PROLOGO

497 Words
¿Alguna vez han escuchado la frase las penas con pan son buenas?, pues Ann Jonhson  si la escuchaba y muy seguido ya que cuando era niña su  abuela se lo decía a su mi madre sobre todo cuando la veía triste o con algunos problemas, su abuela horneaba unas deliciosas galletas de canelas con miel y un chocolate caliente, para consolarla;   posteriormente su  madre se lo decía a las personas que la rodeaban, dándoles una cálida sonrisa o bien a ella haciéndole las mismas galletas que le hacia su madre junto con un chocolate caliente.  La madre de Anna amaba cocinar,  asi como la repostería, era una excelente madre y esposa, lamentablemente murió muy joven debido a un parto prematuro, muriendo tanto hijo como madre el mismo dia. El padre de ella se volvió a enamorar y se caso, dándole a Ann una nueva  y segunda madre, pero era muy lejos de eso ya que la nueva esposa, era una persona codiciosa asi como frívola, solo se preocupaba de lo que dijera la sociedad, asi  fue como creció Ann con un padre ocupado en los negocios y una madrasta que la maltrataba cuando el padre no estaba. Al pasar el tiempo, tuvo una hermana, una hermosa niña con mejillas regordetas y rosadas, su cabello como el color de la miel, era la luz de los ojos de su padre  por lo tanto ya no  adoraba a su primogénita  como antes,  no es que Ann fuera fea o mala hija,  más  bien por que la esposa lo llenaba de intrigas y habladurías;  asi fue como su niñez, y adolescencia, fue triste y solitaria,  aun asi lo soporto por el amor a su padre, pero nunca pensó que el al final la traicionaría yendo en contra de sus sueños y obligándola a casarse por conveniencia a sus 20 años.  A pesar de que no conocía a su prometido ni tampoco lo amaba ella lo hizo  por la presión familiar, aunque con el tiempo ella albergo un sentimiento hacia él, pero las intrigas y desconfianza hizo que no funcionar su matrimonio, divorciándose a los tres años de casados.  Aun así nunca se rindió y persiguió sus sueños,  diciéndose una y otra vez que las penas con pan eran buenas, cual fue su sorpresa que esa frase la ayudo a ferrarse a encontrar la felicidad y el verdadero amor.  Ya que una contrapartida posible de este refrán que tanto decía su abuela  sería que las penas en pobreza son peores, pues sin dinero u otros recursos, la aflicción crece y se torna más difícil de soportar, con el estómago lleno, es más fácil de sobrellevar. Pese a las  situaciones, pese a los contratiempos y los infortunios, y algunas pobrezas por las que paso ella aprendió  que los duelos o problemas son más llevaderos si tenemos un pan  en el estómago, siguiendo la tradición de la abuela ella abrió un café gourmet haciendo galletas de canela con vainilla y chocolate caliente.
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