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El renacer de una flor

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Blurb

Muchas veces se llega a creer que el amor lo puede todo y que esas almas que se unieron fueron por gracias del destino, pero sabes que muchas veces suele ser incierto. Marilyn se caso joven, tenia solo 20 años cuando contrajo nupcias con Joaquín hijo de una de las familias más ricas de toda la ciudad. Cuando ambos se vieron cupido los flecho de inmediato, se comprometieron dos meses después y se casaron al siguiente mes, viviendo los mejores años de su vida.

Marilyn estaba tan flechada de amor por su esposo que no se dio cuenta de los indicios de infidelidad, hasta que un día ocurre lo inevitable, golpe tras golpe llevaron a aquella mujer al hospital y a un estado depresivo.

Pero pronto todo cambiara.

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CAPITULO 1 No sé cómo salir de aquí.
PARENTAL ADVISORY EXPLICIT CONTET Las siguientes narraciones pueden ser sensibles para el publico si eres menor de 18 será mejor que pares de leer la historia, pero si lo haces es bajo tu propio riesgo, pero además aprenderás a descubrir los diferentes métodos de manipulación masculina y los indicadores que te dicen, ¡Sal de esa relación toxica! ¡ACLARACIÓN! Este autor no promueve la violencia de género. Miraba detenidamente los golpes a los lados de mis costillas, dolían como si no hubiera mañana y tampoco podía entender como el hombre que alguna vez ame me tratase de esta forma, aquel hombre no era mi Joaquín, aquel hombre era un completo monstruo que estuvo mermado durante 5 años. Yo ya no lloraba por él suplicándole que pare, simplemente me quedaba hecha bolita recibiendo todos los golpes y jalones de cabello, los insultos iban subiendo cada vez más de tono y ni hablar de los miles de formas en las que estuvo a punto de tirarme del segundo piso de nuestra casa. Sacudo mi cabeza saliendo por completo de mis pensamientos y me dirijo a la tina ya lista con agua fría, al meterme mi cuerpo comienza a titiritar, pero luego se relaja, y de esta forma logro sanar mis heridas más fáciles. Hola soy Marilyn Espinoza de Guevara y mi esposo es Joaquín Guevara el mayor productor vinícola de todo el país, heredo todo lo que posee gracias a su padre el cual lo adora y lo tiene como todo un santo, a comparación de sus otros hijos, Ernesto Guevara y Agustina Guevara, sacados completamente de la herencia familiar por no querer seguir con el legado. Todo mi infierno comenzó cuando mi suegro Eliecer Guevara quiso convertirse en abuelo, y a decir verdad nosotros aún nos encontrábamos en nuestra juventud, queríamos conocer y viajar por todo el mundo como parejas de recién casados normales, aún no nos sentíamos aptos para ser padres, apenas habíamos dejado de ser unos niños y nuestra experticia no era la suficiente. Pero luego llegaron las amenazas. —    No recibirán un peso de mi herencia si no me dan un nieto. Aquellas palabras seguían recorriendo mi cabeza como una toca disco. Claramente, Joaquín se asustó y me insistió mucho en darle un heredero, enamorada no me negué, lo intentamos una y otra vez, cada prueba que veíamos negativa nuestras esperanzas decaía y yo me sentía inservible como mujer, ya que no podía procrear como todas las demás. Impacientes y por querer saber que sucedía acudimos a nuestro médico de cabecilla, allí nos hicieron exámenes de fertilidad. Aquello fue lo peor que pudimos… me corrijo, lo peor que pude haber hecho en mi vida. Cuando los resultados llegaron estos arrojaron que mi útero era un lugar hostil y que por ende no podía tener hijos. Sé que hay muchas mujeres que sueñan con no ser madres porque consideran que es una carga, pero yo si anhelaba serlo y que me dijeran que mi útero era un lugar hostil carcomía toda mi feminidad. Mi amado esposo estuvo alejado de mí por varios meses, aquello también me daño, la ansiedad creció por todos aquellos pensamientos que comencé a tener. Me dejará. No soy suficiente como mujer. Soy un asco. No sirvo para absolutamente nada. Pero luego todo se fue apaciguando cuando hablamos y arreglamos nuestro problema. —    Joaquín sé que podemos arreglar esto. — decía mientras que tomaba sus manos con cariño. —    ¿Cómo podemos hacerlo? Tú no puedes tener hijos. —    Pero eso no significa que no posea óvulos, existe la fertilización in vitro, podemos alquilar un vientre. —    No será