Capítulo 2

2585 Words
August sonrió amable y agito su mano al igual que el resto de su equipo cuando contemplaron a su expareja, Antia, salir de la estación de bomberos con el grupo de pequeños de entre seis y siete años con la felicidad desbordando de sus rostros infantiles. Mientras August les había dado un recorrido a los pequeños por toda la estación, mostrándole desde su oficina, las duchas, los camarines, la cocina, la gran habitación en el segundo piso donde cada hombre poseía su propia cama para cuando estaban de turnos como guardia y una sala de juegos, para finalmente terminar con el carro de bomberos, donde le había permitido a los pequeños subirse y recorrerlo. En todo momento, August no había hecho más que mantener una perfecta actitud profesional y amigable como todo hombre y alfa responsable, hacia su expareja Antia Walsh, a diferencia de lo que creían los integrantes de su equipo, en especial Jackson que era su amigo más cercano. Sí, Antia era una mujer hermosa con su cuerpo delgado decorado con sutiles curvas tentativas, su cabello castaño rojizo liso hasta sus hombros y con dulces pecas en su rostro, en el cual estaban dos grandes ojos color avellanas. Ella no era desgarradoramente hermosa, pero era linda y su personalidad dulce, lo cual la convertía en una agradable compañía. Antia era una profesora muy amada por todos en la escuela y por cada padre de los alumnos, era una mujer dulce pero que August ya no podía ver como algo más que una amiga, y ella estaba bien con eso. —¿Seguro que las chispas no saltaron entre los dos? —pregunto Jackson moviendo sus cejas. August negó con su cabeza—. Nosotros terminamos por decisión mutua, quedamos como amigos incluso. —Pff, si claro, exnovios siendo amigos —bufó su amigo—. Y en todo caso por qué terminaron una relación que pronto cumpliría el año, es la más larga que has tenido hasta el momento —observó. Internamente August quería rodar sus ojos y bufar ante el intento de su amigo por averiguar por qué termino con Antia hacia casi cinco meses, y en realidad, lo hizo. —Vamos —exclamo rodeando los hombros de August—. Terminaron de un día para otro y siguieron actuando como amigos, todos tienen curiosidad. Al menos, dime a mí para no seguir en esta agonía —dramatizo. August resopló una risa—. Idiota. —Cuando gustes —rió contagiando a su jefe. —El último año los dos nos dimos cuenta de que ya no estaba esa chispa de antes entre nosotros —comenzó—. Ella incluso me preguntó si se debía a que no me podía complacer como lo haría un hombre, ya que sabes que no es secreto que soy bisexual, pero... —se encoge de hombro—. Luego de hablarlo simplemente nos percatamos de que habíamos estado actuando más como amigos que otra cosa. —Entonces... ¿No te molesta si voy detrás de ella? —preguntó arqueando una ceja. —Adelante —respondió haciendo un ademán con sus manos—. A decir verdad, alguien ya está en mi mente —reveló. —Oh... Eso suena interesante —comentó interesado—. ¿Hombre o mujer? —Mujer... Creo —respondió dudoso—. A decir verdad, no lo recuerdo muy bien, solo sé que cuando desperté un momento en el hospital vi una bonita cara acompañada de un pequeño cuerpo con increíble aroma. Jackson silbo—. Si su aroma te atrae eso ya lo transforma en alguien posiblemente importante, pero lamento decirte que cuando llegue por ti, el único que estaba contigo era Nolan. —Entonces Nolan debe de saber a quién estoy buscando —anunció y reviso la hora en el gran reloj circular colgado en lo alto de la pared de ladrillo—. A esta hora está en la cafetería del hospital almorzando, iré a verlo y de paso comer —decidió—. Quiero que el camión esté limpio para cuando vuelva. Un "sí señor" general se escuchó antes de que August fuera a los cambiadores y se colocara su propia ropa casual, dejando el traje de bombero dentro de su casillero. Saliendo de la estación de bomberos, ignoró la sonrisa divertida de Jackson y luego se subió a su automóvil.  Estaba seguro de que no pasaría mucho tiempo para que todos en Busan se enteraran de que estaba interesado en alguien del hospital... Posiblemente.  En un pueblo pequeño donde en su mayoría eran integrantes de la manada de lobos Miller, humanos o shifters no importaba, significaba que todos estaban al tanto de todo, pero de buena manera si contaba e ignoraba las veces en que la dueña de la panadería le había intentado presentar a su hija, o el jefe de la ferretería presentar a un chico e incluso su hermano gemelo, Hayes, había intentado buscarle una cita desde que termino con Antia. Y si, cuando decía gemelos quería decir exactamente eso. Ellos eran gemelos en toda su gloria, compartiendo similitudes desde su altura de 1,85, su cuerpo tonificado y firme pero sin músculos exagerados, cabello n***o y corto junto a los infaltables ojos grises que compartía toda la familia Miller, los líderes y únicos alfas de la manada.  