( … ) — Hay uno bajo el escritorio, señorita White. Elevé el rostro y miré a Andrew con desdén. — ¡Podrías ayudarme! — Podría. — se cruzó de brazos. — pero no lo haré, esto le pasa por listilla… oiga, inclinese más, creo que abajo de la cómoda se fue uno… — ¿Aquí? Andrew negó con un "uh-uh" — baje más la cabeza, estoy seguro que se metió por ahí… Me incliné un poco más, metí la mano bajo la cómoda y levanté más mis caderas para poder alcanzar dicho ratón, hasta que por el reflejo del brillo del mueble, lo vi atento, mirándome el trasero con sumo descaro. ¡Idiota! ¿Un bebé de este imbécil? ¡Ojalá que no! Me levanté, lo acribillé con la mirada y miré la jaula con un puchero. — ¡¿Por qué rayos meto ratones en la jaula y nunca se llena?! Andrew soltó una carcajada. — ¿No cree qu