nuestro hijo, tú no lo cargarás en tu vientre. —    Si tendrá nuestro ADN, porque sería mi óvulo y tu esperma, la persona que escojamos para que lleve a nuestro hijo solo será eso. —    ¿estás segura de esto? —    Claro que si mi amor, estoy segura de que nuestra familia crecerá. —    Te amo. —    Te amo más mi amor. Después de eso investigamos con respecto a la fertilización in vitro, conseguimos un vientre de alquiler y todo parecía ir sobre ruedas, no le habíamos dicho nada a mi suegro de que pronto seria abuelo hasta que nos dieran el sexo de nuestro bebe. Y de nuevo todo se fue en picada, nuestra madre de alquiler sufrió un aborto espontáneo… mucho dinero se perdió en aquel embarazo fallido y Joaquín volvió alejarse. Un día llego a las 4 de la mañana a casa, borracho y con un perfume barato de mujer sobre toda su ropa. —    Tú. — me señalo con el dedo índice al verme acostada en el sofá esperando su llegada. —    Amor ¿Dónde estabas? Estaba preocupada por ti. — intento acercarme a él, pero me repele de un manotazo. —    Te odio, eres lo peor que me ha ocurrido en toda la vida y ahora gracias a ti no recibiré mi herencia. — el rencor de sus palabras iba directo a mi frágil corazón. —    Joaquín estás borracho y no sabes lo que dices. — lo excuso. —    Tras de eso eres estúpida. — se carcajea. — los borrachos siempre dicen la verdad y ahí te va otra. — Joaquín se tambalea antes de soltar su otra verdad. — tengo una amante y la veo desde hace mucho, ella si me dará un hijo digno de llevar mi apellido. —    ¿Qué? Mi corazón se rompió aquella mañana en miles de pedazos, Joaquín el hombre que he estado amando durante los dos primeros años me fue infiel, busco su felicidad en los brazos de otra mujer, pero ahí no termino mi historia. —    Será mejor que me vaya a casa de mis padres. — me doy la vuelta para subir a nuestra habitación. Detrás de mí podía sentir los pasos pesados de Joaquín, pero no le doy la más mínima importancia. —    Tú no iras a ningún lado Marilyn, tú no mancharás mi nombre. —    Y tú si podrás manchar el mío dejándome como una cornuda. — me volteo enojada. — Bravo Joaquín, bravo. — aplaudo para luego seguir mi camino. —    Yo soy el hombre de esta casa y hago lo que se me da la gana. — me agarra fuerte mente del brazo. —    ¿esa es tu justificación? — me giro para encararlo. — este no eres tu Joaquín y espero que recapacites cuando no esté aquí. — como pude me zafé de su agarre. Entro a nuestra habitación y comienzo a sacar mi maleta para luego proceder a guardar algo de ropa. —    Deja tu ropa donde estaba Marilyn, o realmente me conocerás. —    ¿me estás amenazado? — lo miro incrédula. —    Si, ahora o pones tu ropa de nuevo en donde estaba o la colocaré yo y no te gustara. —    No te tengo miedo. —Y seguí guardando mi ropa en la maleta. Aquella madrugada recibí el primer golpe, cuando lo recibí debí haber ido a una comisaria y denunciarlo, o haberme ido lejos de él para más nunca ser encontrada, pero no lo hice. Al día siguiente llego con un ramo gigante de rosas rojas, se disculpó conmigo por haberme golpeado y se excusó diciendo que estaba bajo los efectos del alcohol. Lo perdoné. Me juro que nunca volvería a colocarme la mano encima y han pasado tres años de aquella promesa y cada vez que tiene la oportunidad me golpea, me grita y llegando muchos más lejos… forzarme a tener relaciones sexuales con él. —    Marilyn que tanto haces en el baño, llegaremos tarde. — golpea fuertemente la puerta del baño. Tomo la bata de baño que cuelga a un lado de la tira y me envuelvo en ella para salir del baño. Hoy leerían el testamento de mi suegro, había muerto hace tres días y hasta ahora el notario había podido revelar el testamento. Nunca me había sentido tan feliz como el día que me enteré de que había fallecido, por fin sería libre de Joaquín sin sentir la presión de aquel viejo maldito, había recopilado todos los abusos mediante videos, coloque de forma estratégicas cámaras por toda la casa para mostrarla ante un juez y que quede evidenciado lo maltratador que es Joaquín Guevara. Me visto con un vestido completamente n***o y me maquillo un poco para disimular las ojeras que tenía por dormir tan poco. Joaquín se había seccionado de no tocar mi rostro para no levantar sospechas, el maldito definitivamente tenía una reputación que dañar y lo disfrutaré cada momento. —    No entiendo por qué las mujeres se demoran tanto para