Damián Todo era un caos. La propiedad a la que Oliver nos llevó estaba rodeada por varios hombres. Estábamos dispuestos a luchar… hasta que unas camionetas se estacionaron a nuestro lado. De una de ellas bajó un hombre uniformado. Era alto, robusto, con una mirada fría que nos atravesó a todos. Oliver soltó un suspiro a mi lado. —¿Qué haces aquí? —preguntó el hombre, mirando fijamente a Oliver. —Lo mismo que tú, papá —respondió Oliver. Lo miré con sorpresa. ¿Ese era su padre? —Espera aquí. Esos hombres de allá están armados —le ordenó con voz firme. —Iré contigo. Hemos venido por ellas —dijo Oliver, sin dejarse intimidar. Ahora entendía de dónde él y Ailen sacaban tanta información. —¿Ellas? ¿Quiénes más están con Ailen? —inquirió el hombre. —Mi esposa —intervino Jacob, saliendo d

