Pablo parece meditar las cosas, Liliana tiene razón en lo referente a que ella cuido de las niñas mientras él estaba internado en el hospital, sabe que si ella se lo propone podrá recuperar lo antes posible el amor de sus hijas pero es evidente que como pareja se han ido derrumbando las bases de su matrimonio y de ellos mismos, cada uno lucha por conseguir lo que les parece correcto y en ese afán solo están destruyendo lo poco que queda de ellos. Por un lado la idea de quedarse a cenar con Liliana y las niñas es muy tentadora pues sabe que la imagen de una familia unida para las niñas serán las bases de un buen futuro pero por otro lado su ego herido le exige llevarle la contraria a su esposa, ella no le hizo casa cuando estuvo en los Ángeles con la intención de compartir como una famili