vestirse. — entra enojado a la habitación. —    Ya estoy lista. — suelto fría —    Bueno, mueve el culo directo al auto. — odiaba su lenguaje obsceno. Paso por su lado y lo único que recibo es un azote en mi trasero, mientras que se ríe con maldad. Subimos al auto y nos ponemos en marcha para ir a la notaria. No dejaba de pensar en todo este revuelo que se armara, ya que cuando el viejo dejo su testamento no borro a los hermanos de Joaquín y cuando se enteró de aquello hizo las peores rabietas del mundo, obviamente yo pague las consecuencias de los actos del maldito viejo y es que desde el principio todo fue por su culpa. Estoy segura de que, si no se le hubiera metido la idea de tener un nieto, Joaquín y yo estuviéramos viviendo como parejas felices, sin golpes, ni maltrato verbal, solo esperaba verlo arder en el infierno por haberme la vida imposible junto con su hijo. —    Ya sabes lo que te dije, no hables con otro hombre, ni siquiera mi hermano. —    Como sea. — hago un ademán con mi mano para darle a entender que me daba igual. Error. —    ­Escúchame bien Marilyn. — me toma con una sola mano fuerte de las mejillas. — tú aquí haces lo que yo te digo y si no lo haces sabes cuáles son las consecuencias y créeme que estoy encantado de volver a romperte las costillas. Me suelta con fuerza. Las lágrimas querían salir de mis ojos como una cascada, pero me contuve y asentí. Nos bajamos del auto y varios reporteros comenzaron a amontonarse a nuestro alrededor para saber de primera mano lo que sucedería dentro de la registraduría. Desde que Eliecer enfermo Joaquín se hizo cargo de todo el viñedo y no lo hizo mal, trajo consigo muchos más inversionistas y exportaciones fuera del país, llamando la atención de todos los medios por ser uno de los magnates más jóvenes del país. Entramos al estudio del registrador, al lado de él se encontraba el abogado de Eliecer el cual al ver a mi futuro exesposo sonrió en grande. —    Agustina. — Saluda un poco apático Joaquín. —    Tampoco quería verte Joaquín, solo vine porque el registrador lo pidió. —    Se sincera con todos, solo vienes porque eres una pobre y necesitas dinero. —    No necesito nada del viejo trepador que fue mi padre. — se defiende. — no entiendo como te pudiste casar con este mal hombre. ­ Se dirige a mí. —    Por lo menos ella esta casada, no como tú que nadie quiere ver tu patético culo. —    ¿en serio así tratas a una mujer? Aquella voz gruesa y varonil encrespo todos los vellos de mi cuerpo y tensando el cuerpo de Joaquín. Intente voltear a ver de quien se trataba, pero lo impidió el gran apretón de mano que mi dulce esposo me dio, así que me quedo completamente estática. —    ­bueno ya estamos todos en la sala. — el registrador se levanta de su asiento y señala cuatro sillas en frente de su escritorio. Nos ubicamos y este vuelve a sentarse en su asiento respectivo. —    Primero que todo gracias a Agustina y Ernesto por venir a la lectura del testamento de su padre, ante su lecho de muerte me pidió que los llamara para qué presenciarán todo y que quede evidenciada la división de bienes dejados a sus respectivos nombres. ­ Comienza hablar el abogado de la familia Guevara. ­— además de eso se me pidió que llamara al notario de esta registraduría para certificar todos los papeles y no se presenten problemas entre ustedes tres, ya que sabemos que no se llevan muy bien. —    Gracias por dejarnos todo en claro. — habla el hombre de la voz varonil. A Ernesto nunca lo había conocido, ni siquiera por medio de una foto, ya que se encontraba en un internado fuera del país. —    Procedamos entonces a la lectura del testamento. — el abogado le da una señal al notario y este comienza abrir un sobre de manila amarillo. —    En mis plenas facultades, yo Eliecer Guevara dejo por escrito la división de mis bienes materiales, pero antes quiero que escuchen lo que diré. — dice el notario. El abogado de la familia le tiende otro sobre al notario, este lo abre y lo mira de arriba abajo. — Mis queridos hijos, sé que no sobreviviré y estoy utilizando las pocas fuerzas que me quedan para escribirles esta carta. Sé que no he sido el mejor padre del mundo y que me deje llevar por mis malas emociones y me doy cuenta de que perdí posibles maravillosos años con ustedes, Ernesto y Agustina se merecen todo mi respeto porque lograron mi cometido, los hice fuerte, los hice responsable, los hice los mejores seres humanos