MI DULCE ENFERMERA

CAMILA FERNANDEZ  “Dios le da las peores batallas a los mejores guerreros” anónimo. 20 de enero 2019 caracas, Venezuela. Estoy aun vestida de n***o, llevando el luto por la muerte de mi madre marco el número de teléfono de mi novio y me manda al buzón. ¡Es la octava llamada que le hago, en la mañana y no responde!... No quiero ser intensa tengo días sin verlo, tendré que esperar o ir a su casa tal vez. —Señorita Camila, llega usted tarde para su turno la esperan en recursos humanos. — Me informa seria la chica de recepción de la clínica donde prestó mis servicios como enfermera y fisioterapeuta. —Gracias. — Respondo solamente y me dirijo a recursos humanos. — Buenos días, señorita Camila es penoso para mi hacer esto pero la directiva de la clínica decidió prescindir de sus servicios. — Me dice entregándome un sobre, la jefa de recursos humanos. ¡No puedo creerlo! Me despidieron mi madre murió hace dos días, ni siquiera pude atender bien su enfermedad ¡por estar trabajando! para adquirir las costosas medicinas que acarreaba el tratamiento al que estaba sometida ¡estoy sin palabras con el sobre en la mano! — ¡Lo siento mucho!— Dice la administradora dándome un par de palmadas en el hombro. Me mira con cara de pena     ¿Qué puedo hacer? tengo la liquidación en mis manos la suma no es despreciable ¡pero estamos endeudados!, esto cubre la deuda pero ¿después de que vamos a vivir? me sumerjo en mis pensamientos mientras salgo del lugar donde hasta ahora estuve laborando.     Tengo dos hermanos uno menor y uno mayor que yo, los tres somos profesionales pero lo que ganamos ¡no nos alcanza para vivir!, no quería estar desempleada en este momento tanto sacrificio de mi madre para que estudiáramos y después de ello ¡no logramos hacer gran cosa por  ella! y es que esta enfermedad es difícil y traicionera.     Llego a casa, y mi hermano menor, ya cocino el almuerzo –llegas temprano, no te esperaba aun pero hice suficiente para los dos—  dice sirviéndome un plato de espaguetis con albóndigas. —Gracias. — Susurro jugando con la comida y pérdida en mis pensamientos, ¿Qué vamos a hacer ahora? — ¿Qué tienes?—Pregunta preocupado al notar mi semblante sombrío, nos conocemos bien... —Me despidieron hoy, porque he llegado tarde. —Le digo con tristeza, me gustaba mi trabajo. —Que injusticia, saben por lo que estamos pasando. — Me dice molesto golpeando la mesa con su puño. — ¡Hay mucha gente necesitando un trabajo! Para ellos yo no era imprescindible y falle. — Le explico. — ¿Y ahora qué hacemos con las deudas? — Yo aportaba mucho con mi trabajo las guardias nocturnas era bien pagadas... —Lo que me dieron las cubre… ¿Pero después?—Le respondo afectada por la situación, le doy vueltas y vueltas en la cabeza a una posible solución ¡y no la encuentro! —Yo comienzo como albañil, en un edificio en el centro. —   Me dice mi hermano para que no me preocupe ¡él no es albañil! no está acostumbrado a ese tipo de trabajos ¿hasta dónde nos orillara esta mala situación económica? — ¿Tu de albañil? Pero no sabes nada de eso. — Le respondo seria ese trabajo es muy duro y mal pagado. — ¡No me importa, mientras viva tu no pasas hambre!— Responde, mi hermano Daniel con convicción.  —Cristina me hablo ayer. —  Es una prima que es abogada y está en España. —Tenía tiempo sin escribirte ¿Qué te dijo? —   Indaga con curiosidad. —Me hablo que allá, hay muchas oportunidades para mi profesión, no la tome en serio pero ahora tal vez lo haga. —Le informo, bajando los hombros...la verdad no quiero irme. Le confieso con los hombros caídos me siento devastada. —Prometimos a mi mamá que no, nos separaríamos nunca. — Me dice Daniel, mientras come ¡a él nada le quita el hambre! —Lo sé, pero es una oportunidad que hay que meditar... ¡nos vamos todos!— Le animo yo. — ¿Adonde llegarías?— Le pregunta entre curioso y dudoso. —A su casa —.Le digo con voz baja, sabiendo de ante mano que no le gustaría. —Nooooo con él ogro de su esposo, ella a descrito su casa como una caja de fósforos ¡por Dios!