Capitulo 2 Mí rival

1863 Words
De lejos escucho mí nombre y Emma que me codea. —El profesor dijo tu nombre —murmura entre dientes y yo levanto la mano. —¿Eres nueva? —pregunta y yo asiento —, bienvenida. —Gracias —digo con una sonrisa.. Comienza con la clase, y me olvidé de contar que soy bastante inteligente, he hecho cursos de inglés, de informática y canto. La puerta del salón es abierta de golpe por una chica que juro parecía modelo, rubia de ojos azules, cintura pequeña pierna largas, labios carnosos y se mueve de forma sensual, con mucha seguridad, es realmente hermosa, y con ella también se asoman otras dos chicas más, que también eran lindas pero no tanto como la primera. —Señorita Jiménez —advierte el profesor —, no puede ser que el primer día de clases ya llegue tarde —manifestó elevando la voz. —Perdón profesor —un defecto tenía que tener, su voz era tan chillona que parecía que me taladraban los oídos, hizo puchero y comenzó a balancearse enrollando un mechón de pelo en sus dedos, ¿acaso estaba coqueteando con el profesor?, Alan como se presentó el profesor era un hombre muy guapo, alto como dije rasgos asiáticos, y aparentaba tener unos treinta años —, se me hizo tarde estaba… —Si el primer día llega tarde no me quiero imaginar cómo seguirá el resto del año —dijo fastidioso —, sus coqueteos no causan ningún efecto en mí así que guárdelos para alguien más, por favor compórtese —sentenció —, y busquen un lugar y ubiquense. Lo mismo va para ustedes dos señorita Rivero y Rivas —las tres miran buscando un lugar vacío, del otro extremo del salón de dónde nos encontrábamos nosotros allí había unas sillas vacías. —Ah por cierto —me codeó Emma llamando la atención y susurra —, ella es Aylen, la novia de tu novio —la miré no entendiendo —, la relación intermitente de Kevin. Salen con diferentes personas y al final terminan juntos —se encogió de hombros. —Hyu profesor —se quejó la rubia, no me había dado cuenta que estaba frente a mí —, porque dejó entrar a personas tan feas al salón —me miró haciendo cara de que hubiera olido popó. Al instante se escuchó unas risillas de algunos compañeros, no me molestó, entendía que con su chiste trataba de ser graciosa, y los demás buscaban su aprobación, Emma se tensó de inmediato pero le toqué de manera disimulada la mano para que se tranquilizara, estaba acostumbrada a ese tipo de comentarios. —Ay profesor, porque dejó entrar a alguien tan tonta —refute con su mismo tono de voz, unos cuchicheos se escucharon y la rubia se puso furiosa. —Tú no sabes quién soy yo —grito furiosa —Sí, alguien que debería comer mejor porque se le nota a leguas que muere de hambre, con una voz de p**o que rompes lo tímpanos y que seguramente su IQ es menor de 70 —me miró sorprendida, chasqueo la lengua —, claro seguro que ni siquiera sabes que es un IQ —la clase empezó a reír fuerte haciendo que su ira suba aún más, los mira de manera asesina haciendo que todos se callen. —Por supuesto que se lo que es eso. ¡Profesor! —él todavía no había intervenido —, le puede decir a esta fea que se vaya de la clase —parece que se creía la dueña de la escuela. —Lo que voy a hacer es pedirte que te sientes de una vez así comienzo con la clase —las burlas se intensificaron y su cólera brotaba por los poros, se encontraba roja de la ira. Pobrecita no sabía ella con quién se había metido. —Esto no termina aquí —murmuró y me señaló con un dedo furiosa. —Cuando quieras —respondí cuando se alejaba moviendo los dedos en forma de saludo. —Nadie se enfrenta a ella es una bravucona —me advierto Emma. —Tranquila sé defenderme. —Eso lo sé, pero ella no actúa sola, siempre sus séquitos están pegada a ella, no te voy a dejar sola —me dio su apoyo y lo agradecí, aunque no lo necesitaba. Después de dos horas de clases sonó el timbre del recreo, la clase estaba interesante, no me percaté de que había pasado tanto tiempo. —Señorita Paez —interrumpió el profesor mí paso a la salida, seguramente me iba a reprender por el altercado de hoy. —Sí, profesor —me acerqué a su escritorio. —Miré, sé que usted es nueva, por eso le voy a pedir que tenga cuidado con la señorita Aylen, es un poco… prepotente y puede tomar represalias contra ustedes después de lo de hoy, cualquier cosita no dude en avisarme —me pareció muy tierno que se preocupara. —Gracias profesor, lo tendré en cuenta. —¿Tiene alguna duda? —pregunto. —En realidad sí —hizo un gesto animándome a preguntar —. ¿Usted se casó con una ex alumna? —al momento que lo largué me arrepentí, pero era algo que me rondó toda la clase. —No le responderé eso —parecía que no se había molestado —, y no le daré un reporte solamente porque aunque se rumorea eso, usted fue la única que se animó a preguntar directamente —sentí un gran alivio, mis padres se pondrían furiosos llevando un reporte el primer