Elisa hacia resonar sus zapatos de tacón por el mármol de la casa grande coordinando los últimos detalles ataviada en un hermoso vestido de seda rosa oscuro en brocados dorados. Acomodo sus guantes y toco la puerta dos veces antes de entrar a la habitación de Gaëlle con una sonrisa, adentro demasiadas mujeres se esmeraban en dejar su cabello totalmente rizado suelto hasta su espalda. Tenía un pequeño moño que sostenía una diadema brillante que realmente la hacían lucir como una princesa, en cuanto la miro le sonrió ampliamente. Su vestido era de seda y encaje verde menta el cual la hacía lucir muy bellaa, le habían regalado muchas flores dispuestas en jarrones preciosos de cerámica artesanal por todo el lugar que lo hacía parecer un jardín. Se miro al espejo pensando que así se vería casi

