Capítulo veintidós ¿A donde vamos? Desde que entre en el deportivo no ha dicho una sola palabra y solo se dispone a conducir sin rumbo alguno. ¿Será que por error me monte en el carro de alguien más y mi cerebro me hace ver que es él porque estoy tan enojada que no puedo dejar de pensarlo? Volteo a verlo de reojo, pero inmediatamente sigo con la vista al frente por notar como él también giro al mismo tiempo que yo haciendo que ambos chocáramos miradas. Suspira —No podemos seguir de esta manera, Xochi, tenemos que arreglar las cosas. Vaya, si es él, su voz me lo confirma. —Bien, te escucho, Jayden —me aferro al cinturón de seguridad y levemente me vuelvo hacia él para prestarle atención. —¿Yo? ¡Pero si fuiste tú la que se tomo todo a mal! Achico mis ojos indignada —Todavía

