Pero entonces, conforme Sadrac continuaba procesando el contenido de la invitación, comenzó a notar aspectos que eran menos ideales desde su perspectiva personal. La ceremonia se celebraría en Glacialis, no en Pyrion como habría sido tradicional para el matrimonio de un príncipe Volcaris. Eso significaba que él tendría que viajar al reino del hielo, someterse a las mismas condiciones climáticas que habían sido demasiado extremas para sus propios guerreros.
Más problemático aún era la expectativa explícita de que Brielle lo acompañaría como su esposa. Los elfos de Glacialis asumían que su matrimonio continuaba siendo estable y que ella seguía siendo la Princesa consorte de Pyrion. No tenían manera de saber que ella había regresado a Talisia en circunstancias que eran diplomáticamente compl
