DANNA
—Es mi sueldo del mes…
Era mi sueldo del mes…
— ¡Ay, por favor! — exclamó Kathy — tú tienes más dinero que ese sujeto despiadado y desagradable.
Sí, claro.
Claramente ella no conocía a Andrew, o no se imaginaba la tentación andante con la que estábamos tratando.
— Es el dinero de mis padres y mis hermanos, Kath — aclaré sin mucho ánimo de seguir con esto. — No es mío, y estos son mis ahorros para conseguir finalmente algo mío.
La morena bufó, me tomó de la mano y rápido como un rayo, nos hizo atravesar aquel callejón oscuro en donde haríamos el trance con su supuesto contacto.
— Pues estamos aquí y ya no nos podemos arrepentir.
Llevaba mis mejillas llenas de carbón, mis ojos cubiertos con un antifaz oscuro, y si no parecía la copia chafa de Gatubela, diría que era la herman
