El secreto se devela.

2369 Words
Después de una larga platica con sus amigos y de pensarlo correctamente los señores Parker decidieron platicar con Ella sobre lo que sucedía pero una vez que la vieron llegar con el rostro sonriente y una expresión risueña sus planes se detuvieron. No podían causarle una tristeza al hablarle sobre algo que podría ser tanto probable como improbable, quizás el señor Simons era un clasista de primera, pero nadie podía descartar que una vez que conociera a su hija sus pensamientos cambiaran así que decidieron esperar y ver. Cameron había decidido que tampoco diría nada, no estaba dispuesto a inmiscuirse en esos asuntos, mucho menos se buscaría un altercado y que lo terminaran tachando de entrometido o envidioso por lo que mejor se mantuvo al margen. Los días pasaban y con ellos la ansiedad y emoción de Ella por conocer a la familia de su novio. No quería tener un romance a escondidas, consideraba que su amor era hermoso y que merecía ser visto por todos. Había sido criada por sus padres con valores y principios, para ella la aprobación de los padres era lo más importante. Pero las citas se aplazaban una y otra vez, las fechas se cambiaban y las excusas llegaban una tras otra. Bryan inventaba cada cosa para evitar dicho encuentro, no tenía interés alguno de llevar a la chica ante sus padres sobre todo sabiendo el drama que se le vendría encima cuando su padre se enterara que Ella Parker pertenecía a una familia humilde y que su estatus estaba muy por debajo del suyo. Ella por su parte empezaba a sentir que las cosas no iban tan bien como imaginaban, su novio mostraba un comportamiento un tanto diferente y esquivo. Incluso en su trato empezaba a ser diferente, ya no la llamaba con frecuencia, mucho menos se interesaba en sus cosas, de pronto aquel novio interesado y cariñoso se fue transformando. - ¿No vendrás esta noche?.- Ella hablaba por su móvil. - Lo siento nena pero hoy no puedo. Me surgió algo. - Pero se suponía que hoy cenaríamos con mis padres. Incuso mis padrinos también están aquí. - Cielos, lo olvidé por completo.- Hizo una pausa.- En verdad lo lamento mucho, no podía romper este compromiso con mis padres. Por favor discúlpame con ellos. Prometo que la próxima vez te compensaré. - Está bien.- Ella suspiró.- Descuida, yo les explicaré. - Gracias nena. Ahora debo irme. - De acuerdo. Te amo. - Hasta luego cariño.- Colgó la llamada. Ella seguía con su móvil pegado a su oído aún después de que la llamada finalizó. Ahora que lo piensa con detenimiento, nunca ha escuchado una respuesta por parte de Bryan a sus “te amo”. Al principio lo adjudicó a que el chico podría ser de esos que son un tanto vergonzosos a la hora de expresarse y que solían demostrarlo con actos, incluso pensó que simplemente el romance no se le daba mucho así que no insistió pero el tiempo ha transcurrido, llevan alrededor de un año y 3 meses así que ya en ese tiempo no habría problema alguno para poder expresarse sin vergüenza alguna ¿No?. Sacudió su cabeza levemente tratando de despejar aquellas ideas, quizás estaba pensando de más. A lo mejor solo eran ideas suyas por lo que la mejor opción era no darle más vueltas. - Por lo visto hay problemas en el paraíso.- Cameron estaba a sus espaldas, recostado en la pared. - Deberías de meterte en tus asuntos.- Ella frunció el ceño. - Y tu deberías de dejar de ser tan ilusa.- Dibujó media sonrisa. - Cierra la boca.- Pasó por su lado. - Dicen que el amor vuelve a las personas estúpidas. Ya me di cuenta que es así. Tu eres un ejemplo de ello. - ¿Tienes algo para decirme?.- Se giró y caminó hacia él.- Parece que hoy tienes muchas cosas para decir así que adelante. - No tengo nada que decir.- Negó. - ¿Seguro?.- Lo vio con enojo. - Bueno…- Sonrió.- Si…- Rascó el puente de su nariz.- Más bien es un consejo. Creo que deberías de estar más al pendiente de tu entorno. Conociéndote lo que menos te gusta es quedar en ridículo y que tu pose de niña buena se derrumbe. - ¿Y tu quien demonios eres para darme consejos?.- Habló con enojo.- Se supone que no te importa mi vida ¿Por qué te metes? - Tienes razón.- Asintió.- No me importa y no debería meterme.- Metió sus manos en su bolsillo y sonrió.- Puedes hacer con ella lo que te plazca. - Vete al carajo Spencer. - Tu también vete al carajo Parker. - ¿Ya están peleando de nuevo?.