La única manera de reconocerlos si no eran sus padres, era cuando se les veía acompañados. Mientras que August estaba bien tanto con hombres como mujeres, Hayes era un hombre heterosexual hecho y derecho, pero también era un coqueto de primera. Al menos sus padres tenían las esperanzas puestas en él con tener nietos y continuar con el linaje Miller, quitándole otro peso a August, ya que su hermano también era el próximo líder de la manada. Y aunque todos eran unos entrometidos con buenas intenciones, no significaba que no fuera un poco molesto, en especial Hayes, quien era incluso más entrometido que sus propios padres. Frunciendo el ceño, August aprovecho que el semáforo continuaba en rojo para sacar de su bolsillo el teléfono. Inmediatamente bufó al contemplar el nombre de su hermano brillar en la pantalla. —Hablando del diablo... —murmuró contestando la llamada y colocando el altavoz—. Que sea corto y rápido que estoy conduciendo —anunció dejando el celular en el asiento de copiloto cuando cambio la luz a verde. —Hey, ¿cómo es posible que esta sea la forma de contestarle a tu hermano mayor y futuro líder? —Solo eres mayor por tres segundos —le recordó—. Y cuando asumas la posición como alfa después de que se retire papá es que te voy a tratar como el líder. —Sigo siendo el mayor y próximo líder, deberías de escucharme siempre —se quejó. —¿Qué es lo que oigo? ¿Un oficial de policía diciéndome que puedo hablar por teléfono mientras conduzco? —preguntó con una sonrisa burlona. —Ja ja, que gracioso —resopló—. ¿Almorzamos juntos? —preguntó. —Uhm no, ya tengo planes —respondió intentando no dar muchos detalles, de todos en el pueblo, esperaba que Hayes fuera el último en enterarse de que estaba interesado en alguien más después de Antia. —¿Con quién? —preguntó interesado—. Me enteré de que Antia tenía una excursión de la escuela en tu estación de bomberos, ¿es con ella? —Nop —respondió—. Y antes de que te hagas otras ideas, solo hablamos lo justo y necesario de forma profesional. Hayes resoplo—. Que aburrido eres hermanito. Bueno, entonces te aviso que el fin de semana se mudaron unas pocas familias y otros chicos solitarios y solteros, para que tu escuadrón tenga cuidado con sus cambios y por si deseas ir a conocer a los nuevos en busca... —Adiós Hayes —cortó tomando su celular, terminando la llamada. Asegurándose de que estaba estacionado en un lugar donde no interrumpiría el paso de nadie o la salida de la ambulancia, August Miller se bajó de su automóvil y se dirigió al hospital, yendo directamente a la cafetería de esta donde sabía, que encontraría a Nolan. Saludando a las personas a su paso, el alfa August sonrió cuando cruzó las dobles puertas abiertas y contempló a Nolan con su bandeja de almuerzo sobre la mesa. Tomando una propia la lleno con comida, pago a la cajera e inmediatamente se dirigió hacia el pensativo beta. —Hola Nolan —saludo sentándose a su lado. Tomando un sorbo de su gaseosa, el castaño médico le observó arqueando una ceja. —Asumo que hay una razón por la que hayas decidido almorzar en el hospital en vez de ir un restaurante con buena carne asada —observo tranquilamente, volviendo a comer de su puré de papas. —La hay en realidad —asintió comiendo de su propio almuerzo, que en realidad era una hamburguesa con papas fritas y ensalada. —¿Te duele algo? —preguntó extrañado. —Nop, estoy totalmente curado —respondió corriendo el mechón de su cabello que cubría el costado de su frente, revelando piel sana donde antes había una cicatriz—. En realidad, vine porque quería saber si alguien me atendió antes que tu o si hubo una persona, enfermera, u otro médico ayudándote en algún momento —aclaro. —Oh, sí —asintió—. Jimmy lo hizo. —¿Jimmy? —repitió—. ¿Una mujer? —¿Mujer? —repitió y negó—. Es un hombre, se llama Jimmy, Jimmy Parker y es el nuevo médico pediatra —explicó—. En ningún momento hubo alguna mujer. —Jimmy... —murmuro por lo bajo, saboreando con lentitud el dulce nombre. —Sí, no se supone que él debía de atenderte ni a ninguno de la manada ya sabes, pero los médicos y enfermeros encargados de los shifters estaban ocupados y como Jimmy estaba ayudando te vio y te llevo a una habitación, afortunadamente llegue a tiempo para que no presenciara tu poder curativo —explicó—. Así que no te preocupes por ello. —¿Es un humano? —preguntó. Nolan asintió—. Estuvo conmigo en la universidad, coincidimos en algunos cursos y nos volvimos amigos, cuando me contó