CAPÍTULO 3

1901 Words
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estimación sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas Proverbios 31:10 ೋ❀❀ೋ═══ ❀ ═══ೋ❀❀ೋ Ha Zoé le parecía indignante y sumamente ofensivo las palabras de Richard Williams, pensar que una vez lo defendió. Que equivocada estaba. No volvería a intervenir a su favor jamás en la vida. -- Ahsss -- gruño. -- ¡Que idiota! Su marido la miro curioso. Ambos se encontraban caminando por uno de los pasillos de empresa en dirección a las oficinas de Mikhail. -- No sé si deba buscarle una mujer o ponerme en contacto con una de las empresas de tecnología artificial que estén desarrollando algún prototipo en plan " La mujer perfecta" no gruñe, no llora, no se queja ¿y adivinen que? Trae un plus, tiene todas las virtudes que menos te puedes imaginar -- siguió Refinfuñando molesta. -- Cariño, pero si hay mujeres que tienen esas virtudes. Bueno, no del todo --- se corrigió al ver su mirada asesina.-- Digo, tu eres ideal para mi, totalmente perfecta para mi. -- Salamero-- sonrio complacida. -- ¿Sabes? Hay mujeres que son más o menos así como virtuosas, solo hay que buscarlas bien. Somos humanos no somos perfectos, pero de seguro que sí podemos acercarnos a la perfección como un 70% -- Si en este mundo existe esa mujer que él quiere, no estoy segura de emparejarla con él ¡Pobre! No quiero que quede en mi conciencia su s******o -- se estremeció haciendo una mueca de disgusto. -- Las mujeres hay que quererlas, como a la más preciada joya, pues ellas son un tesoro-- comento Mikhail-- Tu, eres mi más preciado tesoro, mi cielo -- le dijo deteniendola en la entrada de su oficina. -- ¡Oh, cariño! -- se derritió en sus brazos-- Te juro que me acabo de enamorar de ti otra vez. Le encantaba cuando su esposo se desbordada en halagos. Sumamente feliz, Mikhial la abrazo. Lo cierto, era que Zoe y sus hijos lo eran todo para él. No los cambiaría por nada en el mundo. Richard Williams, entró a su despacho con prisa. Tenía mucho trabajo, su empresa no se movía sola. Para él una empresa en buen funcionamiento tenía que ser vigilada con constancia, y sobre todo estar presente el jefa. -- ¡Josh! Necesito que vengas aquí-- llamo a su secretaria sin necesidad de usar el intercomunicador. La mujer de unos treinta años entró apresurada. Ella era Bonita, una rubia de ojos cafés y cuerpo aceptable. Algunos dirían que él se acostaba con su secretaria, pero la realidad era otra. Si algo tenía Richard era que no mezclaba las relaciones amorosas con sus empleados, su regla personal era también aplicada como una norma general en la empresa. Nadie podía tener algún parentesco marital o romántico. No necesitaba esos líos de camas en su empresa. Su secretaria que con los años se había convertido muy eficiente, comenzó a teclear en la tablet mientras le anunciaba sus compromisos. -- Parece que tenemos mucho que hacer hoy-- murmuro. Eva Josh, que ya estaba acostumbrada a esas horas extras de imprevisto, no dijo nada, ella ya venía preparada tanto psicológicamente, como físicamente, pues tenía repuesto de zapatos y ropa más cómoda para trabajar, mucho té, pastillas para el dolor de cabeza y manzanilla para su jefe. Richard era un hombre muy intimidante, su aspecto asustaba a más de uno, no era para menos. Muchas veces lo confundían con un luchador, un metalero o vete tú a saber con que más lo asemejaban. -- Hay que programar una reunión con los del departamento de diseño y el de planeación... No. Mejor vamos a tener una reunión general-- Josh apuntaba todo con rapidez -- Este nuevo lanzamiento tiene que ser único ¡El mejor de todos! Nuestro producto será una nueva motocicleta. Richard hablaba emocionado, si alguna vez se le escuchaba decir palabras bonitas estas eran dirigidas única y exclusivamente a carros o motos, y si era una oración completa de amor, esta iban para sus más exclusivas creaciones. Así era él. -- Listo, señor, la agende para mañana a las Diez de la mañana. -- Perfecto-- sonrió. Pero la sonrisa no era para su secretaria, su imaginación ya estaba en las nubes-- Traeme mi manzanilla Josh, y de una vez te quedas para empezar...por favor-- añadió lo último recordando que no debía ser tan mal educado. Un rato después su secretaria volvió a entrar. Le entrego su manzanilla y se sentó al otro lado del escritorio. Se la estaba bebiendo mientras miraba el computador, Pero no podía ver muy bien. Soltó un gruñido de fastidio. -- Aquí tiene, jefe-- Josh le paso un estuche que dentro llevaba las gafas de Richard. -- No sabes cuanto odio estas cosas-- se quejó. Ella le sonrió sin decir nada. Para su alivio, su guapa secretaria nunca se le había insinuado, ni una sola vez. No sabía si sentirse alegre o enfadado por eso ¿acaso no tenía ojos? Ni una sola vez ella le hizo ojitos. Estuvo tentado en el pasado en hacerle una propuesta indecente, era hombre y sintió cierto d***o por ella. Pero, luego se arrepintió, eso iba en contra de las normas de la empresa y de él mismo. Lo más curioso del cuento es que su bella secretaria no tenía novio, ni hijo, ni nada. Lo cual era perfecto para él, asi la podía tener todo el tiempo disponible para él. -- Señor...-- lo llamo ella después de un largo rato, ya estaban terminando el trabajo que tenía acumulado-- Quisiera pedirle un favor.