Belle —Entonces es verdad —dice incrédulo—. ¿De verdad te vas a casar con él? —el dolor en su voz partía mi corazón. —André, puedo explicar. —Ah, vamos, Belle, no vengas a decirme que puedes explicar. Lo que vi no necesita explicaciones —responde él. —Pero... —Pero ¿qué? —me interrumpe bruscamente. —Nada más, realmente ella no te debe ninguna explicación —Alexander está enfadado, puedo sentirlo en su tono de voz. —Cállate, idiota, no estoy hablando contigo —Ahora Alexander lo va a matar. —Estás hablando con mi prometida —Alexander da un paso adelante y me bloquea. —“¿Mi prometida?” Hasta ayer era mi novia, ¿no te das cuenta de que te está usando? De la misma manera que me usó a mí. —André, por favor, no es así, puedo explicar. —No, no puedes. Vamos a entrar, Isabelle —Alexander

