—¿Qué tipo de sorpresas?—contestó intrigada. —De esas que entusiasman y permiten jugar. —¿A qué te refieres? Todo lo que hizo fue mostrarle un pequeño objeto redondo, que no reconoció. —En el sexo hay muchas formas de disfrutar. Algunas incluyen juguetes—le dijo, observando su reacción. —No es lo mío—contestó Regina, nerviosa. —Tranquila, jamás haré nada que te incomode, pero te puedo asegurar que esto es placentero. —¿Qué es?—la curiosidad pudo más. —Es un juguete s****l. Un pequeño vibrador que se inserta en la v****a. Puede proveerte sensaciones maravillosas. —¿Y a ti en qué te beneficia?—no pudo evitar preguntar. Regina no desconocía lo bueno que podía ser un vibrador en ausencia de un hombre, mas era reacia por principio a cualquier novedad que no hubiera sido introducida po

