Vanna Me acerque a la mujer frente a mí a pasos lentos, no quería seguirla viendo, me arme de valor, reuní fuerzas y me obligue a no llorar no frente a ella. —Sal de oficina, sal de mi empresa —le pedí. —¿Qué? ¿Aun sigues creyendo que Damián no se olvidara de ti? —el tono de su voz era de burla. La odie a ella por venir y abrir más mis heridas, es eso lo que desea, verme destruida, pero más lo odio a él, lo odio por haberme utilizado y desecharme como si no fuera nada, sin ninguna maldita explicación. Lo odio por haber roto mi corazón, pero más me odio a mi, por haberle dado el poder de hacer eso. —¡Sal de aquí!—exigí. —Solo una cosita más —ella seguía sonriendo y la odiaba más —¿recuerdas que alguien estaba creando mala fama de tu empresa? Yo se quien fue —sonrío con maldad, ell

