Conforme se acercaban a su destino, las montañas Demet Umud se alzaron ante ellos como gigantes silenciosos. Eran más altas y escarpadas que las colinas suaves que rodeaban el castillo, con picos nevados que se perdían entre nubes bajas y laderas cubiertas por bosques densos cubiertos de nieve que parecían más oscuros y misteriosos que los jardines domesticados que habían explorado anteriormente.
Había algo primitivo en el paisaje, como si fuera un territorio que permanecía sin domesticar a pesar de siglos de presencia élfica en la región. Era como adentrarse en un mundo antiguo donde la civilización no había irrumpido en aquel espeso territorio nevado.
MONTAÑAS DEMET UMUD - BASE DE LA MONTAÑA - HORA DE LA TARDE
Cuando llegaron al punto de partida designado para la cacería, todos los tr
