Embarazada de ese monstruo.

3140 Words
Narra Emily. —Como me pides eso Briana no te das cuenta estoy embarazada de ese maldito monstruo—. Quiero llorar en verdad lo quiero pero no hay ni una sola lágrima. —Y que piensas hacer Emi—. La miro enfadada no con ella si no conmigo, por ser tan cobarde y no defenderme, me quedé ahí atada y que él hiciera conmigo lo que quisiera, debí morderlo no se algo. —¿Que voy hacer Bri no quiero tener un hijo de ese monstruo no quiero darle ese privilegio no se lo merece?—. Me agarra las manos. —Pero ese cachorro no tiene culpa que su padre sea un cabrón, Emily él también es víctima de esto—. La miro. —No me importa Briana, aún así no quiero tenerlo solo vendría a sufrir a este mundo de mierda—. Siento una punzada en mi corazón. —Yo no le daré amor y dudo que su padre lo ame, y si lo tengo él nunca sabrá quien es su padre y ese perro tampoco sabrá de la existencia de ese bebé—. Dudo que le importe su hijo. —Emily por favor no digas eso, piensa en ese cachorro, además si decides abortar necesitas el consentimiento de tus padre y tendrás que decirle lo que paso—. Hago una mueca. —Pero aún así te apoyaré aunque no esté de acuerdo con el aborto—. Aún viendo todo lo que pase dice que no está de acuerdo con que aborte. —Si hubieras vivido aunque sea una pequeña parte de lo que pase yo, tal vez dirías que estás totalmente de acuerdo en mi decisión—. Hace una mueca de indignación. —Sabes que Emily tienes razón, yo no sé lo que pasaste pero si te digo que ese cachorro o bebé cómo quieras decirle es una víctima de las circunstancias y de la mala decisión del imbécil de su padre, solo de él no tuya, ni de ese niño o niña, ustedes solo son víctimas, no vayas a tomar una mala decisión tu también, por que podrías arrepentir te el resto de tu vida—. Briana también llegó a su límite lo se. La miro, agacho la mirada y abrazo mis rodillas, meto mi cabeza en el hueco que quedó entre mis piernas y brazos, se que él o ella no tienen culpa, pero es fruto de una violación, como podría verlo sin recordar todo lo que él me hizo sentir, eso es lo que no entiende Briana como podría darle amor. Siento que acarician mi espalda se que es Briana pensé que se iba, me abraza es lo único que necesito en este momento, un abrazo sincero. Así nos quedamos por varios minutos hasta que levanto la cabeza y la abrazo. —Lo siento Bri se que me he vuelto una pesada últimamente, lo único que hago es lamentarme de mi situación pero comprende no soy la Emily que conociste ya nada será igual—. Asiente. —Lo se Emily pero aún así aquí voy a estar contigo, se que si tienes a ese bebé no será nada fácil para ti, pero tendrás una compañía día y noche cuando yo no este—. Hago una mueca de sonrisa. —Supongo que si—. Estiró mis labios en una línea recta. Nos quedamos en silencio para pasar este trago amargo, luego bajamos a la cocina a preparar algo de comer, vaya que lo necesitaba, me comí toda la pasta con albóndigas, según Briana lo que le hacía falta a mi estómago era comer su comida. Espere haber si tenia que salir corriendo al baño pero nada, no sucedió nada salimos al patio a ver las nubes y broncear nos según Briana. —Creo que alguien quería ser notado—. Dice con una media sonrisa. —¿De que hablas?—. Rueda los ojos y se levanta del columpio, toca mi pansa, y la verdad dudo que haya algo ahí. —¡Oh! No la había captado—. Niego. —Bri puedo pedirte un favor enorme—. Ella me mira y se sienta en el columpio. —¿Dime que es?