Ya todos se había ido, Ashley por fin había dejado de llorar y había caído en un sueño profundo o al menos eso creía ya que si no se escuchaba su llanto.
Me encontraba en la habitación quitando mi maquillaje para luego darme una ducha cuando entra Andrés.
- al fin. - dice lanzándose de espalda en la cama ay cubriendo su rostro con las manos.
- ya se ha dormido. - digo afirmando más que pregunta.
- sí, ya se ha dormido, tuve que dejar a Lola en la habitación para que ella estuviese tranquila.
- ha sido peor el remedio que la enfermedad, la hubieses dejado que se siguiera emocionando al ver un perro en la calle, que regalarle uno, ahora no habrá nadie que la separé del animal. - le hablo a modo de regaño.
- con todo y esto ¿De dónde saco ese nombre? - pregunte curiosa
- del programa este infantil que se llama la vaca Lola. - dice y se ríe - le quería colocar vaca Lola, pero la convencí de que es un perro y no es una vaca y por lo tal no puede llamarse vaca, así que solo se quedó con Lola.
- estoy agotado- dice después de un rato.
- y lo que te falta. - le digo yo. - no creas que se me ha olvidado lo que pasó en la oficina - le recuerdo.
- ¿No podemos dejar eso para mañana? - pregunta soltando un bufido.
- no, no podemos. - le aclaro. - pero primero debo hacer una llamada. - informo recordando que tengo que llamar a mi amiga, se ha ido muy angustiada, lo sé por el gesto de su rostro al marchar.
- está bien mujer. - dice y cubre sus ojos con su brazo izquierdo.
Dejo la última toallita desmaquillante a un lado y cojo mi celular y le marco a mi amiga, un tono, dos tonos y nadie contesta. Intento nuevamente y me manda al buzón, estoy empezando a desesperarme, ella siempre responde mis llamadas, ya iba a pedir ayuda a Andrés para ir a su casa y ver qué está bien, cuando recuerdo que era hoy la cita que tenía con Sleyter, solo espero que ella esté bien y que todo le haya salido de maravillas.
- listo. - digo sentándome al lado de mi esposo en la cama, él quita su brazo y me ve.
- bien, ¿Dime qué quieres saber? - pregunta ya derrotado.
- ¿Quién es el señor Leal y que es lo que quiere? ¿Por qué no quiso hablar frente a mí? - interrogo
- el señor Leal es un cliente que quería hacer negocios con la empresa. - responde ¿Cómo es eso que quería? Me preguntó y cuando estoy a punto de preguntar el vuelve a hablar.
- digo quería por qué una de las condiciones que imponía para hacer negocios conmigo era que solo trataría ese tema conmigo, es un hombre machista y pues se negaba hacer negocios dónde tuviese que ver una mujer.
- eso es absurdo. - manifiesto un poco enojada. ¿Por qué aceptaste hablar primeramente con el? - digo alzando un poco la voz.
- por qué el trato que ofrecía era bueno, y no puedo decir que no a un contrato sin antes escuchar todo lo que ofrece. - responde rendido.
- pero...- intento hablar y el me interrumpe.
- lo escuché por qué pensé que podíamos llegar a un acuerdo, si en negocio era bueno podría ser solo yo quien tratase con él, pero al ver cómo te trato, no de forma directa, pero su con ese gesto despectivo, pues rechace todo trato con él, y le pedí amablemente que se fuera, porque en mi empresa, existe la igualdad, existe el compañerismo sin importar género y pues porque eres mi esposa y mi secretaria así que no iba a cambiar por qué él no le gusta tratar con mujeres.
- ¿En serio rechazaste el negocio? - pregunto enternecida.
- mmmm, si... Si claro.
- y ¿Por qué no me querías decir? Pregunto ahora sentándome en sus piernas.
- por...que, no sabía... cómo te ibas a sentir al saber que... rechace un negocio por oponerse a las mujeres y en especial a mi mujer. -
- solo tenías que hablarlo desde un principio, no huir como cobarde cada vez que tocaba el tema. - lo prevengo por si hay una próxima vez.
- lo tendré en cuenta - dice para ocultar su cara en mi cuello.
Siento su respiración en mi cuello enviando corrientes por todo mi cuerpo, todas las terminaciones nerviosas se activan como sucede desde hace 3 años, Andrés despierta todas esas cosas en mí que me activan en seguida, suelto una risita por qué el deseo se está apoderando de mí, me separó de él y juntó sus labios con los míos, el responde el beso, pero noto que no con la misma intensidad que nos caracteriza.
Trato de no prestar atención y sigo devorando su boca, pero de repente él se aleja, dejando mis labios básicos y fríos, lo miro a los ojos tratando de averiguar que ha pasado, pero aleja su mirada de mí.
- estoy algo cansado. - dice como excusa, pero yo aún no proceso lo que ha pasado, es primera vez que él ha rechazado mi cariño y eso me ha dejado un poco confusa.
- sí, sí, está bien- respondo y me levanto de su regazo. He contestado lo primero que se me ha venido a la mente para no pelear, por qué lo que de verdad quiero es preguntar ¿Qué pasa? ¿Acaso no me deseas? Es primera vez que me rechazas. Pero también soy consciente que no todo el tiempo se tiene ganas, que tal vez está cansado, así como me lo dijo apenas llegó a la cuarto.
Me cambio de ropa por algo más cómodo y me acuesto en mi lado respectivo de la cama sin emitir más palabras, estoy un poco perdida de cómo actuar, es primera vez que me pasa esto con Andrés, antes con mi antiguo matrimonio, era algo común, y por eso no le daba importancia, pero ¿con Andrés? con el todos es diferente, todo ha sido diferente desde un principio y que él se esté comportando de esta forma me tiene como un barco a la deriva sin rumbo.
Después de pensar decido que estoy metiendo mucho la situación, igual es solo la primera vez que ocurre algo así entre nosotros, ya mañana será diferente me digo y cierro los ojos para dormir cuando siento como mi esposo me envuelve entre sus brazos y da un beso en mi cuello desde atrás, deseándole una buena noche.
Estoy quedando casi dormida cuando escucho mi teléfono soñar, aún en lo oscuro de la habitación lo tomo y no me fijo quien es que me llama solo deslizó el dedo por la pantalla y contestó llevándolo a mi oreja, una corriente fría recorre mi espalda y todo mi vello se eriza al escuchar la voz al otro lado.
- Karen... - Dicen que voz ronca