que planeaba mudarse a un lugar menos homofóbico le propuse un puesto aquí aprovechando que estaba vacante. —Entonces es gay —sonrió en grande. —No me gusta esa sonrisa tuya —se quejó el beta—. Hombre, no puedes estar interesado en Jimmy si ni siquiera lo conoces, y a diferencia de tus otras parejas, él es humano —le recordó. —¿Y? Otros humanos residentes también saben de nuestra existencia y naturaleza. —Si, pero fue porque se acoplaron con un lobo y tu padre les permitió revelar el secreto, y aun así no es algo que se les permita compartir con toda la familia —indicó. August frunció el ceño—. Hey, ¿por qué no eres como los demás que están interesados en buscarme una pareja? Nolan resoplo—. Porque Jimmy es mi amigo quien al igual que tu viene saliendo de una relación según me contó y no te diré los detalles más que termino hace un mes a diferencia de Antia y tú... También, tengo el presentimiento que cuando ustedes se conozcan será algo intenso —reveló. —Demonios —sonrió el alfa—. Solo despiertas más mi curiosidad. Al menos dime como es él. —Totalmente tu tipo, un pequeño y lindo twink —respondió divertido, señalando con su cabeza al hermoso rubio despampanante que caminaba hacia ellos. —Nolan, ¿quieres un cupcake? —pregunto la hermosa obra de arte tomando asiento frente al beta—. La señora que entrega la comida me dio dos. —Jimmy... Nadie entrega la comida, uno se la sirve y luego va a la caja para pagar —indico divertido Nolan. Aquellos hermosos ojos azules parpadearon lentamente. Observando sobre su hombro, Jimmy contemplo a la señora que le había servido lo que él había pedido, ella le sonrió y le cerró un ojo. Volviendo a sentarse bien, inclino ligeramente su cabeza hacia atrás y soltó una sonora carcajada tintineante y dulce que tiro desde lo más profundo de las entrañas a August. Joder si no era una dulce risa digna de un hermoso ángel. —No sé por qué no me sorprende —expresó Nolan con diversión—. En tan solo unos días has enamorado a cada personal del hospital. Encogiéndose de hombros, Jimmy ignoró el ligero rubor en sus mejillas y sonrió de forma dulce y esperaba que también atractiva mientras por fin se permitió a sí mismo observar al endemoniadamente atractivo hombre sentado al lado de su amigo. En cuanto Jimmy había cruzado las puertas de la cafetería, fue consciente del gran y apuesto hombre sentado al lado de su amigo. Fue imposible para él no reconocerlo cuando en su mente, no había podido quitarse al magnífico macho a pesar de que sabía, que muy posiblemente era el amante de Nolan. —Vaya... ¿Creo que nos hemos visto antes? —pregunto de forma amable, a pesar de que le recordaba a la perfección. August abrió su boca y en seguida la cerró cuando sus fosas nasales capturaron nuevamente el dulce y atractivo aroma del lindo hombre rubio, junto con un toque de lujuria. Su lobo se agitó y gruño demandando obtener más de ese dulce afrodisíaco. —Mierda... —exclamó dejando tanto a Jimmy como a Nolan sorprendidos. —Disculpa, no sabía que mi presencia era una molestia —expresó Jimmy tomando su bandeja y levantándose de la mesa antes de que el alfa pudiera reaccionar. —No, espera... Yo —balbuceo August cuando fue consciente de lo mal que se escuchó su respuesta.  Pero ya era demasiado tarde, el hermoso hombre rubio de bonitos ojos ya había salido de la cafetería. —Si, esto fue tan intenso como me lo imaginaba —pronuncio Nolan tomando un sorbo de su gaseosa—. ¿Quieres hablar de lo que fue eso? —preguntó tranquilamente. —No sé, yo... —suspiro frustrado, pasando sus manos por su corto cabello n***o—. Mi lobo simplemente reaccionó de forma intensa y... Uhm... Creo que es posible que Jimmy sea mi pareja... Mi destinado —reveló, observándolo confundido. —Hablando de intensidad —murmuro el beta silbando bajo—. ¿A dónde vas? —preguntó cuando contempló al alfa levantarse. —Tengo que hablar con él, explicarle —pronuncio. —Toma asiento August, y piensa un poco —dijo calmadamente—. ¿Qué le vas a decir exactamente? ¿Qué es tu otra mitad, tu destinado, tu pareja luna? —preguntó—. Jimmy es humano por lo que solo creerá que estás loco. Puede que el aroma sea una señal para encontrar a tu posible pareja, pero estás seguro de que lo es. —Lo es para los otros —gruño. —Pero tú no eres un otro, eres un Miller, un alfa —le recordó—. Creo que sería mejor de que hables con tu padre al respecto antes de abordar a Jimmy. Sabiendo que Nolan tenía razón, August prosiguió comiendo su almuerzo mientras planeaba llamar a su padre luego de llevarle el almuerzo a sus chicos. Y en ningún momento, aquellos bonitos ojos azules salieron de su cabeza.
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