del mundo. A mi nuera le digo que a pesar de los altos y los bajos sé que algún día me dará ese nieto que tanto anhele, y a mi hijo Joaquín gracias por ayudarme con la empresa. Espero que todos sean felices en el resto de sus vidas. — termina de leer el notario. Debo decir que me impresiono ver mi nombre en aquella carta, pero el viejo seguía insistiendo en algo que no podía darle nunca en la vida, y menos si será con su hijo —    Ahora prosiguiendo con la lectura del testamento, la mansión ubicada en Santorini, junto con el 50% de la empresa vinícola ubicada en la hacienda Guevara, dos mansiones más en Sicilia pertenecerán a Ernesto Guevara. — pude ver de reojo como Joaquín se tensaba ante la revelación de la voluntad de su padre. —    Esto debe ser una broma. — bufa enojada. ­ Él nunca ha puesto un pie en la hacienda, tampoco sabe como es trabajar duro todos los días para la producción de vino, y no tiene ni idea del marketing te lleva detrás toda esta empresa. —    Lo siento señor Joaquín, pero esta es la última voluntad de su padre. — le recalca el notario nuevamente. — ahora debo proseguir. — le lanza una mirada al hombre a mi lado. — con el 10% de la empresa vinícola, una casa en Malibú, Cartagena y España Agustina Guevara. Joaquín se levanta de su asiento y comienza a dar vuelta por toda la oficina dando su mejor berrinche, mientras que yo me carcajeaba por dentro al ver su frustración, ya que solo le correspondería el 20% de la empresa de su padre y el otro 20% se dividía ente inversionista y socios. Sin importar el berrinche que Joaquín el notario siguió. — el 20% le corresponde a Joaquín Guevara junto con la casa de la hacienda. —    Esto debe ser una maldita broma de mal gusto Harold. — se dirige al abogado de la familia. —    Hay una razón para todo esto Joaquín. — responde el abogado. — tu padre me dejo otra carta y me pidió que la leyera en frente de todos. —    Pues adelante. — responde enojado. —    Querido hijo, tal vez te estés preguntando ¿Por qué te deje con tan solo un 20% en vez del 50%? La respuesta es fácil, te lo advertí y preferiste presidir de ello y morí sin ser abuelo. Trago grueso, Joaquín con disimulo posa su mirada sobre mí y el miedo recorre toda mi piel, sabía que debí irme de este maltrato hace mucho tiempo y ahora moriré en brazos de este malnacido sin corazón. No quise escuchar más de lo que hablaba aquel viejo machista, había pensado por un momento que había cambiado, pero me equivoque de una forma radical y ahora estaré muerta por su culpa. … Apenas cruzamos el umbral de la puerta de nuestra casa el primer golpe que recibí fue en la espalda, caí de boca al suelo chillando de dolor. —    Mira lo que ocasionaste Marilyn. — me toma del cabello con fuerza y me jala hasta quedar casi colgando, él era mucho más alto que yo por mucho. — no me diste un maldito e hijo y me quitaste el 30% de mi maldita empresa. — me escupe en la cara y vuelve a lanzarme al suelo con fuerza. — debí haberte matado hace mucho tiempo. — una patada vuela a mi estómago. — no sirves para nada. — vuelve a patearme. Comencé a toser y la sangre no tardo en llegar, mi momento había llegado, por fin me libraría de este hombre una vez por todas y volaría alto como lo había soñado hace mucho, veía la pradera verde con miles de mariposas volar, tal vez aquello que veía era el paraíso del cual se habla, si, de seguro era el jardín den edén donde podre descansar de una vez por todas y más nunca volveré a este infierno al cual nunca estuve destinada a vivir, había sido una idiota al haberme casado con un hombre que apenas conocía, cupido me mintió de la forma más vil que existe en este mundo de mierda. El haberme dejado llevar por el primer amor me ocasiono esta amargura, ansiedad y depresión, yo era culpable de lo que me estaba sucediendo. Los golpes no dejaban de llover, esta vez mi rostro no logro salvarse, escuché el crack de mi nariz fracturarse y fue el dolor más intenso que sentí superando el de las costillas. Pronto sentí como algo caliente en mi cuerpo, como pude abrí mis ojos hinchados por la golpiza, allí se encontraba Joaquín con su m*****o afuera orinando todo mi cuerpo, lo repudiaba, quería que en ese momento un rayo impactara en él aniquilándolo en el instante, pero no fue así. Lo último que logre escuchar fue. —    Ahora si me darás el hijo que quiero. Y todo se volvió n***o.

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