- El hijo mayor de los Parker aparecía.- Ya cásense. - ¡Deja de decir tonterías!.- Ella le gritó a su hermano y luego se alejó a toda prisa. - ¿Tonterías?.- Sonrió.- Déjenme decirles que del amor al odio solo hay un paso y ustedes algún día lo cruzaran. - Si, claro.- Cameron sonrió con ironía mientras se alejaba. - Ya los veré.- El mayor sonrió. ……… Los días siguieron pasando y Ella cada vez más se fue impacientando ante la nueva actitud de su novio y sus excusas a la hora de conocer a sus padres. No quería presionarlo por lo que se mantuvo en silencio y no volvió a tocar el tema, tampoco era como si tuvieran mucho tiempo para platicar ya que la pareja cada vez se veía menos. Sus encuentros se volvían cada vez más breves, ya fuera en la Universidad o fuera de esta el poco tiempo que pasaban juntos lo dedicaban a breves encuentros pasionales llenos de intensos besos y caricias lascivas. Ella aún no se atrevía a cruzar la línea, a pesar de su edad y de que la mayoría de sus amigas ya habían experimentado el sexo ella todavía se había quedado un tanto rezagada en ese tema. Se dejaba llevar por los besos, caricias, incluso le había practicado una que otras veces un oral a su novio pero algo no le permitía avanzar más allá. Quizás era miedo, vergüenza o la sensación de que algo no marchaba correctamente. No se atrevía a entregarse por completo a su novio y este empezaba a mostrarse un tanto inconforme. Empezó a pensar que quizás por esa razón él había estado alejándose, no quería perderlo pero tampoco se atrevía a cruzar esa línea. Cuando no pudo más ante la extraña actitud de su novio tomó la decisión de platicar con él. Sus padres la habían enseñado que con la platica platica sincera las cosas se podían resolver. Estaba dispuesta a contarle lo que le molestaba y también a escuchar lo que él tenía que decirle, solo era cuestión de buscar una solución para mejorar las cosas y que la relación volviera a ser la de antes. Así que no lo pensó dos veces en ir por su novio cuando supo que aquel sábado se encontraba en el club nocturno Jam`s. Esa noche Ella se colocó su vestimenta más llamativa, soltó su largo pelo y se maquilló, quería causar una gran impresión en su novio, quería recordarle que seguía siendo su princesa hermosa como solía llamarla. Pero la impresión que provocó en este fue muy diferente a la esperada. Bryan Simons perdió todo el color de su rostro al ver a la hermosa chica de pelo castaño aparecer frente a él. El trago que sostenía terminó cayendo al suelo formando un ruido sordo el cual había sido opacado por el bullicio de aquel lugar. Los jóvenes que lo acompañaban guardaron silencio y se vieron unos a otros con una pizca de asombro y temor. Ella no entendía sus reacciones ¿Por qué se veían asustados ante su presencia? Estaba a punto de preguntar cuando su novio la tomó del brazo y tiró de ella con dirección a la salida. No entendía la actitud de su novio, no daba crédito a su comportamiento. - ¿Qué haces aquí?.- Una vez fuera del club soltó su brazo. - Yo…- Sonrió.- Quería verte. necesitaba hablar con… - ¿Qué? ¿Ahora me vas a perseguir como novia celosa?.- Le habló en tono hostil llamando la atención de los demás. - ¿Qué?.- Tembló.- No es eso, yo solo… - ¡Estoy compartiendo con mis amigos! ¿Por qué te apareces aquí de repente? - Yo solo…- Sus ojos empezaban a tornarse acuosos. Los gritos de su novio empezaban a ponerla nerviosa y a avergonzarla ya que las personas se giraban a verlos.- ¿Podrías no gritar? Estamos en publico.- Bajó la mirada.- ¿Podríamos hablar en otro lugar? - ¿Ahora quieres que deje a mis amigos? No pensé que fueras una persona invasiva y egoísta.- Sonrió con enojo.- Pensé que eras diferente. - Te juro que no soy así.- Sus lágrimas empezaron a correr.- Yo solo quería hablar contigo, quería arreglar las cosas. Te estás alejando así que pensé que algo te estaba molestando. No quiero que estés molesto conmigo. - Justo ahora no quiero hablar de eso.- Peinó su pelo.- Estoy pasando un rato muy agradable con mis amigos. Dwayne está de cumpleaños y lo que menos quiero es amargarle su fiesta. Mejor hablemos en otro momento. - De acuerdo.- Se envolvió con sus propios brazos y bajó la mirada. - ¿Quieres que llame un taxi? - Vine en el coche de mis padres.