—. Hago una mueca con los labios y suspiro. —Prométeme que no le dirás a nadie de esto por favor ni a Raúl si prométeme lo Bri—. Asiente. —Te lo prometo Emily te doy mi palabra de humana y loba que de esta boca jamás saldrá una palabra—. Se pasa los dedos por los labios como si fuera un cierre. —Cambiando de tema Emi quieres ver a mi loba—. Asiento. —Si Bri claro que quiero me tienes esperando—. Suelta una risita. Se levanta del columpio, sus manos se vuelven garras, sus colmillos se alargan más y su ropa desaparece poco a poco en pedacitos, mientras su cuerpo se llena de un pelaje marrón, y sus ojos cambian de un celeste cielo a unos con destellos azules, se coloca en cuatro patas así quedando en posición de perro o mejor dicho lobo, vaya que es hermosa, él de Raúl es de un color grisáceo. Aunque el lobo de Raúl es más grande que él de Briana pero aún así Jake es hermosa debe medir como un metro noventa. —Eres hermosa Jake me encanta, ¿puedo acariciarte?—. La loba se acerca a mi supongo que dándome su consentimiento. Acaricio su pelaje es tan suave y huele a frutos verdes. —Hueles delicioso Jake, hueles a frutos verdes es exquisito, Briana no huele así ella huele a vainilla con cerezos—. Le digo a la loba que ronronea. Ella se acuesta en el césped y yo al lado de ella, cierro mis ojos suspiro, como quisiera tener mi vida de vuelta, a mis padres, ya no quiero estar enojada con ellos, pero duele tanto que te mientan y te engañen de una forma tan vil. (*_*). —Emi yo te escuché bien o fue alucinación mía—. La miro sin entender. —Dijiste que Jake huele a frutos verdes y yo huelo a vainilla y cerezos—. Asiento. —Si que tiene—. No se que tiene de malo. —Emi desde más antes tu sentías ese olor—. Me pregunta con el ceño fruncido. —No desde hace unas dos semanas—. Frunzo el ceño ya que no me había percatado de eso. —Emi él será un lobo de sangre pura, no va tener muchos genes humanos—. La miro con espanto esto no puede ser, es una broma encima de que su padre es el más desgraciados de todos va ser igual a él. —Solo lo tienes que educar bien para que no sea igual al sarnoso—. Lo dice como si ya haya dicho que lo tendré. —Nos vemos en la semana—. Asiento, Briana no vendrá mañana ya que van entrenar en la profundidad del bosque, me hubiera gustado verlos en acción, ya tenía el permiso del Alpha para ver los entrenamientos ya que. —Si patea les el trasero a esos pulgoso—. Le digo. —No tengas dudas de eso—. Ella Salta de la ventana y se va corriendo ventajas de lobo. Cierro la ventana y me acuesto cayendo en un sueño profundo. Sueño. Estoy en un bosque verde, los árboles se ven altos y frondoso, no se donde estoy, de pronto se me aparece una mujer de cabello tan amarillo como la luz, su rostro iluminado por una luz que enceguece, no la puedo mirar, su vestido es plateado y largo, me tiende la mano, la tomo como si confiara en ella y me lleva a una hermosa laguna donde la luna resplandece. —Me equivoqué al darte como mate a Roberto pero remedia re mi equivocación y te daré otro amor—. —No quiero otro amor, no creo poder confiar en otro hombre—. —Lo se pero él tendrá que ganarse tu confianza y tu amor se que lo hará—. —Si lo rechazo, ¿que pasara?—. —Su descendencia perecerá al igual que pasara con la de Roberto si decides acabar con esa vida, con mi hijo—. —¿Como sabes eso?—. —Lo se todo Emily, quiero que tengas a ese niño que llevas en tu vientre, se que ya tomaste tu decisión y quiero que recapacites de ella, él no tiene culpa de nada, se que lo amarás como yo amo a cada uno de mis hijos—. —¿Acaso eres la diosa que tanto los licántropos adoran?—. —Así es soy la diosa Luna... Antes de irme te diré algo tendrás que elegir si amar u odiar, elegir el bien o el mal la decisión es toda tuya—. —¿elegir por que tengo que elegir?