Atrapada

Baje del auto,mire por encima de mis hombros mis dos hermanos bajar. Suspiro al verlos pelear por quién llegaba más rápido a la casa. Cuándo gire mi vista hacia adelante, mis ojos se abrieron en perfectos óvalos azules. Estábamos frente una casa realmente gigantesca.Una fachada de piedra cubria la entrada junto con un camino que la acompañaba. El césped estaba algo largo pero le daba un aspecto terrorífico y seductor al jardín. Había un plantas de Rosales por el medio del mismo con algunas espinas y algunas hojas que recién nacian. Pero lo que más llamó mi atención a mi vista, fue una ventana en la parte superior por encima del balcón del segundo piso.Era pequeña,.no se veía con nitidez en su interior ,pero me había parecido ver una sombra. Gire mi cabeza extrañada para alejar esos pensamientos tenebrosos de mi mente. La casa parecía estar salpicada de un color oscuro desgastados con tantos años .Eso no ayudaba a no idealizar en mi mente historias de fantasmas,las típicas que cuentan con los más pequeños. Cuando mis padres nos dieron un vistazo rápido, pero como siempre tomando sus teléfonos y decidieron ignorarnos. Teniamos que venir a visitar la casa del abuelo, que cuando estaban vivos nunca venimos .Solo se aparecieron en este momento,para ver qué herencias iban a atribuirse a ellos mismos. Entramos luego de abrir la puerta con una enorme llave, tan grande que podría entrar en mi mano y sobresalir. Me llamaba la atención su color dorado pero desgastado con el paso del tiempo. Cuándo sobrepasamos el marco de la puerta de madera gastado,que al parecer tenía un agradable celestecielo pero que solo quedan rastro. Pisamos un suelo bastante ruidoso,el crujir de cada paso se hacía eco en toda la habitación. Mis hermanos se miraron divertidos, comenzando a dar saltos y volteretas a mi alrededor. Frustrada me sentía ,quería un poco de paz ya tenía 19 años y estas vacaciones extrañas de parte de mis padres para "unirnos un poco", aparecieron de lo más aburrido en todos nuestros 19 años de vida,jamás habían intentado acercarse.¿ porque en este momento lo harían? Las arañas el polvo y la tierra, nos saludaban en cada rincón de todas las habitaciones.Primero recorrimos una gran habitación con dos ventanales cuadrados de color verde.Al lado derecho habían unas pequeñas ventanitas, pequeños rayos de sol de colaban. Aunque la verdad era una habitación muy agradable a simple vista. Mis padres nos dijeron que tuviéramos cuidado, porque el pasar de los años no perdona ni siquiera a una bella casa como está.Subimos cautelosos por las escaleras, por cada paso, un crujir provenientesde abajo se esparcía. Cuando lleguemos al segundo piso, casi beso el suelo del alivio. Un largo pasillo nos esperaba,algo estrecho, algo curioso. Entramos a la primera puerta que se asomaba Más tarde escuché las voces de mis padres junto con una voz fina de nujer. Estaban evaluando el valor de cada objeto material,con una señora que no había visto .Por lo que no habían prestado atención a lo que realmente hacíamos. Siempre tenía que estar vigilando a estos dos pequeños terremotos. Ambos mellizos y tenían nueve años. De repente el movimiento de los rulos dorados de Ian, me sacaron de mis cavilaciones,tal vez a podría lastimar . Bufé frustrada, pero tuve que ir detrás de el. Cuando abrí la puerta pensando que él había entrado .Solo encontré nada más que muchas telarañas,polvo esparcido en el aire. Pero llamó mi atención en un rincón,un pequeño cofre de color marrón. Curiosa me acerqué lentamente ,me había olvidado de mi hermano .Por si se preguntaban. Me arrodille lentamente en el suelo escuchando el crujido de las maderas. Ya estaba acercando mi mano despacio, hasta que llegue a tocarlo. Pude sentir una textura extrañamente suave.Sentía un profundo calor proveniente del corazón. Era como si hubiera tocado algo que tuviese vida pero decidí ignorar la sensación .Lo abrí y encontré varios papeles a su interior,sobres de cartas amarillentos,una fotografía con las puntas comidas al igual que varias arañazos del gasto del tiempo. Tomé entre mis manos un sobre marrón algo pesado , lo giré. Se deslizó entre mis manos,un portarretrato perfectamente conservado dentro de el . Lo saqué lentamente observando curiosa aquella antigua fotografía.Recorri despacio cada rincón de la imagen , hasta que me tope con la mirada de aquel joven. Unos ojos grandes de al parecer un color claro ,unas pestañas igual de largas y un cabello muy sedoso al parecer. Las vestimentas puesta que tenía eran antiguas, el se encontraba solo. Tenía una bonita sonrisa, aunque no se apreciaba del todo debido a unas líneas que dejaron el paso del tiempo. la fotografía tenía leve puntos y manchas de humedad. Me hice hacia atrás no quedando sobre mis rodillas , más bien sentada. La fotografía la dejé en mi regazo, una mueva salió de mis labios al pensar que para esta fecha el ya estaría muerto. Luego eleve el retrato alineando sus ojos con los míos. Nunca había sentido mi corazón palpitar tan rápidamente , cuando aquellos bellos ojos se encontraron con los míos en ese alineamiento perfecto. No pude evitar rosar mis dedos a sus diminutos labios. Ni soltar un sonido suspiro , era tan guapo. Nunca ví un chico tan atractivo como aquel joven.Gire mi cabeza despejando aquellos pensamientos extraños. Me levanté y decidí buscar a mi hermano.Cuando me asome en la puerta , el estaba esperándome con una pícara sonrisa. — ¿Quieres darme un susto de muerte ? —Lo siento hermanita — hizo un puchero tierno. Revoleo los ojos . Luego de escuchar los gritos entre mis padres , al parecer la casa no tenía nada de gran valor. Ya estábamos sentados en el vehículo. Mis hermanos , ambos con sus tablets a mi lado . Yo introduje mi mano en la cartera, tomando aquella fotografía. La observé en todo el viaje , cuando la giré. Sorprendida pude notar anotado un nombre y una fecha. Edward, 13 de febrero de 1890. Definitivamente no estaba vivo, suspiré echando mi espalda hacia atrás. Contemple algo melancólica el paisaje tétrico.Los árboles desnudos con sus cortezas maltratadas, la neblina blanca danzando en el bosque y el rocío de la noche asomándose en los cristales del coche. Todo aquello me daba un aire de tristeza. Mire por última vez, acariciando con mi pulgar el rostro de aquel joven .