, será divertido.-Comenta la mujer, para después servirme un poco de huevo con pan tostado.
-Gracias, pero no quiero.-Le contesté de inmediato.
-Si no comes, tu salud estará de por medio.-Al escuchar esas palabras, puedo escuchar a mi madre. Yo de inmediato abro mis ojos de par en par, dándome cuenta que el señor Wagner a escuchado esas palabras antes.
-¿Usted…?-Me quede sin palabras, mientras podía ver como el hombre sonreía. Así que mi mente empieza a recordar, como mi madre le decía una y otra vez al joven, que comiera algo, sino su salud estaba de por medio. Mi madre lograba convencer a cualquier persona, con sus palabras.
-¿Acaso quieres morir de hambre?-Y una vez más escucho a mi madre, mientras el hombre sonríe con gracia. Pero lo que el hombre no esperaba, era que mis lagrimas salieran, así que camine lejos de la cocina, para poder encontrar una forma de huir de este lugar lo más pronto posible. Así que cuando llegué al elevador, no pude hacer otra cosa, que apretar el maldito botón, que no funcionaba. Mis lagrimas cubrían mi cara, tanto que empecé a golpear la pared con fuerza.
-¡Elena!-Escucho mi nombre de su voz ronca.
-¿Qué quiere?-Le respondí mientras intentaba mirar a otra parte, que no fueran los ojos de este par de hermanos.
-¿Se siente bien?-Me pregunta, mientras que yo me doy media vuelta, para que pueda ver mis lágrimas.
-¿Usted cree que lusco bien?-Pregunté mientras el par de hermanos, me miran con preocupación.-Le pido que me deje ir.-El hombre parpadeo algunas veces, mientras ve mi pesar. Así que toma su celular en mano, para hacer una llamada.
-Foco rojo, soy águila, traigan las cosas de ángel.-Yo de inmediato puedo notar que está hablando con sus guardias, en el mismo código de anoche. Así que suspiro con fuerza, sabiendo que me dejara ir.
-Aguarda, ¿en serio lo harás? -Le pregunta Lucy a su hermano, sin poder creer que me deje ir.
-Seré un hombre caprichoso, pero cuando veo las lágrimas de una mujer, que están dolidas por mis palabras, no puedo hacer otra cosa que rendirme.-El hombre realmente era un caballero, así que pude darme cuenta de inmediato la calidad de hombre que era. Tanto que su hermana estaba sorprendida por su decisión.
-La estuviste buscando por años, pero si es lo que quieres, no te arrepientas. -Dice por último la rubia, para después dejar el lugar. Yo estaba algo confundida por lo que Lucy había dicho. “La estuviste buscando por años”. Así que mi mente solo se preguntó: ¿Cuántos años?
Pero cuando estaba a punto de preguntar más, puedo ver como los dos guardias entran al lugar, con dos bolsas, una que contenía mi ropa y otra que contenía mis pertenecías, como mi bolso y mi celular.
-Se puede ir, señorita Elena. -Dijo el hombre apretando un botón que estaba al lado de su sillón, haciendo que las puertas del ascensor se abrieran. Yo estaba tan confundida, que mire el ascensor sin pensar en correr o huir de ese lugar. Así que solo suspire profundamente, ya que sabía que, si me iba, no podría saber la historia completa de este hombre. Así que me subí al asesor, para apretar el botón de plata baja. Y mientras las puertas del ascensor se van cerrando, puedo ver la mirada del joven Wagner, parece que está tranquilo con la decisión que tomo, para después ver como suspira, para salir de mi vista como el aire.
Por mi parte, yo también suspire con fuerza, pensando en que mi vida era muy distinta de lo que pensaba. Pero cuando salgo por completo de ese edificio en Sutton Place, en Manhattan, escucho que mi celular suena, era Sandra. Así que le contestó de inmediato, mientras mi mente esta algo confundida.
-¿Si?-Respondí mientras arrastraba mis piernas, para salir del edificio.
-Elena, ¿estás bien?-Me pregunta preocupada.
-Sí, lamento no haberte avisado, pero…-Pero la joven no me deja continuar.
-Pensé que el señor Wagner te estaba cuidando. -Yo de inmediato abro mis ojos, al escuchar a mi mejor amiga, preocupada de que el señor Wagner, ya no me esté cuidando.
-Sandra, ¿de qué demonios hablas? -Le dije confundida.
-En la noche, después de la pelea que hubo en el club, unos hombres vinieron a hablar conmigo, diciéndome que el señor Wagner te cuidaría de ahora en adelante, ya que estabas en peligro. -Yo no sabía de qué demonios estaba hablando mi mejor amiga, así que cada palabra que salía de su boca, me golpeaba como una roca.-Estoy realmente preocupada por ti.
