Diane, se repuso de su aturdimiento momentáneo y al salir vio a su padre arrellanado en una cómoda poltrona, hablando por teléfono; al verla inmediatamente se despidió y centró su atención en su hija quien lo miraba con ojos de triunfo. — ¡Puedes pasar papá, ya Arthur está a mis pies y firmó sin problemas!— dijo con voz tenue y peligrosa— ¡Haz tu show, que tienes público! Él puso sus ojos en redondo y sonrió complacido y sin decir una palabra entró en el gran salón donde lo esperaba su futuro yerno, éste se levantó educadamente, rodeando su gran escritorio y acercándose al padre de la chica con la mano extendida, invitando a que la tomara en un gesto de sellar el trato. — Anthony Curtis, bienvenido a mi firma como socio y mi futuro suegro— dijo lleno de felicidad. Anthony lo miró y dij

