Jefe, ahora ¡No!

5

Mónica

Veo a Karen y Juliette irse y dejarme sola Sleyter, y un nudo se forma en mi garganta, mis manos sudan, tiemblan y mi corazón parce que se quisiese salir de mi pecho ¿Pero por qué? No es primera vez que estoy a solas con el... Ah, sí, ahora tengo un secreto que no sé cómo él se lo vaya a tomar.

Mónica déjate de estupideces, me reclamo mentalmente, yo no soy así, no entiendo por qué reaccionó como una tonta colegiala frente a su chush.

- hola Mónica. - dice Sleyter acercándose a mí con esa sonrisa que me mata. - cuidado. - habla agarrando el vaso que estuvo a punto de resbalarse de mis manos por los nervios.

- ho...hola Sleyter. - respondo - gracias. - digo con voz más firme.

- ¿Cuándo salgamos de aquí nos vamos a ver? Pregunta pegándose más a mí.

- claro. - confirmo terminando de acabar con la distancia que hay entre los dos, siempre ha sido así, somos juego, coqueteo y no voy a cambiar, no antes de que él sepa lo que pasa y tome una decisión.

- ya tengo ganas de tenerte entre mis brazos. - habla agarrando una de mis nalgas y pegándome su entre piernas a mi vientre para que sienta su deseo hacia mí.

- y yo de estar entre los tuyos. - le aclaro y me acerco a sus labios para morderlos.

- ahora aléjate un poco, estamos en casa de Karen en la reunión de cumpleaños de nuestra sobrina, y la casa está llena de gente. - le recuerdo separándome de él y camino hasta apoyarme en la isla de la cocina.

- ¿Cómo la estás pasando? - pregunto cualquier cosa para cambiar de tema y entrar a uno que me lleve a ver cómo le cuento lo que me pasa, lo que nos pasa.

- bien, me gusta ver a mi hermano y mi cuñada feliz y rodeada de todos los que los queremos. - responde y sonríe abriendo la nevera para buscar una botella con agua.

 - ¿Conociste a Juliette antes?

- no, siempre han sido Andrés y Karen los que van a visitarla. - dice ahora bebiendo directamente el agua de la botella. No le digo nada por qué no quiero desviarme del tema, pero ¿Acaso le costaba mucho tomar un vaso?

- ¿viste su vientre lo abultado que está? - vuelvo con otra pregunta

- mmmm sí, es enorme, me hace recordar a cuando Karen estaba embarazada, fue una época horrible. - dice y un nudo se forma en mi garganta, para nadie es un secreto que él fue quien acompaño a Karen durante ese periodo, ya que Andrés no conocía que había dejado a mi amiga embarazada y se había marchado por 8 meses.

- ¿no te gusto ese periodo? - logro decir, ¿será que la experiencia le resultó horrible y no quiere ser papá.?

- no, no es... Empieza a hablar, pero Karen entra en ese momento

- chicos, ya vamos a picar la torta. - habla y yo la quiero matar en ese momento.

- vamos. - dice Sleyter mirándome. Y yo quiero gritar, no, no quiero, quiero que termines de contarme lo que me ibas a decir ¿No te gusto la experiencia de un embarazo? ¿No quieres ser padre?

- sí, claro, vamos. - digo y salgo de la cocina casi corriendo. Tendré que esperar a que lo vea está noche y ver qué es lo que pasará conmigo y mi bebé.

- ¿Todo bien? - pregunta Karen llegando a mi lado. -

- si todo bien. - respondo, pero con una angustia en el pecho.

- ¿Qué te ha dicho? Pregunta en un susurro

- no le he dicho nada, está noche hablaré con él y que sea lo que Dios quiera. - respondo tratando de no darle tanta importancia, cuando en realidad estoy muerta de miedo y de angustia al imaginarme que puede pagar cuando él se entere.

- tranquila, ya verás que todo saldrá bien. - trata de darme ánimo mi amiga.

- Heyy ustedes dos ¿Qué tanto cuchichean allí? - dice Robert llamando nuestra atención

- Nada. - decimos las dos para empezar a reír.

(Karen)

Ya hemos picado la torta y ya los niños se han dormidos, el pequeño Derek encima de Axel y ¿Ashley? Bueno ella se ha quedado dormida en el suelo, mi hija no ha querido dejar sola Lola.

- Andrés, amor, ¿Puedes llevar la niña a su cama? - pregunto ya que es demasiado incómodo que mi hijo a este acostada allí en ese sueño frío, además si se llega a despertar, quiero que sea él quien se cale su lloradera por la dichosa perra... él fue que se la regalo, pues sé que la aguante.

- si mi amor. – dice y cuando él se va todos se me quedan mirando.

- lo tienes dominado - dice Robert y empieza a reír mientras los demás afirma con la cabeza dándole la razón.

- no, que va, si no que él no quiere darme explicaciones de algo y busca cualquier excusa para alargar el tema, además ya verás lo que va a ocurrir.- digo y en eso se escucha el llanto de Ashley.

- pero ¿Qué paso? - pregunta Cris.

- pasa, que él le regaló una perrita a nuestra hija.

- si ya la vimos- dice Sleyter y Robert al mismo tiempo

- pues bueno Ashley no quiere dejarla sola y cuando se ha despertado sin el animal a su lado ha hecho el berrinche. - comento y me río al imaginar la cara de frustración de Andrés.

- pobre. - dice los hombres negando con la cabeza.

- gracias a Dios yo no soy padre, y espero no serlo en un muy largo tiempo, me conformo con ser el tío consentidor. - dice Sleyter y automáticamente giro a ver a mi amiga que casi se le derramas las lágrimas y luego con una excusa total se despide de todos abandonado la casa.

 Quiero salir corriendo detrás de ella, pero sería demasiado sospechoso, sé que esas palabras saliendo de la boca del hombre que es el padre del hijo que lleva en su vientre le han dolido. Pero hay que darle el beneficio de la duda a mi cuñado, el aún no sabe qué va a ser padre, tal vez, cuando lo sepa cambie su manera de pensar.

- pues yo soy padre de un bello niño, y muy pronto de una bella niña, y no me arrepiento de eso, si me dieran a elegir, los elegiría a ellos nuevamente- dice Axel y Juliette va y lo abraza por detrás dándole un beso en la mejilla y susurrándole un te amo que todos escuchamos.

- no me mal entiendan, me gustan los niños, es solo que en mis planes no estar tener un hijo, no por ahora, pero no es que no quiera, si no que tal vez no es el momento, aunque llegado el momento no sé qué haría, tal vez será un padre consentidor. Pero eso sí, amare a mis hijos como a nadie. - dice y yo suelto un suspiro de alivio al escuchar a mi cuñado, me hubiese gustado que Mónica se hubiese quedado lo suficiente para escucharlo.