Prólogo.
–¿Intentas llevarme a la cama con palabras bonitas? — resopló Tanying sarcásticamente poniendo los ojos en blanco.
Los pocos rayos de luz de la luna que lograban colarse por las cortinas de la habitación, reflejaban los rasgos perfectos del hombre, quien sonreía con un toque de picardía al mirar la expresión de la joven que se encontraba al otro lado de la cama.
¿Quién habló de cama? Hay lugares mucho más excitantes para hacerlo necesariamente no necesitaremos de una –Respondió sin pudor alguno. Su voz era seductora y sus ojos negros se iluminaron mostrando la malicia que había en ellos.
–Tú... –Reprochó Tanying entre dientes.
Su cuerpo se estremeció temblando por la cólera, mientras su pequeño rostro se teñía de rojo por la vergüenza y la rabia que le causaban las palabras de aquel hombre tan descarado.
–¡Maximiliano Cash! –de repente gritó su nombre completo para luego apuntarlo con su dedo índice–Tú, hombre sin escrúpulos, ¡Primero! Un puto payaso patea mi estúpido trasero antes de que pase algo entre nosotros. Te recuerdo que el único motivo por el cual estoy aquí es porque no tuve opción alguna, ¡No seré, y no soy ninguna de tus putas baratas con las que sueles revolcarte! ¿Quieres sexo?, pues perfecto ve a buscarlo en otra, no soy el juguete s****l de nadie.
Las facciones de Maximiliano cambiarán drásticamente, esfumando por completo su buen genio—¿Qué clase de esposa manda a su esposo a cometer infidelidad?, ¿Acaso tan desesperada te encuentras por encontrar motivo alguno para incriminarme y así poder divorciarte de mí?, ja, ja, ja cariño apenas ha pasado unas horas desde que nos casamos ¿o me equivoco? —
—¡Oh!, por dios acabo de ser descubierta, maldición, debí esforzarme en - fingir un poco mejor para no ser demasiado obvia, ¡demonios! — dijo Tanying dramáticamente en son de burla, haciendo que el rostro de su esposo se volviera mucho más oscuro; sin embargo, esto no pareció preocuparle en lo absoluto, ya que sus facciones se tornaron de total seriedad mirando directamente a los ojos enfurecidos de su esposo sin miedo alguno.
—Creí que mis intenciones eran lo suficientemente claras para ti “esposito”, desde que nuestros padres comenzaron con esta mierda de matrimonio, obligándonos a estar donde ahora estamos ¿O qué pensaste Que esto sería un puto cuento de hadas como los de Disney, ¡Oh! Espera— Expreso la joven agitando sus manos en el aire para luego agregar; —Mi amado señor millonario olvidaba que todo lo que usted puede poseer tiene que comprarlo con dinero, ya que ese es el único medio en que sabe conseguir algo.
De repente, una carcajada amarga se escapó de los labios de Tanying produciendo ecos por las sólidas paredes de la habitación. Aunque la calefacción estaba encendida, no se podía percibir ningún rastro de calidez en los recién casados, más bien el ambiente se sentía tan frío como una noche de invierno solitaria para ambas almas que se debatían en la rivalidad.
Sin siquiera haberse percatado en que tiempo Maximiliano había llego justo donde estaba ella, el fuerte agarre de aquellas manos frías en su brazo que le causo dolor produciendo que su cuerpo se estremeciera, eso fue suficiente para que alzara su mirada y así encontrarse con aquellos ojos fríos que irradiaba pura furia, que si las miradas mataran seguramente Tanying hace mucho no contaría con vida.
—No te creas la gran cosa, el hecho de que seas la hijita consentida de papi no significa que voy a tolerar tus insolencias hacia mí. Controla tu lengua estarás en graves problemas, no soy ninguno de esos chiquillos con los que estas acostumbradas a tratar en tu pequeño mundo de superioridad— Advirtió entre dientes, como si con cada palabra la estuviera asesinando.
Era inevitable que una chica como Tanying no se sintiera intimidada cuando en realidad por dentro estaba totalmente aterrorizada, quien no lo estaría si cada persona que habitaba en aquella ciudad temía estar en presencia de aquel hombre que por desgracia ahora era su esposo, ¿Qué cuáles eran los motivos para que el fuera tan temido y a la vez el delirio de muchas mujeres por su hermoso rostro? Pues solía haber especulaciones y rumores que en su totalidad ninguno de ellos hablaba bien sobre su persona, pero lo más intrigante de todo es que nadie sabía si todo eso eran verdades o falsedades.
—¡Suéltame! —
La mano grande y delgada que agarraba su muñeca no la soltó, sino que la sujeto con aún más fuerza— Tenemos una cama que compartir por el resto de nuestras vidas amada mía —
La expresión de la joven se convirtió en horror total, aún no asimilaba la idea de que se hubiera casado, pero este tipo ya quería que durmiera en la misma cama como sí que realmente fueran la pareja del año cuando claramente estaban muy lejos de serlo ni siquiera podían soportar respirar el mismo aire ¿cómo se suponía que iban a compartir la misma una cama?.
Tanying negó con su cabeza y su cuerpo tembló— ¡Ni hoy, ni en ninguna otra noche, pienso dormir en la misma habitación donde este tu horrible presencia!, mejor vete quitando aquella ridícula fantasía de tu cabeza, ya que esto no es un matrimonio real, suficiente con la farsa que tengo que montar de una felizmente esposa enamorada frente al público, para que ahora tenga qué soportar tu tonta idea de jugar al papi y a la mami ¿Esto realmente tiene que ser una pesadilla?— dicho eso, logro zafarse con mucha suerte de su agarré, sin perder tiempo corrió velozmente hacia la puerta que daba al corredor.
Maximiliano no se atrevió a decir palabra alguna. Por un momento quedó perplejo, ante el rechazo que había acabado de patear su enorme ego, siendo el hombre más deseado por una multitud de mujeres, había sido rechazado por una simple chiquilla. Mirando como desaparecía la delgada figura de su esposa—¿Pesadilla? — murmuro Maximiliano con lentitud, mostrando una sonrisa siniestra en sus labios…… —Terminarás al igual que todas las que fingían ser difíciles bajo de mis sabanas solo es cuestión de tiempo, de eso me encargo yo…