En el siguiente almuerzo con la reina, el príncipe fue convocado para asistir a acompañarnos esta mañana, ya no usaba más la máscara frente a mí y eso me agradaba bastante. Me gustaba su semblante alegre, bromista y al mismo tiempo respetable, perderme en las lagunas azul cristalino de sus ojos y la nieve en su cabello era mi actividad preferida al encontrarme con él en cualquier situación, y eso muchas veces era contraproducente, no podía concentrarme y no podía hablar con claridad muchas veces. Esa mañana se sentó a mi lado y la reina nos habló sobre el próximo banquete. -No será un banquete como cualquier otro -hizo una pausa para asegurarse de que prestábamos atención -como saben, los hombres de la corte tienden a influenciar mucho en las decisiones del rey, es por eso que debemos ser

