Belle Cuando descendemos, todos nos miran, mi padre con cara de enfado en un rincón hablando con mi madre, los padres de Alexander estaban hablando con Nik. —Doña Julia. —Belle querida, ¡felicidades! —ella me abraza y me entrega un regalo. —Gracias, no era necesario molestarte. Alex saluda a su madre y luego estrecha la mano de su padre, que ahora, al mirarlos detenidamente, la similitud entre ellos es increíble, no se puede negar que son padre e hijo. Era un señor elegante. Alexander envejecerá bien a juzgar por su apariencia. Y por unos segundos imagino a los dos en el futuro. —Isabelle, este es Joaquin... —el traga en seco —Es mi padre. —Es un placer conocerte finalmente, Isabelle. Felicidades. —El placer es mío, Sr. Joaquin, gracias. —Muy bella tu prometida, hijo mío — el Sr..