— Dice sujetando su cabeza como si le doliera. — ¡Tranquilo no he decidido nada aun! Solo es una posibilidad. — Le respondo levantando mis manos ¡no quiero que se preocupe por mi! y menos por algo que es solo una idea. Tocan la puerta y es Sebastián  mi novio, yo lo abrazo apenas entra y él me rechaza, empujándome con suavidad — Tenemos que hablar. —  Me dice serio — ¿Qué pasa, porque estas así? — Le pregunto extrañada por su actitud, mi hermano se retira dejándonos solos, como supiera que necesitamos privacidad. —Desde hace tiempo, he estado pensando en que lo nuestro no va a ningún lado. — Me dice serio y viéndome a la cara — ¿Qué quieres decir?— Le pregunto — ¿En serio necesitas que te explique?— Dice riéndose en mi cara. —Si lo necesito ¿Por qué me tratas así? —Le cuestiono nuevamente. —No siento nada por ti, no me causas nada. —Me dice con asco. — ¡Yo no merezco esto! ni que me trates de esa forma. — Respondo entre lágrimas. —Yo tampoco no puedo seguir atado a alguien que no me atrae, tu eres un desastre de la cabeza a los pies ¡mírate en un espejo! No te quiero, no te deseo, no causas nada en mí, ¡y te das mucha importancia!.—    Haciendo referencia a que nunca tuvimos sexo. —Eres un imbécil es todo lo que le digo. — Después de todo el tiempo juntos y la forma en que me porte con él ¡lo trate como un rey! pienso que es muy insensible. —Al menos no soy un fracasado como tú, ya supe que te despidieron, es que en nada eres buena. —Me insulta además ¡no necesito esto! — ¡Vete a la mierda!—Le grito, mientras lo saco de la casa e intento cerrar la puerta, no sin antes que él me dé una grotesca respuesta. —No me llames mas, no quiero saber de ti ¿entiendes?— Me grita saliendo ya por completo de la casa y de mi vida ¿Quién querría llamar a un imbécil como él? ¡Yo no! —No te preocupes, no te voy a llamar. —Le informo, mientras limpio mis lagrimas ¿Cómo pude durar tanto tiempo con él?... ¡Estoy furiosa! Entro en mi habitación y veo todas nuestras fotos juntos, como no vi venir ese final ¡se cree el ombligo del mundo! De lo único que me arrepiento es de no haber sido yo la que lo terminara ¡me hirió el orgullo!... ¡Que rabia!, tiro todo a un cesto de basura ¡no hay nada que rescatar de esa relación!, pienso. Me miro al espejo ¿Qué tiene de malo mi cabello? Son unos suaves rizos chocolate que caen en cascada hasta mi cintura, ¡no soy fea! lo sé. Pasan varios días en los cuales mi familia (tíos, tías, primos, primas y hasta mis hermanos) comentan mi vida, como en un programa de farándula, tal vez si hablaras mas, ¡él se lo pierde! encontraras algo mejor.... ¡como si mi vira girara en torno a Sebastián!, lo único que es irrecuperable en mi vida, es la perdida de mi madre eso es lo que yo pienso, la cosa esta más que difícil el dinero no alcanza y el plato de comida es cada vez más pequeño. Este mes he peleado hasta el cansancio con mis hermanos que no quieren entender mi decisión de marcharme.... si decidí irme a buscar un futuro mejor para todos ¡el mundo es para los que arriesgan! yo no tengo nada que perder con intentarlo...pero ellos no opinan igual. —Hija, piénselo bien. —Me dice por décima quinta vez mi tía Concha, mientras yo recojo mis pocas pertenencias, José y Daniel están sentados en el comedor preocupados por mi eminente partida —No es un para siempre, es un hasta luego. — Digo llegando hasta ellos abrazando a uno primero y al otro después. —No podremos cuidarte desde tan lejos. — Me dice José —No comeremos juntos, ni hablaremos como fue tu día, ni te abrazare. — Me dice Daniel llorando —Hablaremos todos los días por skipe o face, lo prometo. —Les comunico, restandole importancia a su drama. — ¿Sabes el desastre que será esta casa sin ti?— Me dice José riéndose  ¡porque yo les pongo carácter! para que recojan los desastres que hacen, las reuniones familiares los fines de semana dejan todo regado y yo peleando con ellos. —Es por el bien de todos, además llegando tengo una entrevista, parece que pagan muy bien podre ayudarlos rápido ¡nos iremos todos! Este país está hecho un desastre no podemos seguir aquí, no es fácil. —Intento explicarles que es lo mejor. Tengo 24 años y hoy comienzo un viaje después de mucha burocracia y papeleo hacia España, soy enfermera y tengo que irme para buscar una forma de progresar y ayudar a mi familia, me voy y no quiero, yo amo mi tierra, la calidez de mi gente. ¡Fue una odisea tener todo en regla!, mi prima me ayudo allá para que al llegar sea un poco más fácil para mí ¡lo más difícil fue aquí! sacar el pasaporte, apostillar mis títulos, renovar todo no puedes viajar con papeles vencidos...todo ese proceso es tardado y fastidioso. Estudie en la universidad con mucho sacrificio, me gradué como  enfermera y fisioterapeuta, muchos de mis amigos dejaron sus estudios a medias porque aquí según ellos no vale la pena, yo les anime siempre que siguieran en algún momento yo casi me doy por vencida. Sin embargo, yo entiendo es que me pueden quitar todo, menos lo que yo soy, mis estudios no me los puede quitar nadie.  