-¿Peligro? ¿De qué hablas? -Le contesté mientras seguía caminando por las calles, realmente confundida. -Espérame en casa, llegare lo más pronto posible. -Le dije mientras colgaba la llamada, para correr con rapidez y tomar un taxi, pero antes de que pudiera hacerle una seña a algún taxi, caigo en medio de la calle, mientras escucho como mi tobillo truena. De inmediato puedo sentir el dolor en mi pie, quizás me había roto el tobillo, así que empecé a llorar con todas mis fuerzas, mientras que nadie me auxilio, parecía que todas las personas estaban haciendo sus vidas, como si la mía no importara.
Pero a pesar de poder tener un tobillo roto, puedo conseguir un taxi, levantándome del suelo, mientras me recargaba de un tubo color n***o. Al subir al taxi, puedo darme cuenta que el hombre, no le intereso la forma en que entre a su taxi, casi arrastrando mis piernas.
-¿A dónde va?-Me pregunta con frialdad el hombre de color, que conducía el auto.
-Queens.-Le dije mientras el hombre de inmediato empieza a conducir. Yo veo mi pie y el color de mi tobillo, se pone de un color morado. Lo único que pude hacer fue quejarme un poco, para después ver mi celular, en donde checaba los movimientos que se le habían hecho, encontrándome con que, en la lista de mis contactos, estaba el nombre del señor Wagner. Yo me quede asombrada de ver su número privado, así que pase mis dedos por su nombre, que estaba escrito en mi celular, pero mientras sonrío con odio, apago mi celular.
*
Al llegar a casa, llamo a Sandra, para que me ayude a bajar del taxi. La chica realmente preocupada, sale de los edificios en donde vivimos, en su pijama favorita.
-¿Qué demonios te paso?-Me pregunta mientras abre la puerta del taxi, notando mi tobillo.-Pensé que el señor Wagner te cuidaría.-Yo solo me apoye en su cuerpo, para decir:
-Fue culpa mía, no del señor Wagner.-Le dije por último, mientras la chica me ayuda a subir los cuatro pisos en donde estaba nuestros departamento. Y al entrar a este, me puedo dar cuenta que todas mis cosas estaban movidas, era como si una mudanza hubiera dejado su trabajo a la mitad.
-¿Qué demonios paso aquí?-Le pregunté a Sandra, mientras que todo lucía bastante desorganizado.
-Los hombres del señor Wagner.-Me comenta la chica, mientras me sienta en uno de los sillones.-Ayer hablaron con todos nosotros.-Supongo que hablaba de todos los amigos que fuimos a la fiesta anoche
-¿Qué les dijo?-Le pregunté mientras la joven iba al refrigerador, para sacar una bolsa de verduras congelada.
-Nos comento que el cartel que mato a tu madre, a estado atemorizando a tu padre.-Yo no podía creer lo que estaba diciendo.-Nos dijo que tu padre estaba recibiendo amenazas, de que te secuestrarían.-Yo no podía creer lo que la chica estaba diciendo.-¿Por qué nunca me comentaste la verdad, de cómo murió tu madre?-Yo solo hice una mueca, casi nunca hablaba de la muerte de mi madre.
-Lo lamento.-Le dije mientras la chica, lentamente ponía la bolsa de verduras en mi tobillo hinchado.-Nunca pensé que fuera algo importante de decir.
-Lo sé, pero Elena…-Sabía que la chica tenía muchas dudas, pero yo también sabía que no podía ir por la vida, diciendo la verdad de todo.
-¿Qué esperabas que te digiera? Que mataron a mi madre cruelmente. -La chica se queda sin palabras, al escucharme. -Lo lamento. -Le pedí disculpas por ser tan grosera con ella.-No hablo de eso, porque me cuesta hablar del tema.-Le confesé mientras algunas lagrimas salían.-De todos modos no creo que sea cierto, lo que el señor Wagner dijo.-En mi mente solo pasaba, que el hombre estaba obsesionado conmigo, tanto que quiso que estuviera a su lado, pero eso no explicaba el hecho de dejarme ir. Así que solo me levante del sillón y mientras me recargaba, en cualquier cosa que estuviera frente mío, me doy cuenta que el señor Wagner a movido mi vida, sin siquiera darse cuenta.
Y cuando me encuentro en mi habitación, puedo ver que todo estaba movido. No me gustaba el desastre, pero en este momento no podía moverme, mientras que mi animo estaba muy bajo. No quería hacer nada más, que tomar mi celular y llamar a mi padre. Así que fue lo primero que hice.
-¿Hola?-Escucho la voz de mi padre, que me hace querer estar con él. Pero sabía que era mejor estar separados.
-Hola, ¿cómo estás?-Le dije mientras miraba hacía el techo.
-Bien cariño, pero ¿no deberías de estar en el trabajo?-Pregunta mi padre preocupado, como siempre de que llegue a tiempo a todas partes. Recuerdos que siempre estaba preocupado de que nunca llegara tarde a la escuela, cuando era pequeña.
-Renuncie. -Le contesté de inmediato.
-¿Qué? ¿Por qué hiciste eso?-Me pregunta realmente extrañado, de mi nueva toma de decisión.
-¿Cuándo planeabas decirme que el señor Wagner, era ese niño que salvaste hace años?-Le pregunté mientras esperaba una buena respuesta.