—. —Porque yo no soy la que escribe tu destino, eres tú la que lo escribe y no, eso tenía que suceder para que te conviertas en la mujer que serás, para que le des los verdaderos valores a mi hijo y no discriminar ninguna r**a, ya lo comprenderás pronto—. Con eso se fue alejando y desapareció en un destello de luz. Fin del sueño. Despierto del sueño raro y con algo en mente, «si tengo que elegir, primer obtendré mi venganza» eso nadie me lo va sacar de la cabeza. Al día siguiente me levanto sin ánimos tal vez hoy hablé con mis padres y hablar sobre mi embarazo dudo que ellos apoyen el aborto. Me ducho y me visto con un short de mezclilla y una blusa rosa palo de mangas larga, bajo a preparar mi desayuno un plato de cereal no me caería mal, busco un tazón y me sirvo el cereal con leche. Al terminar voy a los columpios pero no es igual, así que me voy a mi guarida, me acuesto en mi cama y pienso en ese sueño, yo no quiero un nuevo amor, lo único que quiero es dejar de existir, por más que le doy vuelta al asunto de mi embarazo, aún es algo que no logro aceptar, no me hago a la idea de darle un hijo a ese perro sarnosos. Escucho ruidos abajo supongo que ya mis padres llegaron he dejado mi puerta abierta, para por fin verle las cara, tengo casi cincuenta y dos días que no los veo. —Emily mi amor que bueno que tienes la puerta abierta, no sabes cuánto te echado de menos no me castigues así—. Dice mi madre sentándose a mi lado donde estoy acostada. —No vuelvas a encerrarte así por favor Emily—. Acaricia mi cabello. —Lo hago si tu no vuelves a mentirme, ya no soy una niña mamá—. Le digo mirándola los ojos. —Te lo prometo mi amor—. Me mira de pies a cabeza. —Emily no te estás alimentando bien verdad, estas demasiado delgada—. Pregunta con tono triste. —Te haré tu comida favorita, voy a recoger tu ropa—. Asiento. Ella se va al baño y me giro al otro lado, abro los ojos como platos. —¡Emily Cristal que significa esto!—. Dice con tono enfadado. —No hablamos de esto Emily mírame—. Me volteo para enfrentarla. —No te hable del cuidado que deberías tener al tener relaciones sexuales, estas ¿embarazada?, porque no le dijiste a ese chico que usara protección o mejor aún por que no me lo presentaste antes de involucrarte con él, Emily en que pensabas por Dios eres una niña aún—. Me mira de una forma que no sabría describir. —Lo siento mamá yo.... No continuo por que levanta la mano para que no siga. —Ningún lo siento Emily, carajo te hable de esto y las consecuencias—. Grita pero no estoy dispuesta aguantar un regaño de algo que no soy culpable. —Ya basta mamá... ¿En que momento le dices a tu violador que se coloque un preservativo?—. Le grito, me mira y se lleva las manos a la boca. —¿Que dijiste?, ¿que fuiste que?—. Así no era como quería que se enteran. —¿Emily mi amor dime qué escuché mal?—. Pregunta mi padre desde la puerta. —¡Oh! Mi amor no me imagino por lo que habrás pasado tu sola, cuanto lo siento yo—. Niego. —Debí estar para ti, debí cuidarte más—. Dice mi madre entre lagrimas. —Todo esto es mi culpa debí ir tras de ti, debí recogerte como lo prometí, pero quise darte tu espacio—. Mi madre llora y mi padre da vueltas como un león enjaulado. —Esto lo voy arreglar te lo prometo amor—. Dice mi padre. —¿Que vas hacer papá tu no puedes hacer nada?—. Le digo con más enojo que el de antes. —Hablare con él Alpha, él encontrará al culpable—. Niego. —No papá no vas hablar con ese hombre—. Me levanto de la cama soltando a mi madre, si su hijo es así no quiero imaginar cómo es él. —No quiero que hables con nadie, no quiero que nadie sepa de mi embarazo—. —¿Que piensas hacer Emily vas a dejar que ese hombre se salga con la suya?