Pero lo que vivimos, lo que gano acá no alcanza ni para comer, es la realidad de Venezuela, y no hablo de políticas, ni guerras económicas, somos muchos los que estamos dejando nuestros sueños, los que se van luchando por una estabilidad que no encontramos en nuestra patria, que hacemos este viaje por nosotros y nuestra familias…      Mi mamá acaba de perder la lucha contra el cáncer, mi novio me dejo, me dijo que ya no sentía nada por mí, ya nada me ata acá ¡me siento hecha nada!, no estaba loca por él pero me sentía bien creí que me apoyaría, en mi  duelo yo era muy cercana a mi mamá. Me subo al avión y lloro, ¡solo aquí me lo permito! tengo miedo, pero no podía demostrar eso a mi familia quien sabe cuando volveré a abrazar a mis hermanos, sobrinos y tíos ya llevo el suéter lleno de mocos ¡qué cosa más dura! , el sentimiento de que estoy perdiendo más de lo que gano…. ¡Todos mis afectos se quedan acá! lo que amo y lo que conozco, me llevo es el corazón hecho añicos lloro hasta dormirme en el vuelo, la gente se me queda mirando como si estuviera loca ¡yo me voy para no volver!      Llegue a Madrid al apartamento de una prima, Cristina que vive con su pareja, ella me ayudo y adelanto todo el papeleo, que necesito para poder estar acá legal y los permisos para poder trabajar en este país, que me ha recibido con las puertas abiertas.  Tenía miedo por la xenofobia que han sufrido muchas de mis amistades que emigraron a otros países, pero esta ciudad tiene una diversidad cultural inmensa ¡hay gente de todo el planeta!, me toco comenzar de cero, de donde vengo no había, ya nada para mí pues como decía mi mamá “para atrás ni para agarrar impulso” 25 de enero 2019, Madrid España      El apartamento es pequeño me tengo que quedar en la sala, estoy mal, siento que les quito su privacidad de pareja. Mauro el esposo de mi prima me mira un poco feo, se nota incomodo con la situación me despierto muy temprano, la luz de una lámpara es mi guía, cojo la mejor ropa entro al baño y allí mismo me doy un baño y me cambio el agua helada me termina de despertar.  Tengo una entrevista de trabajo en el centro a veinte minutos del hogar de mi prima para cuidar a un señor que esta discapacitado, estoy acostumbrada a este tipo de trabajo siempre me ha apasionado ayudar a la gente que lo necesita, estoy ansiosa y nerviosa Dios permita consiga trabajo rápido.      Llego al edificio de mi futuro jefe, si Dios me lo permite; es impresionante, moderno grita plata por todos lados: pisos, paredes, pinturas, muchos materiales, colores y texturas, me recibe un señor de seguridad es enorme viste de n***o y usa gafas también oscuras.     Le explico que vengo a una entrevista de trabajo con el señor Spears, el señor  me revisa como un policía con un aparato de esos, para ver si estoy armada, me siento indignada y él lo nota me dice que el señor es importante y el vela por su seguridad se comunica con alguien por sus auriculares, y le ordenan, que suba estoy comiéndome las uñas de los nervios, llegamos  al penthouse.      Al entrar me pierdo en la vista de la ciudad es fascinante yo nunca había estado en un lugar así, la sala es más grande que  la casa de mis padres con una vista a la ciudad de 365 grados impresionante los muebles de lujo y la decoración minimalista predominan colores como el blanco el gris, un carraspeo a mis espaldas interrumpe mis observaciones, al voltear veo a un hombre sentado, yo he visto hombres guapos… pero este es lo que le sigue; estoy muda, temblando, me arde la cara, es intimidante, estoy hecha un manojo de nervios y no me ha dicho nada aun...