Capitulos 1 Decidida.

2003 Words
Olivia. Yo Olivia Paez, viví hasta mis doce años en mi ciudad natal, haciendo amigos como hermanos, porque lamentablemente soy hija única, tenía una amiga llamada Emma, y un amigo llamado Eric, ella vivía al lado derecho de mi casa y él del lado izquierdo éramos inseparables. Yo creo que mis padres no se arriesgaron a tener más hijos porque temían que salga tan feo como mí padre, y como yo, ¡ay si mí papá supiera que sigo teniendo esos pensamientos sobre él, realmente se decepcionará de mí! pero eso era un secreto que no debía salir de mí boca, aunque tenía miedo que leyera mí mente puesto que a veces hasta terminaba mis frases. Para salir de mí incógnita les pedí un hermanito como regalo, pero me dijeron que mejor no, que nosotros tres éramos suficiente, así mí teoría quedaba confirmada, para qué traer más personas feas a este mundo, ya con dos era suficiente. A mis doce años ya mencionados, a mí abuela materna le diagnosticaron cáncer de mamas, y tuvimos que mudarnos a su casa para cuidarla, esto quedaba bastante lejos de mí ciudad natal, de mí hogar, fueron seis años difíciles de lucha que al final terminó perdiendo la batalla. Y con eso volvimos a nuestro hogar, aunque teníamos la posibilidad de quedarnos, para mí mamá era muy duro seguir en esa casa donde tenía muchos recuerdos y dónde perdió a su mamá. Con mis amigos Emma y Eric siempre nos mantuvimos en contacto, y en vacaciones nos visitábamos, yo me quedaba en casa de Emma y siempre Eric iba a su casa y hacíamos pijamadas y jugábamos todo el tiempo. En mí antiguo hogar también había dejado muchos amigos, porque como dije las palabras de mí padre calaron muy profundo en mí corazón, como una huella. Y aunque no era agraciada, por mí carisma todos en el colegio me amaban. Fui delegada de la clase seis años seguidos, y el séptimo, no lo sé eso tendría que verse. Hoy era el primer día de clases en mí nueva escuela, lo bueno de todo era que no estaba sola, Emma y Eric, asistían a mí misma escuela, además había pedido cuando me anoté si podía ir al mismo salón de clases que ellos, puesto que mis amigos también cursan su último año de secundaria. Visualice una banca para esperar el colectivo que me llevaría a la escuela, había estado esperando a los dos ingratos de mis amigos y como tardaban, decidí caminar sola hasta aquí. Al no verme deduje que se apurarían y me alcanzarían. Me senté en la banca y cerré los ojos tirando la cabeza hacia atrás, estaba muy ansiosa pensando en mí primer día de clases, ser la nueva no era fácil, no sabía si sería ignorada o aclamada. Si era ignorada no era tan terrible después de todo tenía a mis amigos, y ser aclamada eso estaría súper bien. Inhale profundo cuando de pronto sentí una colonia masculina penetrando mis fosas nasales, era tan rica y sin mirar podía percibir que el dueño de esa colonia, era irresistible, nadie con esa colonia podría no ser guapo, pensé, con los ojos cerrados seguí el aroma de esa embriagadora fragancia, que no deje de inhalar hasta no chocar con mí nariz hasta el destinatario. ¡Por Dios qué vergüenza! Primer día y ya pasando vergüenza. Pero ese pecho se sentía duro, ¿acaso hacía ejercicio?. —¿Estás bien? —preguntó una voz ronca como esas melodías que llamaban a las cobras. Cuando abrí los ojos no podía creer lo que veían mis pobres ojos. No sabía que Megan fox, Scarlett Johansson, Angelina Jolie junto con Bratd Pitt, Leonardo DiCaprio, Henry cavill, había donado sus espermatozoides y óvulos para concebir un hijo, porque si este Dios griego, no tenía esos padres, ¿Quiénes eran sus padres?. ¡Por Dios santo qué hermoso chico!. —¿Estás bien? —volvió a preguntar con el ceño fruncido parecía preocupado por mí estado de estupidez, me había quedado como boba mirándolo y no podía emitir palabras. —Sí disculpa, no desayuné hoy y me mareé un poco —mentí, pero él no tenía que saberlo. Sonrío de manera amable, jamás vi una dentadura tan perfecta. —Soy Oli… —quise decir mí nombre pero el chico fue llamado por un auto, que tocó bocina estacionando cerca nuestro, él se levantó rapidísimo y subió al coche, desapareciendo rápidamente de mí campo de visión. Me levanté de mi asiento y miré hacia la nada por donde el chico tan hermoso había desaparecido. No tuve tiempo siquiera de decirle mí nombre, y él tampoco tuvo la oportunidad de decirme el suyo, me lamenté. —¿Qué estás mirando? —cuestionó una voz detrás mío. Gire para mirar al dueño de esa voz que también miraba hacia la dirección donde se había ido ese guapo. Pero en realidad me percaté de que eran dos pares de ojos mirando a esa dirección. —Miro por dónde se fue el hombre de mí vida —confieso con tristeza —. Quizás no lo vea nunca más —agache la cabeza con tristeza. —No seas tan dramática. —Jamás vi a un hombre tan apuesto, lindo, hermoso, bueno y condescendiente. —Los tres adjetivos primero no cuentan son los mismos —corrigió mí amiga. —¿Y quién era? —No lo sé —me encogí de hombros —, no tuve tiempo de que me diga su nombre. Se fue antes que siquiera decir el mío. —Da igual, seguramente no era tan lindo, tiendes a exagerar. Lo miré mal porque si algo tenía, era buen gusto por los hombres. —No voy a responder a ese comentario si lo llegase a ver otra vez se los mostraré y se van a tener que