Pero esa afirmación había estado equivocada, es cierto, nadie en la tripulación, ni los soldados, ni siquiera Nilu se había atrevido a molestar en esa velada, pero el clima no obedecía ninguna regla.
El viento furioso meneó la embarcación más de lo usual, el agua saltaba la barandilla empapando por completo la cubierta, pero eso no fue todo, una criatura de gran tamaño estaba bajo el agua, esperando alguna clase de señal para saltar o atacar a los viajeros.
Si, era eso, esperaba una señal de alguien en algún lugar mientras nadaba cerca de la superficie, rozando el área inferior del barco. Pero eso terminó pronto, la criatura se elevó, su gran tamaño le permitió llegar hasta la barandilla de la que me sujetaba con fuerza para no salir volando de la embarcación. Me miró de frente, sus ojo