-Linda, lo lamento mucho. -Se disculpa. -Pero nunca pensé que supieras que ese hombre, fue el joven que rescaté.
-¿Sabías que el señor Wagner, solo me acepto en su empresa, para protegerme?-Le pregunté con muchas dudas.
-Realmente pensé que era una casualidad, nunca pensé que el joven Wagner te recordaría.-Me responde con honestidad.
-Pues lo hizo, y me dijo que estoy en peligro.-Le respondí con palabras fuertes.-¿Estoy en peligro?-Le pregunté preocupada, esperando que me digiera que eso solo eran mentira del señor Wagner.
-Lo lamento, querida.-Le escucho decir, mientras que eso me hace dudar de inmediato.-Pero el grupo delictivo que secuestro al señor Wagner y que mato a tu madre, han estado amenazándome. Y aunque todos en la policía, pensamos que esto no es algo importante, estamos al tanto de que no te logren encontrar.- Así que de inmediato puedo darme cuenta que el señor Wagner, era uno de los buenos y estaba diciendo la verdad.
-No creo que me pase nada, estaré bien.-Trate de tranquilizar a mi padre, mientras escuchaba su respiración que demostraba su preocupación.
-Se que estarás bien, si el señor Wagner logro recordarte, se que nunca te dejara sola.-El simple hecho de que mi padre, me estuviera hablando del señor Wagner, como una persona que pudiera protegerme, era extraño. Así que de inmediato termine esa llamada, ya que quería darme el tiempo de pensar.
-Bien, ya no tienes trabajo.-Me dije a mi misma, mientras abría mi computadora, para empezar a buscar nuevos empleos, pero mientras intento buscar algo que no sea tan grande, como el empleo en las empresas Wagner, puedo escuchar como algo cae con fuerza en la sala.
Así que me levanto de la cama, para caminar con torpeza hasta llegar a la sala, en donde veo una escena realmente fuerte. Había un hombre vestido de n***o, que estaba encima de mi mejor amiga, tratando de ahorcarla. Yo de inmediato tomo en mis manos una lampara, para lanzársela con fuerza, haciendo que esa persona me prestara atención a mí.
Y cuando sus ojos se cruzan con lo míos, puedo darme cuenta que esa persona sonríe debajo de su cubre bocas, para dejar a mi amiga, quién se encuentra inconsciente en el suelo. El hombre camina hacía mi con rapidez, pero a pesar de que tenía un pie lastimado, logro llegar a mi habitación, en donde cierro la puerta con seguro, mientras el hombre empieza a golpear la puerta más de una vez.
Lo único que se viene a mi mente, es tomar el celular y marcar el numero del señor Wagner. Por unos segundos pensé que el hombre, no me volvería a contestar en su vida, después de haberle rechazado de esa forma, pero me sorprendió que me contesto con rapidez.
-¡Elena!-Dice mi nombre con sorpresa.
-¡Necesitó ayuda!-Le grité mientras escuchaba como ese hombre, golpeaba una y otra vez mi puerta.-Hay un hombre dentro de mi casa.
-¡Elena, mantén la calma!-Me dice el hombre, al oírme hablar con desesperación.-Ya están mis hombres dentro del edificio, solo mantente encerrada en tu habitación.-Dijo con fuerza, tratando de hacerme entender, que tenía que mantener la calma. Así que me tire al suelo, detrás de mi cama, para empezar a sudar con mucho miedo, mientras aún escuchaba como ese hombre intentaba acceder a mi habitación. Pero cuando la puerta se abre, puedo ver como ese hombre, que había intentado ahorcar a mi mejor amiga, cae el suelo junto con la puerta de mi habitación. Yo no podía creer lo que había pasado, así que me arrastro con todas mis fuerzas, para poder ver que la persona que estaba detrás, de la caída de este hombre, era el mismísimo señor Wagner, quién traía consigo una pistola eléctrica.
El hombre al verme en el suelo, va a mi auxilio.
-¿Elena, estás herida?-De inmediato puedo escuchar, que el hombre esta realmente preocupado por mí salud. Lo único que puedo hacer en ese momento, es sonreír con todas mis ganas, ya que el hombre que pensaba como un peligro, me había salvado la vida.
-Solo la pierna, pero el hombre no me toco.-Trate de explicarle, mientras el señor Wagner veía mi pie morado e hinchado.-Me caí antes de tomar un taxi, creo que fue el karma.-Le explique sintiéndome mal, por haber huido de su casa sin explicaciones.-Debí quedarme en su casa y…-Pero después recordé a mi mejor amiga.-¡Sandra!-Trate de moverme con rapidez, pero el hombre me detuvo.
-La están atendiendo mis médicos, solo estaba aturdida, no hay de que preocuparse.-Me responde con rapidez, para levantarse del suelo, para tomarme entre sus brazos y cargarme. No puedo negar que mis mejillas de inmediato se tornaron rojas, no podía creer que un hombre tan poderoso y tan apuesto como él, me estuviera sosteniendo entre sus brazos, después de un intento de asesinato.