1. Su hermana
Capítulo 1 —Su hermana
Damián Simone
Me encuentro en este lugar por una sola razón y esa es buscar al infeliz qué se atrevió a jugar con mi hermana y también termino en la cama con mi prometida lo de Sara no me importo tanto despues de todo mujeres hay muchas y ella no era para mi, pero jamás creí que Jacob fuera esa clase hombre, lo conocí me lleve muy bien con él, lo vi como un buen hombre pero las apariencias engañan y vaya que él maldito sabe engañar.
Se que él idiota debe estar en alguna parte, miro a mi alrededor pero no logro encontrar su patético rostro. Dirijo mi vista a la entrada mientras llevo la copa de champán hacia mí boca doy un sorbo y es entonces cuando mi vista se enfoca en ella, una rubia hermosa, sus labios rosados carnosos, parece que no lleva maquillaje sobre ellos, saluda a un par de personas, un hombre se acerca a ella y la saluda, ambos sonríen, claro es tan hermosa como para no tener pareja.
Mi vista no se aparta de la hermosa rubia, lleva un vestido color esmeralda que parece hacer juego con sus ojos, debe ser alguna chica rica y mimada, este evento se hace para que puedas conocer socios, nuevos inversores, no me sorprendería que el hombre junto a ella sea algún empresario y ella solo esté aquí para modelar colgada de su brazo.
No puedo alejar mis ojos de aquella mujer, es como si sus ojos me hubieran hechizado, me gusta, me gusta el brillo en su mirada, me cautiva el color de sus ojos y que decir de su cuerpo, perfecta en todos los sentidos, una diosa hecha mujer ¿que carajos me pasa? ¿Por qué hablo de ella así? Aquí hay muchas mujeres que ver y esta noche puedo terminar con una en mi cama, pero ella ese cabello rubio no puedo sacarlo de mi mente, ninguna es ella.
Diego se acerca a mi con una sonrisa, con disimulo saluda a las demás personas.
—¿Lograste investigar algo? ¿Sabes donde esta el poco hombre de Jacob? —pregunté.
—No, Jacob no vendrá, es su hermana la que ha asistido en representación de él y su empresa —me informa.
—¿Su hermana? ¿Qué haría una chiquilla este lugar? —preguntó soltando una risa burlona.
—Pues su hermana es una gran arquitecta, se habla maravillas de ella, un hermosura de ojos verdes, y no es una chiquilla ella es mayor que Jacob se supone que es ella quien dirige la empresa de los Russo —lo observó con curiosidad.
—¿Sabes quien es? —preguntó, asiente y dirige su mirada hacia la bella rubia.
—Vanna Russo, una de las mujeres mas hermosas de Estados Unidos. Una roba corazones y no corresponde a ninguno —así que ella es la hermana de ese infeliz —Aunque André parece tener suerte con ella, parecen muy cercanos.
—¿André?...
—Si, uno de los herederos de la cadena hotelera de los Greco —responde.
Creo que esto podría ser divertido, así que la diosa no se enamora, veremos que tan difícil puede ser.
Querido Jacob sentirás lo que yo sentí con mi hermana. No debiste meterte con ella, Verity era mucho para ti. Lo siento señorita Vanna mi juego esta a punto de comenzar y usted forma parte de el. Pienso observando hasta donde ella sonríe junto a ese André, hasta su sonrisa es hermosa ¿Quién no caería a sus pies? Como dice Diego ellos parecen muy cercanos.
Por un momento sus hermoso ojos conectan con los míos, sonríe levemente y puedo sentir mi corazón latir desenfrenado, ella no puede gustarme, será un placer tenerla en mi cama pero no habrá nada más. Primera regla: No enamorarse de Vanna Russo. Por más hermosa y atractiva que sea… seguí bebiendo de mi copa tranquilidad, mi mente comienza a maquinar ideas para poder acercarme a ella. La veo alejarse de aquel hombre veo hacia donde se dirige, ella fue hacia los baños, me paseo cerca de ese lugar, momentos después siento como un pequeño cuerpo choca contra el mío, observó su melena rubia y sonrió.
—¿Se encuentra bien señorita? —pregunté, ella levantó su rostro. Sus ojos de cerca son más hermosos y atrayentes.
—Eh… si, lo siento creo que me distraje —su voz era una suave melodía para mis oídos. Me preguntaba como sería escuchar sus gemidos de placer —con su permiso —dijo sacándome de mis pensamientos.
