REINO DE PYRION - CORREDOR HACIA LOS APOSENTOS DE HUÉSPEDES - 8:00 DE LA MAÑANA Brielle caminaba por los corredores del palacio con pasos rápidos sintiendo una enorme urgencia por alejarse de la habitación donde acababa de enfrentar lo que, por ahora, consideraba la traición más devastadora de su vida. Cada paso que daba se sentía como una pequeña victoria sobre la humillación que había experimentado, pero también como una herida que poco a poco se profundizaba con cada metro de distancia que ponía entre Sadrac y ella. En ese momento, sus manos aún temblaban un poco por la confrontación que había tenido lugar momentos antes. El temblor no era solo por la adrenalina del enfrentamiento, sino por la realización perturbadora de que acababa de hacer algo que jamás había hecho en toda su vida:

