—Además —añadió con una honestidad que pocas veces expresaba tan directamente—, la idea de enfrentar peligros desconocidos sin tenerte cerca es... inaceptable. Necesito saber que estás donde puedo protegerte si algo sale mal o que estés ahí, si algo sale mal. Quiero que estés en ambas perspectivas. Sin esperar respuesta, el Rey Lobo se inclinó para capturar los labios de Brielle con los suyos en un beso que comenzó siendo suave pero que rápidamente se intensificó. Era un beso que demostraba no solo deseo físico sino también la conexión emocional profunda que había estado creciendo entre ellos durante esas semanas de matrimonio que tenían. Brielle respondió al instante, rodeando el cuello de Sadrac con sus brazos mientras se alzaba en puntitas para alcanzarlo. Él se inclinó un poco, facil

