[Claris Romney]
Estos labios, los pruebo de nuevo por segunda vez. Se siente tan bien. No puedo mentir que este hombre besa con demasiada liviandad. Su lengua roza con la mía de forma tan apasionante y agradable. Me estoy perdiendo por completo en la calentura de su beso. Su mano es suave, pero venosa, lo acabo de sentir al presionarla con la mía para que se aleje de mi rostro y despertar junto con ello a su paso.
– ¿Qué, que acaba de hacer? – retrocedo un metro hacia atrás.
– ¡CUIDADO! – vocea sosteniéndome otra vez de la cintura apegándome a él. – Eres descuidada, casi te chocas con el mozo. – me mira con ese rostro fruncido que nunca se le ve nada mal.
– Gra-gracias – me alejo un poco, pero en esta ocasión fijándome la parte de atrás.
– ¿Entonces, te gusto mi beso?
– ¿Qué? – exc