—. Si supieran que ese maldito esta por encima de todo esto. —¿Y que más puedo hacer mamá?, tú ni nadie pueden hacer algo—. Digo cabizbaja. —¿Por favor no le digan a nadie prometan lo—. Los miro a ambos y ellos se miran. —Esta bien pero si no quieres que nadie se entere no te la vas a pasar encerrada aquí—. Comenta mi padre abrazándome igual que mi madre. —Tu papá tiene razón no puedes estar encerrada nueve meses aquí—. Lo Secunda mi madre. —Será mejor que te vayas con tus abuelos—. Escuché mal. —¿Que como que van a mandarme al otro lado del mundo así nada más—. Me separó de ambos. —Ya veo les avergüenzo verdad, es eso que sus amigos se enteren que fui violada y que además estoy embarazada—. Los miro con enojo. —No cariño acabas de decir que no quieres que nadie se entere y esa es la única forma—. Mi padre tiene razón el pueblo donde viven mis abuelos es un lugar muy recóndito que casi nadie sabe de su existencia. —Podrás estar tranquila y llevar tu embarazo en paz—. Lo miro como si le hubiera salido otra cabeza en el cuerpo. —Yo no quiero tener este bebé no lo quiero—. Aprieto los puños con ganas de golpear mi vientre pero no puedo, él no tiene culpa. —No digas eso Emily ese bebé no tiene culpa, mi amor promete que lo tendrás yo lo voy a criar como si fuese mío—. Dice mi madre con los ojos acuoso. —Y yo ¿que?—. Pregunto al aire. —Tu siempre serás mi bebé, mi niña, mi todo—. Me mira con ternura. —Siempre mi amor—. Dice mi padre abrazándome a mi y a mi madre. —Esta bien me iré con los abuelos y quiero irme cuanto antes—. Me siento en la cama. —Pero con respecto al bebé lo pensaré no quiero saber que tengo un hijo hermano o hermano hijo—. Los dos se me acercan y me abrazan. —Iré a encargarme de ello antes que salga Eva—. Dice mi madre depositando un beso en mi coronilla. Mi padre me envuelve en sus brazos y yo lo hago también he extrañado tanto sus abrazos. —¡Oh! quiero que te vistas muy hermosa, esta noche cenaremos en familia, la pasaremos en familia hasta que te vayas—. Sentencia mi madre. Miro a mi padre quien se encoje de hombros. —Ella manda—. Es verdad papá siempre decía que mamá mandaba. —Ya sabes muy hermosa—. Deposita un beso en mi cabeza y sale. —Iré a ver qué no compre un boleto tan barato—. Niego. Mamá es de las personas que le gusta economizar. Al caer el atardecer me baño y busco un vestido para ponerme será mis últimas hora con mis padres, aún no se para cuando será el vuelo, espero que sea para mañana. Me pongo un vestido corto en color celeste con una cinta negra en la cintura, unos tenis blanco y como ya estoy peinada bajo. —Te ves hermosa hija—. Me halaga mi padre. —Gracias papá—. Los miro a los dos se que los extrañare mucho. —Siente se señorita—. Dice mi padre al abrir la silla para que tome asiento. Nos sentamos y mi madre nos sirve la comida, luego toma asiento ayudada por mi padre, estamos degustando la especialidad de mi padre, se que fue él quien cocino, aunque mamá haya dicho que iba a cocinar, a ella no se le da como a papá, todo es silencio y me gusta no quiero que hablemos de nada. —Gabriel como va todo con tu trabajo ya terminaron con los anexos—. Habla mi madre rompiendo el silencio. —Bien... El anexo es para el futuro Alpha al parecer encontró a su mate y están pensando tener un hijo—. Comenta mi padre y casi que me atragantó con el pedazo de carne que estaba masticando. —¿Estas bien mi amor?—. Pregunta al verme toser, asiento. —Si papá Podríamos por favor no hablar del Alpha o él futuro por favor si—. Él asiente. —Bueno como te vas pronto amor mañana vamos a tu lugar favorito y haremos un picnic te parece—. Asiento y le agradezco a mi madre que tocará otro tema. Si fuera antes ya me hubiera sacado la madre saltando por toda la casa pero ahora nada me emociona. —¿Y cuando me iré?—. Pregunto los dos me miran y luego se miran entre sí. —Te iras.... Me miran con cara de tristeza y yo me muero por saber cuándo me largo de aquí.
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