—¿Usted es Vanna, la arquitecta? —pregunte fingiendo interés en su trabajo cuando no conocía nada de ella.
—Así es, un gusto…
—Damián Simone —tome su mano, su piel era tan suave y cálida.
—Un gusto señor Simone —una dulce sonrisa permanecía en sus labios
—He escuchado mucho de su trabajo señorita Russo, me gustaría que pudiéramos trabajar juntos en un futuro —mencione.
—De mi puede escuchar muchas cosas señor Simone, pero sería preferible que sea usted mismo quien vea mi trabajo, así usted decide si le gusta o no —ella busca algo en su bolso, sacó una pequeña tarjeta y me la entregó —Ahí esta mi número de trabajo puede agendar una cita, gracias por su interés en mi trabajo.
—Il mio fiore (mi flor) —aquel hombre la llamo.
—Lo siento debo irme, espero verlo pronto señor Simone —me sonrió de una manera muy hermosa y se alejo de mi. ¿En verdad ellos tendrán una relación? Los veo salir juntos de la fiesta, sonrió, te haré caer Vanna— declaro.
Vanna Russo
Abro mis ojos con pereza, las sábanas se sienten tan suaves que no quiero levantarme, la fiesta de ayer no estuvo tan mala, asistí por compromiso, más no sabia que me encontraría con André en ese lugar.
Mire a mi lado, André dormía tranquilamente, el y yo solíamos ser amigos pero luego decidimos llevar esa amistad un poco más allá, cuando el viaja a Estados Unidos se encuentra conmigo y bueno terminamos en la cama y cuando yo viajo a Italia también tenemos nuestro encuentro, solo es sexo, no tenemos sentimientos de por medio ambos acordamos eso pues ambos esperamos encontrar a la persona a quien daremos nuestro corazón, si el hombre que tendrá mi corazón anda por ahí disfrutando su soltería ¿Por qué yo no?.
No voy a negar que me he enamorado unas dos o tres veces en la vida pero los hombres siempre terminan enviando todo al carajo, tuve un novio muy celoso y los demás me traicionaron, he aprendido que no importa lo hermosa que seas los hombres siempre piensan con la polla, no pueden mantenerla quieta, desde entonces decidí no involucrarme más sentimentalmente, solo cuido mi corazón aunque me vean como una perra. Sanar el corazón no es nada fácil, el hombre a quien se lo entregue es porque si se lo ha ganado, como cualquier mujer sueño en casarme y tener mi familia pero simplemente mi momento no ha llegado, tampoco es que vaya por la vida acostándome con cuanto hombre se me cruce enfrente, si fuera así hubiera terminado en la cama con el hombre de anoche, no estaba nada mal, pero clientes son clientes. Y es por eso que solo busco a André, espero que si se acuesta con otra mujer se cuide, lo mato si termino con una enfermedad por su culpa aunque acordamos ser exclusivos.
—Deja de tus pensamientos y sigue durmiendo —murmura con su voz ronca.
—Debo irme —le informó y el enreda más sus piernas con las mías evitando que me levante.
—Quédate a desayunar conmigo —me pide tomándome por la cintura.
—¡Suéltame André! Debo ir a casa. Mi papá vendrá a buscarme —el hunde su rostro en el hueco de mi cuello.
—Estoy dispuesto a morir en manos de tu padre si te quedas un momento más —murmura, su aliento en mi cuello me provoca u cosquilleo.
—Estás loco… ¿Cuándo vuelves a Italia? —pregunto.
—Mañana —responde.
—Bien, entonces nos vemos en la cena y me quedo toda la noche contigo —propongo.
—Me encanta eso —susurra. Levanta su rostro, sus ojos azules se clavan en los míos, sonríe haciendo notar su hermoso hoyuelo. André era muy especial, pero ambos sabíamos que no podíamos enamorarnos, era un trato aunque yo lo quiero tanto pero como mi amigo. Me despedí de él y me dirigí a casa, esperaba encontrarme con mi madre y no con mi padre, no quería tener un interrogatorio. Aunque André y yo no tenemos una relación todos piensan que es así y mi padre espera el día que nos casemos pero eso no pasará.
André era un hombre excelente pero sabia que había alguien destinada para el, así como también sabia que había alguien destinado para mi, bajo mi vista a mi mano y la acarició. Anoche al tocar la mano de aquel hombre sentí una corriente extraña en mi mano, niego, no debe haber sido nada…