tragar esas palabras. Vino el colectivo y nos subimos a este, suspiré pensando en el hombre sin nombre del que me había enamorado, el amor el amor. Al llegar al colegio mis amigos me explicaron que por ser el primer día teníamos que hacer una fila, en mí caso con mis nuevos compañeros. La directora dió un lindo discurso de bienvenida, y ahí fue cuando volví a ver a ese hermoso espécimen. No podía creer lo que mis hermosos ojos color marrón estaban viendo, él estaba en el escenario con esa hermosa sonrisa mostrando sus blancos dientes. —Es él. Es él —susurre a mi amigo tirándole de la remera para llamar su atención. —¿Quién? —preguntó fastidioso Eric golpeando mí mano para que lo deje de sacudir. —El chico más guapo de todo el mundo —exclamé con un suspiro. —¿Quien? —preguntó frunciendo el ceño mirando primero a mí y después a quien estaba señalando —¡Por dios? —susurro y rodo los ojos—, ese tipo es un idiota. —No puede ser un idiota se comportó muy amable conmigo hoy. Me preguntó con una hermosa sonrisa como me encontraba. —¿No te bastó con tu primera experiencia?. Ese idiota no te conviene. Es un egocéntrico, agrandado, mujeriego e idiota de todo el colegio. No te fijes en él —advirtió. Al terminar el discurso de bienvenida, todos caminamos a nuestros respectivos salones, resultó que mí salón quedaba al lado del suyo, y caminé pausadamente de manera imperceptible para mis amigos, para entrar junto con Kevin, porque ahora sí sabía su nombre. Él venía conversando de manera segura y entretenida con un par de chicos más, había uno de lentes delgado, otro muy lindo, con unos ojos espectaculares, pero no era tan hermoso como Kevin, otro chico morocho alto que parecía musculoso, y por la forma que se expresaba parecía un bravucón, y otro castaño de la estatura del que tenía anteojos. En la entrada del aula conectamos miradas pero solo eso, y desapareció entrando al salón. Nos acomodamos en un lugar vacío que había, Emma se sentó conmigo y Eric con otro compañero delante nuestro llamado Bruno, que jugaba de vez en cuando con nosotros cuando éramos chicos, esperando la llegada del profesor. —Ya me mostró al príncipe azul —expresó sarcástico Eric. —¡De verdad! —dijo emocionada Emma —. ¿Quién es? ¿Quién es?. —Es el idiota de Kevin García —solto molesto. —¡Ay no! —dijo con decepción Emma —, no Olivia no, ni se te ocurra fijarte en él, solo usa a las chicas, además… —hizo silencio de pronto. —Además qué, que soy fea y nunca se fijaría en mí. —Yo no dije eso. —Pero lo pensaste. —A ver —pensó unos instantes—, no pienso que eres fea, te lo dije muchas veces. Pero él ha salido con las chicas más hermosas del colegio, y las desechó como si fueran basura, no quiero que te haga eso a vos. Porque si te diera una oportunidad, tenlo por seguro que solo te usaría lastimándote. —Emma, igual solo te estaba molestando, estoy resignada con mí aspecto físico, y sabes bien que eso no es impedimento, como bien digo siempre… —Actitud mata belleza —interrumpieron al unísono. —No quiero que la pases mal, este sujeto no es como al anterior sujeto —Gonzalo, se llamaba Gonzalo, bueno se llama porque en realidad no murió. —Bueno ese, este es mucho peor, este es idiota con todas las letras. Ya la pásate una vez mal, y no quiero que pasemos por lo mismo —si que ellos sufrieron conmigo por mí mala experiencia con Gonzalo. —No va a pasar lo mismo —aseguré —, además yo lo dejé a él. —Y qué con eso, no quita que la pasamos mal. —Lo prometo —levante mí mano —, no voy a sufrir —asegure. —¡No! —sentenciaron. —Vamos solo díganme unas cositas de él. —No cuentes con nosotros —sentenciaron. —Ok, ok, yo solita, sin ayuda de nadie —recalqué las últimas dos palabras alternando la mirada en ellos —, voy a averiguar todo sobre él —ellos rodaron los ojos negando con la mirada —!¡Ay no! —parecen simbióticos siempre hablando al mismo tiempo. —Bruno —llame su atención que solo había sido un espectador —, Brunito, qué sabés tú de Kevin. —Bueno, yo… —Nada, no sabes nada —interrumpió mí amigo —, y te advierto —dijo con tono amenazante —, no le digas una palabra —lo señaló con el dedo, a lo que Bruno levantó las manos a lo que yo suspiré. Llegó un profesor con rasgos asiáticos, pero lo que más me sorprendió era el idioma en el que habló, para mí sorpresa era el profesor de inglés, no de c***o, coreano o japonés, que raro, ¿no?. —Dicen los rumores —se acerca Emma a mí susurrando para contarme un chisme —, que este profesor cuando era más joven se enamoró de una alumna. —¿Y qué pasó? —eso sí que era un chisme, ese tipo de cotilleo me encantaban. —No lo sé, solo se dice eso. No sabemos siquiera sí es cierto —encogió los hombros. —Si vas a contar algo así, tenés que saber todos los detalles y segundo asegurarte de que sea cierto —advertí. Mientras el profesor se presentaba y tomaba lista, volví a pensar en Kevin García. ¿De verdad sería así como ellos decían?. —Emma volviendo al tema Kevin, sabes sí… —No, no sé nada y apoyo totalmente a Eric, de mí parte no va a salir ni una palabra acerca de él —advirtió firme. —Bueno, no importa, yo solita voy a averiguar todo sobre él. No los necesito, hoy existen las r************* —digo obvio. No soy ninguna acosadora pero por él, podría volverme en una.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD