**Capítulo 4: "Entre Dos Mundos"**

664 Words
**Capítulo 4: "Entre Dos Mundos"** Ok, amig@s, la mañana en Roca Luna llegó con todo el solazo, pero todavía las sombras del pasado estaban colgando sobre mí, Elara y Aric. La maldición ya era historia, los hombres lobo se paseaban por el pueblo como si nada, pero la onda oscura en el horizonte nos decía que todavía no habíamos zafado del todo. Aparece un mensajero con malas noticias. Un enemigo de la época de los dinosaurios, un brujo oscuro llamado Malachai, salía de su escondite, buscando venganza por la ruptura de la maldición que él mismo había armado siglos atrás. Su bronca estaba enfocada en mí, Elara y Aric, los tres que le dieron la contra a las fuerzas oscuras que él representaba. Entonces, nos encontramos los tres en el centro del pueblo. Las caras de determinación decían que nos estábamos preparando para el próximo desafío, aunque ni idea de qué nos esperaba. —Malachai tiene un poder que ni te cuento —avisa Aric, mirando fijo al horizonte—. Nos estamos metiendo en una batalla que va más allá de lo que estamos acostumbrados. Elara, con su espíritu de guerrera, se manda al frente y agarra mi mano. —Juntos zafamos de la maldición. Juntos le vamos a dar batalla a Malachai y lo mandamos a pasear. Yo asiento, tratando de tirar buena onda, confiado a pesar de que se veía una tormenta oscura en el horizonte. —Cada desafío nos hizo más fuertes. No estamos peleando solo contra un enemigo, sino contra una fuerza que quiere tirarnos a la oscuridad eterna. Pero la luz que prendimos no se apaga tan fácil. El pueblo de Roca Luna, inspirado por nuestra valentía, se puso las pilas y se unió para prepararse para la batalla que venía. Hicieron armas, aprendieron hechizos y trazaron estrategias mientras el bosque sonaba como una colmena de aldeanos y hombres lobo laburando codo a codo. En las noches, me ponía a explorar la conexión que compartía con Elara y Aric. Nuestras mentes se mezclaban en un torbellino de emociones y estrategias, formando una alianza que iba más allá de lo físico. En la oscuridad, veíamos la esperanza y la determinación brillando como luciérnagas. Pero Malachai no estaba para tirarse a dormir. Sus susurros oscuros se colaban en los sueños de la gente de Roca Luna, sembrando dudas y miedos. Una noche, Elara, que no podía dormir ni a palos, sintió el llamado sutil de Malachai, una voz que prometía poder y amenazaba con hacer mierda todo. La tríada entendió que para encarar a Malachai, teníamos que ir a los rincones más oscuros del bosque, donde la realidad y la magia bailaban cumbia juntas. Guiados por mi intuición, nos mandamos a explorar un laberinto místico donde cada paso parecía alejarnos más de la realidad conocida. En lo más profundo del bosque, encontramos un altar que parecía salido de una película de terror. Una onda maligna salía de ese lugar, y los murmullos de Malachai se escuchaban en las paredes de esa cámara antigua. La tríada se puso en modo combate, con los corazones latiendo al mismo ritmo mientras la oscuridad nos envolvía. La pelea fue un quilombo mágico entre la realidad y la fantasía. Yo, siguiendo la onda del bosque, usé mis sentidos agudos para prever los movimientos de Malachai. Elara, con su linterna, iluminó la oscuridad, y Aric, hecho un lobo, desató la furia de su manada. El enfrentamiento terminó con una explosión de energía. La magia flotaba en el aire, distorsionando todo alrededor. Cuando se bajó el humo, estábamos los tres en pie, cansados pero victoriosos. Malachai, vencido pero no muerto, desapareció en la oscuridad. Yo, Elara y Aric, miramos fijo al horizonte, entendiendo que la batalla contra las fuerzas oscuras no era un partido que se ganara de una vez por todas. La paz en Roca Luna estaba en una cuerda floja, y nuestros destinos seguían siendo una danza eterna entre la luz y la sombra. (Continuará...)
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