- Seguía cabizbaja. - Bien, ahora regresa a casa, mañana te llamo. - Entiendo… Avergonzada y herida Ella se dio la vuelta para marcharse, aún seguía cabizbaja, no quería levantar la vista para enfrentar las miradas de los curiosos, solo quería marcharse de allí lo más pronto posible antes de terminar rompiendo en llanto. - Estuve buscándote.- Una chica se acercó a Bryan.- ¿Por qué desapareciste? - ¿Ah?.- Bryan se agitó al ver a la chica aparecer. - Bebé…- La chica acunó el rostro de Bryan en sus manos.- ¿Sucede algo? - ¿Bebé?. Bryan se giró con rapidez al escuchar la voz de Ella a sus espaldas. Ahora se encontraba en medio de aquellas dos chicas mirando de un lado al otro y tragando con nerviosismo, al final la mentira había llegado a su fin. - ¿Bebé?.- Ella tenía los ojos llenos de lágrimas.- ¿Acaso escuché bien? - ¿Así que finalmente te enteras?.- La otra chica sonrió mostrando malicia. - ¿Tú quién eres?.- Observó a la chica. - ¿Yo?.- Se acercó a Bryan y rodeó su cuello con sus brazos.- ¿Me presento o lo haces tu bebé? - Ve a dentro Ania.- Le habló a la chica. - ¿Por qué?.- Volvió a sonreír.- Ya las cosas llegaron a este punto. No veo la necesidad de seguir ocultándolo. - Tu…¿Estás con ella?.- La voz de Ella se quebró.- ¿Estás con ambas al mismo tiempo? - Hablemos mañana.- Bryan se giró hacia Ella.- Solo…regresa a casa. - ¿Me estuviste engañando con esta chica? - ¿Engañándote?.- La chica soltó una carcajada.- ¿Todavía esta ilusa cree que es la novia oficial? - Te dije que entres Ania.- La alejó.- Déjame resolver esto. - De acuerdo.- La chica le sonrió a Ella.- Fue un placer haberte conocido querida. Ella observó a la chica alejarse, la vio caminar con gracia y una gran sonrisa en sus labios, mostrándose victoriosa. Al final de cuentas la única que estaba quedando en ridículo era ella. Todos a su alrededor secreteaban y murmuraban entre risas mientras la veían. Su cuerpo no reaccionaba, sus piernas no le respondían, por más que quisiera moverse no podía hacerlo, solo temblaba y derramaba lágrimas. Levantó la vista hacia el chico frente a ella, su expresión era serena, casi imperturbable, en ese instante sintió dolor, furia, frustración, su cabeza empezaba a doler al igual que su estomago, quería vomitar, aquella sensación era tan desagradable y dolorosa, mucho más dolorosa que la vergüenza que sentía. - ¿Me vas a explicar?.- Ella finalmente habló.  - Creo que ya no hay nada que explicar.- Se encogió de hombros.- Ya lo viste con tus propios ojos. - ¿Por qué?.- Sus lágrimas brotaron.- ¿Por qué me traicionaste? Siempre he sido buena contigo, me he portado de forma correcta y he hecho las cosas que querías. - Hablemos en otro momento.- Observó a su alrededor.- No vayas a montar una escena. - ¿¡POR QUE ME ENGAÑASTE!?.- Gritó.- ¿Por qué te metiste con otra estando conmigo? - ¿¡Que no escuchaste!?.- Le gritó.- Aquí…la única traicionada fue Ania ¡La traicioné contigo! - ¿Qué?.- Se tambaleó. - ¿Querías saber la razón por la cual no te llevé con mis padres?.- Se acercó a Ella.- No te llevé…porque mi novia oficial es Ania. - ¿Qué estás diciendo?.- Sollozó. - ¿Eres tonta? ¿No escuchaste? - Pero…- Tragó con pesadez.- Tu y yo llevamos más de un año juntos…- Rompió en llanto.- ¿Por qué…? - Así es…- Su expresión se tornó sombría.- Y fue una pérdida de tiempo.  -.....- Temblaba mientras mordía su labio inferior. - No lo niego, me sentí atraído hacia ti. Por tu belleza, eres muy atractiva y codiciada por muchos así que pensé ¿Por qué no?.- Dibujó una sonrisa fría.- Pero no imaginaba que fueras tan santurrona, aburrida e insípida. - Detente.- Llevó sus manos a sus oídos y los cubrió. - Solo quería tenerte en mi cama pero tú siempre actúas como una santurrona. Me fui cansando, soy un hombre, esos juegos de niños no van conmigo. No tiene porque perder tiempo contigo si tenia una novia la cual te supera en muchas cosas. - Cállate…- Empezó a golpear el pecho del chico con sus puños.- ¡Cállate! ¡Cállate! - Ahora que sabes la verdad espero que me dejes en paz.- La empujó haciendo que cayera al piso.- Si tienes algo de dignidad no vuelvas a buscarme.- Se dio la vuelta y se marchó dejándola sola. - No es justo.- Lloraba sentada en el suelo.- No es justo ¿Por qué me tratas así?.- Susurraba para sí mismo mientras lloraba.- ¿Por qué?
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