- ¿Te puedo decir un secreto?...- La pequeña niña jugaba con sus dedos.
- ¿Qué?...- El pequeño jugaba en su consola.
- ¿Puedes...puedes mirarme?...- Balanceaba sus piernitas en la silla.
- ¡Argh!. ¿Qué quieres?...- El niño se volteó a verla.- Habla rápido.
- Si...- Sonrió con emoción y tomó la mano de su amigo.- Tu…- Se sonrojó.- Me gustas.
- Tu a mi no...- Tiró con fuerzas de su mano y se giró a ver la TV.- No me gustas y tampoco me gustaras.- Se levantó de su asiento.- Ya me voy...
- ¿Vendrás a jugar mañana? .- Tenía los ojos acuosos.
- No. Ya no quiero venir, no quiero jugar contigo. Mejor busca a alguien más...
- Cameron...- Rompió en llanto.- ¿Por qué eres tan malo? ¿No somos amigos?
- ¡No soy tu amigo!.- Frunció el ceño.- Solo venia a jugar y te dejaba jugar conmigo porque mis padres me obligaban. Yo no quiero ser tu amigo. Asi que no me vuelvas a buscar ni le pidas a mis papás que me traigan hasta aquí. ¿Entiendes?.
- ¡Mnn!...- Asintió mientras tenía la mirada baja y se mordía los labios.
"Tal vez...solo tal vez...si no nos hubieran impuesto el uno al otro. No nos hubieran empujado a estar cerca, a llevarnos bien. Si tan solo no hubieran forzado nuestros sentimientos… Solo tal vez...esta historia sería diferente".
- Oye, oye.- Cameron chasqueó algunas veces sus dedos frente al rostro de Ella.- ¿Me estás escuchando?
- ¿Lo que acabas de decir es cierto?.- No salía de su estupor.- ¿Es cierto que Candace está embarazada?
- Lo confirmamos hace unos días.- Asintió.
- ¿Unos días?
- El día de la reunión en casa de mis padres Candance me llamó alterada. Cuando me encontré con ella me mostró la prueba, era positiva. Para asegurarnos mejor fuimos al hospital.
- ¿Lo sabías hace días y hasta ahora me lo dices?
- No tengo que contarte sobre mis cosas.
- ¡¿Acaso estás loco?!.- Propinó un manotazo a la mesa y se levantó.- ¿Eres estupido?
- ¿Por qué diablos te alteras?.- La vió con enojo.
- ¿Te atreves a preguntar por qué me altero?.- Sonrió con enojo y empezó a pasearse de un lado al otro.- Dime una cosa.- Se detuvo colocando sus manos en su cintura.- ¿Yo donde quedo en todo esto?
- ¿Qué?
- ¡¿Se te olvida que estamos casados?!.- Le gritó con ira.- ¿Se te olvida que ambos estamos metidos en este problema?.- Asintió.- Candance está embarazada ¿Dónde diablos quedo yo?
- Lo nuestro ni siquiera es real.
- ¿Así que por no ser real te sientes en derecho de hacer lo que se te pegue la gana y de dejarme en ridículo frente a todos? ¿Pensaste en mí? ¿En mi integridad? Para ti será muy fácil, tomas a Candance y a tu hijo y haces una nueva vida sin problemas ¿Y yo? Me convertiré en el hazmerreir de todos al ser la estúpida que terminó siendo traicionada y engañada.
- Creo que estás exagerando.
- Quiero el divorcio.
- ¿Qué?.- Se levantó de su asiento.- ¿Acaso te escuchaste?
- Quiero el divorcio.
- Apenas vamos a cumplir un mes de casados y sabes que el contrato es por un año. Ya hablé con Candance y el tema del embarazo se quedará en secreto hasta que el contrato finalice.
- ¡Quiero el maldito divorcio!.- Gritó y sus ojos se llenaron de lágrimas.
- ¡No nos vamos a divorciar!
- ¡Eres un maldito imbécil!.- Se acercó y golpeó el pecho de Cameron en repetidas ocasiones mientras sollozaba.- No mediste las consecuencias de tus actos y mira el problema que ocasionaste, ahora me arrastras contigo.- Lo siguió golpeando.- ¡Te odio! ¡Te odio!
- ¿Qué sucede?.- La nana llegó a toda prisa.- Mi niña.- Corrió a detener a Ella.- ¿Qué está sucediendo?
- ¿Podemos hablar de forma civilizada?.- Cameron se quedó viendo a Ella.
- ¡Vete al diablo!.- Lo empujó para luego salir corriendo.
Los sentimientos entre las personas son algo que florecen con el tiempo y el cuidado adecuado, no con la insistencia y mucho menos forzándolos ya que a fin de cuenta dichos sentimientos pueden verse opacados por algunas sensaciones, como el enojo y la frustración.
Cuando dos personas han nacido para estar juntas no importa los obstáculos y desafíos que la vida ponga, al final un sentimiento más grande que toda frustración y enojo persevera, el amor. Muchas veces debemos experimentar por nosotros mismo y no guiarnos de los que los demás quieren que veamos, al final, si abrimos nuestros ojos y ponemos suma atención encontraremos el camino correcto ante nosotros.