D I S P A R O

1015 Words
Capítulo cuatro  De verdad que no tiene ni el más mínimo respeto por que yo sea una policía.  —¿A ti cómo que no te importa mucho el hecho de que tengas cosas ilegales y me muestres cosas que no deberías? ¿Eres consiente de que en este momento estás delante de alguien que te puede arrestar? —cuestiono mientras que me encojo en mi lugar pensando que esto va ha hacer que los carros que pasan a toda velocidad detrás de nosotros no nos noten.  —La verdad es que ya estás conmigo metida en algo de lo que no te puedes salir, y esto que estamos haciendo es bastante ilegal, así que no me puedes decir o hacer nada sin que tú también estés implicada —levanta las cejas sin tomarle importancia y cierra los ojos posando su cabeza sobre el respaldo del asiento como si fuéramos a pasar horas en el mismo sitio.  Niego viendo hacia el frente teniendo la tensión del momento y mi piel varias veces se eriza por los constantes pensamientos obsesivos que me manda el cerebro sobre lo que en realidad puede que sea la persona que tengo al lado.  Es que no es normal, ¿Qué clase de hacker se supone que es él? Además, ¿Qué clase de Hacker tiene dos armas y un montón de cosas que pueden ser de utilidad para matar a alguien en su carro?  Lo normal seria que alguien pensara en un Hacker como una persona de lentes y con cientos de latas de soda a su alrededor, además de tener la cara tan hinchada como uno de los dictadores que una vez arrasó Panamá, pero en fin, eso es un caso aparte que no viene al caso de lo que estamos hablando.  Dejo que mis músculos se relajen teniendo una respiración profunda y quito todo pensamiento obsesivo de mi mente en cuanto a él. Si ya estoy en esto con Khan y ya he estado incluso hasta en su cabaña, pues, ya no me puedo echar para atrás y ya no puedo venir a reprocharle nada como dice él, porque ya estoy lo suficientemente implicada en las cosas como para ahora pensar en lo que puede o no hacer.  Un ruido pequeño detrás del auto me deja alerta sujetando el arma al mismo tiempo que él hace lo mismo que yo que es mirar hacia la parte trasera buscando el más mínimo indicio de que alguien ya nos ha encontrado.  Mi corazón frenético da un vuelco cuando veo la silueta de un hombre acercarse hacia la camioneta y lo primero que hago es mirar a Khan, al chico de ojos mieles, como si este tuviese que hacerlo por mí, que tuviese que protegerme en vez de yo protegerlo a él.  Y sí, sé que soy una oficial y que yo debería ser la que salga a investigar y cualquier cosa que pase defenderme, pero no puedo, porque una cosa es practicar defenderte contra un muñeco en los entrenamientos y otra muy distinta a venir a dispararle a una persona y que de ella salga sangre y que esta me quiera matar a mi también... Las cosas metiendo a este mundo son mucho más complicadas de lo que una vez creí, pero todo lo hago por ellos.  Por como los asesinaron cruelmente sin tener piedad y desecharon sus cuerpos al lago como si se tratasen de carne para pirañas, porque literalmente eso fue lo que leí en el informe que una vez hice a Carlos buscarme para enterarme de como en realidad habían muerto.  Fue horrible ver como todos los trozos de su cuerpo estaban desmembrados y carroñados por las pirañas, y es que así mismo los tiraron, como haciendo ver que se cayeron al lago infestado, pero con cortes reales visibles hasta para la misma policía, pero al final simplemente dijeron que fue por la pirañas y cerraron la investigación, no obstante, yo sé que llegaré al final de todo lo que pasó y más si la persona que tengo al lado me ayuda, ya que de algún modo si lo contrato creo que se pondría manos a la obra y me diría lo que en realidad paso con lujos y detalles.  —Yo me voy a bajar a ver quien es —susurra mandándole olas de miedo a mi corazón —cualquier cosa que pase, por favor, defiéndete y no te quedes aquí porque no sé por qué algo me dice que entre los dos la más asustada eres tú —me apunta con la pistola y teniendo este mal acto de su parte asiento tragando grueso y Khan simplemente deja relucir su perfecta dentadura antes de bajarse con cuidado dándome una mala espina terrible.  ¿Pero es que este maniático no le tiene miedo a la muerte o qué?  Además, ¿por qué hace cosas raras como reírse en una situación en la que debería estar incluso más paniqueado que yo?  No es normal, repito, no es normal.  Sacudo mi mente estando atenta desde que cierra la puerta de piloto con cuidado y su gran silueta avanza hasta donde se supone que está la otra y desde mi perspectiva todo pasa en menos de un segundo.  El sonido del disparo me deja media sorda por un momento y cierro los ojos pensando lo peor, me giro en el asiento calmando a mi corazón quien me manda claras señales de que ahora soy cómplice de un maldito asesinato y cierro las manos en forma de puño maldiciendo una y otra vez en el día que le dije a esa señora que la ayudaría a encontrar a su hija y también, maldigo mil y una vez a la persona que me ha convertido exactamente hoy en una criminal y prófuga de la justicia.  De verdad que lo maldigo, porque si no fuese por él y por todo lo que hizo no estaría aquí, aunque yo también tengo la culpa, pero él la tiene aún más por decir que tenemos que matar a personas que no nos incumben.  Maldito Khan. 
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