día de clases. —Entonces eso es un sí o un no —insistí, tenía que saber. —No juegue con su suerte, váyase ya si no quiere un reporte —su voz sonó dura y salí corriendo del lugar. Caminé con pasos acelerados porque ya tenía hambre, había desayunado pero igual quería comer. Al llegar a la cafetería ya sentados me estaban esperando Eric, Bruno y Emma, !habían traído mate!. ¡Gracias a Dios!. Me senté con ellos. — Y qué te dijo el profesor? —Qué soy realmente hermosa y que era un honor tenerme en su clase —bromeé. —Dale. —¿Te dije que eres una odiosa?. —Todo el tiempo. —Pobre hombre quién se casé contigo. —¡Ya, qué te dijo el profesor!. —Qué me cuidé de Aylen. —Te lo dije —saque mí celular y me puse a investigar. —¿Qué estás haciendo?. —Lo que ustedes no quieren decirme, estoy buscando a Kevin García en r************* —dije sin quitar los ojos de la pantalla del celular. —Bueno, creo que no tienes ninguna oportunidad —manifestó mí amiga señalando hacia una mesa donde se encontraba Kevin y Aylen comiéndose la boca, ¡por Dios como me gustaría que esa boca sea la mía!. —Lo siento mucho —expresó Eric con un lamento muy fingido. —Ah, no importa. Cómo ustedes dijeron en algún momento eso va a terminar y para cuando llegue eso tengo que estar preparada. —¿Para cuando llegue qué? —cuestionó Bruno, claro él no me conocía nada. —Cuando ellos terminen, ahí estaré yo para él —mis amigos rodaron los ojos. —Yo creo que tanto porquería romántica que consumes te está atrofiando el cerebro. No tienes esperanza, y no lo digo por ti, lo digo porque él es un idiota superficial —los demás la miraron —, lo siento, pero alguien tiene que hacerle entrar en razón —si algo caracterizaba a Emma era su honestidad, y entendía que no trataba de bajarme la autoestima, por supuesto que tenía razón, Aylen era una diosa, y seguramente con cualquier chica con la qué haya salido Kevin era masomenos el estilo de Aylen, obviamente no se podía bajar el estándar, pero como todo chico superficial él elegía solo pensando con la cabeza, y no hablo precisamente con la de arriba, por eso necesitaba sola una oportunidad, solo una cita y demostrarle mis encantos. —¿A qué te refieres con porquerías románticas? —la miré mal sabía a lo que se refería pero le estaba dando oportunidad de retractarse. —A todas esas películas que te hacen ver el lado distorsionado de la vida real, esas películas que te hacen creer que él sujeto arrogante en el fondo es bueno y para nada superficial y la chica no popular y para nada agraciada se queda con él. ¡Ah no!, puede meterse conmigo todo lo que quiera pero no puede meterse con el gurú de las películas. Sus palabras me ofendieron, no podía hablar así de la biblia para feas. —Emma, ni se te ocurra decirle porquería romántica al gurú de las películas para feas tales como: el diario de Bridget Jones, el diario de una fea, en el mejor momento, my mad fat diary y Angus Thongs and perfect snogging, the Duff, se busca novio, películas clásicas donde la fea o gorda se queda con el apuesto solo por mostrarse cómo es, por su carisma, personalidad e intrepidez, donde las feas ganan y las lindas pierden. —Definitivamente esas películas te atrofian el cerebro —inhala y exhala —, no quiero ser una mala amiga, solo no quiero que ese idiota te use y rompa el corazón como pasó con Gonzalo —en ese instante me iluminé. —Otro ejemplo Gonzalo y yo, él es muy lindo y yo fea y sin embargo se fijó en mí —me miró desconcertada. —¡Porqué eras una apuesta!. Por eso lo dejaste, ¿acaso eso no te rompió el corazón?. ¡No quiero verte más en esa posición!. —¿Pero no estuvo arrastrándose como perro cuando se dio cuenta de que estaba enamorado de mí?. Las feas pueden conseguir al lindo, además, si te rechaza un feo tú siento fea no tiene ningún mérito, pero si te rechaza un lindo por lo menos lo intentaste. —Y para aclarar, según tú afirmas que Gonzalo es lindo, no hay pruebas que lo confirmen. —Porqué borre todas sus fotos, y bloqueé sus redes y de w******p, no podía mostrar debilidad, soy fea pero tengo orgullo. —Ok —levanta las manos —, no me meto más has lo que quieras. —Ok —dije tocando mí pantalla para seguir a Kevin por ** —, ahora sabré todo lo que hace. —Yo creo que no tienes nada de qué envidiarle a Aylen —comentó Bruno con un poco de vergüenza, él es muy lindo de verdad, solo un poco tímido, pero a mí no me gustaba es un buen amigo. —Gracias Brunito. —Sí quieres después de clases pueden ir a vernos como jugamos a la pelota. —Estaría genial. —Sobre todo porque jugamos contra el otro curso. —¡Bruno! —lo reprendieron Emma y Eric. —No alimentes imposibles —intervino Eric. —Me has puesto en un aprieto —los ignoro —, pero como mis amigos que son, los alentaré a ustedes. Veamos qué más hacía Kevin, después de clases.
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