--Richard no le presto casi atención, pero ella siguió hablando-- Necesito pedirle un permiso. -- ¿Es de vida o muerte? -- respondió sin apartar ma vista del computador-- los permisos sin irrelevancia no eran aceptados por él -- Creo que no... -- Entonces, la repuesta es; No-- sanjo el tema sin mirarla. La sintió tomar aire. -- Lo que sucede, jefe es que ... -- dudo un instante-- ¡Estoy embaraza! Richard dejó de teclear, paralizado, la miro con seriedad. No podía creer lo que sus oídos estaban escuchando. Sintiendo que las gafas lo hacían ver menos intimidante asi que se las quitó. -- Bueno... no se si felicitarte o matarte -- dijo con ironía-- mis más sinceras condolencias para mi ¡¿Como es posible?!-- casi grito. Lo que le faltaba, no necesitaba esa preocupación ahora mismo. Esto era malo, muy malo. Ella no podía estar embarazada. Que una mujer esté embarazada significa; cambios de humor, pereza, falta de concentración, malestares, comidas asquerosas, vomito y un síndrome de meadera insoportable. Y lo peor eran las constantes citas médicas. No podía permitir que su secretaria estuviera ausente. No, no lo autorizaba. La vio tragar saliva. Recordó los quejidos de su socio y amigo, cuando su secretaria se casó y a los meses quedó embarazada. La oficina de Joseph se volvió un caos. Y lo peor vino en los días que estuvo licencia por maternidad. Joseph, aún se estremecía de repulsión cuando se acordaba. -- No... no ¿No eras soltera? -- pregunto en tono acusador--Vaya mentirocilla. -- Si... fue un desliz. Al parecer el método anticonceptivo fallo está vez. -- ¡Que horror!-- bufo. -- Jefe, pensé en no tenerlo... -- ¡¿Estas loca?!-- le grito-- ¡Te despediré de inmediato!-- Eva saltó en su asiento asustada ante aquel grito-- ¿Quieres morir aquí y ahora?-- la amenazó con tono enojado y de advertencia. No había cosa que Richard odiará más que esa cobardía en la mujeres ¿Que culpa tenía la criatura? ¿Acaso fue quien le dijo a su madre que abriera las piernas o que? Debería haber usado un mejor método anticonceptivo, o simplemente abstenerse de tener sexo. -- N-o.. Jefe -- trago en seco-- No lo haré...-- dijo un poco asustada, ella sabía que la noticia a su jefa no le iba a agradar mucho, pero el realmente la estaba asustando. -- Más te vale-- le advirtió -- ¿Y el padre? -- No lo sabe y no se si decirle. -- ¿Es un idiota? ¿En serio, Josh? Eres inteligente y vas y te metes con un desgraciado... vaya desperdicio de talento. Ella suspiro, su jefe tenía razón. Vaya metedura de pata. Richard la miro atentamente, no dijo más nada. Volvió a concentrarse en su trabajo. Lo último que quería era que una secretaria embarazada. Su vista periferia logro captar el momento en que su secretaria se iba a desmoronar, la vio con los ojos llorosos. Y No, definitivamente no quería ser el jefe consolador de nadie, así que la ignoro. Al terminar de trabajar, ambos se pusieron de pie y se dirigieron al ascensor. Él la miraba de reojo y pensó — Otra chica Bonita que se dejaba engañar por las palabra salameras de un hombre — grave error. Muy, muy grave y ahora el era él afectado en todo esto. No podía perder a su secretaria, flojera le daba el pensar en capacitar a otra. El ascensor se abrió, salieron y se adentraron en el estacionamiento, se dirigían al su carro, cuando el decidió hablar. -- Si necesitas ayuda solo dime-- suspiro tratando de olvidar el lío de subsecretaria-- También está abierta la propuesta para enviar a darle una paliza al desgraciado. Toma mi palabra, solo dime. Cualquier cosa. Podría ser un infeliz con carácter de perro, mal humorado y todo lo demás, pero, penso en su hijo y en como fue el proceso de gestación. Automáticamente se había ofrecido con ayudar. El bebé no tenía culpa de nada. Su secretaria le sonrió agradecida, si tan solo supiera quien es el padre le daría una Apoplejía a su jefe. -- Gracias, lo tendré en cuenta-- contesto, subiéndose al carro de él. Era muy tarde y ella no tenía los medios de transporte para llegar a su casa. Richard podía ser lo que tú quisieras, pero sobre su conciencia no estaría el c*****r de su secretaria ni mucho menos la depresión que venía después de una violación. Mejor se cubría en salud para no ser juzgado como culpable por hacerla trabajar hasta tarde y por esa causa le pasara una desgracia. Ya en otras ocasiones él le había propuesto un auto que podía pagar a cómodas cuotas sin intereses o una moto. Ella había dicho que lo pensaría. Pero con su nueva condición dudaba que ella fuera a aceptar. Tendría que pensar en otros métodos para las horas extras. Encendió el carro y la dejó en su casa, luego se dirigió a la de él. Al llegar a su casa no se acostó, todos estaban durmiendo. Saco su portátil y empezó a husmear en r************* . Le urgía tener una esposa lo más pronto posible y no cualquiera esposa, el quería la ideal. La ideal para sus planes. Estaba convencido que los Wolton la conseguirían, por algo les estaba pagando una muy buena cantidad de dinero. Su amigo Joseph le había dicho porque mejor no se enamoraba y se casaba con esa mujer. ¿Amor? ¿Quién quiere amor? Es solo un método que se utiliza para aprovecharse de los demás. Él no quería amor ni nada de esas bobadas. Su prioridad era su trabajo. Enamorarse de alguien constaba de entrega, dedicación y tiempo, mucho tiempo. Tiempo que él en estos momentos no quería perder.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD