Una vida de mentiras
"Corre hija, corre", mamá me arrastra hacia el sótano y abre una puerta escondida en el suelo, "princesa, creo que sospechan quién eres", me dice arrancando su collar y poniéndolo alrededor de mi cuello, "prométeme que nunca te lo quitarás".
"Lo prometo mamá", estoy asustada.
"Hija, escucha a mamá, no tenemos tiempo, este collar te protegerá pero también evitará que te transformes en tu loba, ocultará tu olor, pero como consecuencia no sentirás el olor de tu predestinado, así que es muy importante hija, solo quítate el collar cuando el prometido de la luna y tu protector vengan a ti, solo quítatelo cuando estés segura y protegida por personas que te aman", algo se rompe arriba, mamá me abraza y susurra "quédate aquí".
Eduarda se despierta asustada, con sudor corriendo por todo su cuerpo y lleva la mano al medallón de su madre. En el último mes ha tenido este sueño casi todos los días.
Se sienta adolorida por la paliza que recibió el día anterior, había derramado jugo en la camisa de su prima sin querer.
Después de que sus padres murieron en un ataque de lobos despiadados, ella y su hermano fueron criados por su tío Pedro, hermano de su padre, ya que su madre no tenía familia y estaba sola en el mundo hasta que conoció a su padre.
Su tío era un buen hombre que siempre la trataba bien, pero nunca se quedaba en casa, ya que trabajaba para los reales, así es como llamamos a los seres más fuertes de nuestro mundo, a diferencia de la mayoría de nosotros, cuando se transforman, no asumen la forma de un lobo, asumen la forma de licántropos, criaturas enormes que son una mezcla de lobo y humano y que son tan poderosos que uno solo puede acabar con un grupo entero de lobos normales. Se dice que el más poderoso de todos tiene solo un año más que yo y que, a diferencia de los demás, puede transformarse tanto en un licántropo como en un lobo n***o gigantesco, y también se dice que es cruel, que tanto poder lo ha vuelto un poco incontrolable y que no le da una segunda oportunidad a nadie. Todos conocen la historia de la loba que de alguna manera logró fingir ser su compañera, pero en el acto de consumación del vínculo, la forma de licántropo del príncipe la destrozó sin piedad.
Su tío forma parte de la guardia del reino y pasa la mayor parte del tiempo viajando para supervisar las manadas alrededor del mundo.
Su hermano, que solo era un año mayor que ella, también la amaba y la protegía. Eduarda fue relativamente feliz mientras su hermano vivía con ella, pero el año pasado él fue elegido para ir a la academia del reino y aunque le llamaba todos los fines de semana, Eduarda decidió ocultarle a su hermano y a su tío el infierno en el que se había convertido su vida desde que su hermano se fue.
La academia real es una especie de escuela y universidad donde se aprenden todas las materias normales, incluyendo una profesión que puede o no estar relacionada con el mundo de los licántropos, pero también reciben el entrenamiento físico y mental más cruel. Los jóvenes que se gradúan de allí son los más poderosos y se les asignan cargos de confianza en el reino o como alfas y lunas de otras manadas.
El primer día de cada año, los jóvenes de 13 a 18 años que quisieran ir a la academia ponían su nombre en el sorteo. Todos los años se elegían cuatro jóvenes de cada manada.
El año pasado, Joshua, el hermano de Eduarda, fue uno de los elegidos. Ella se asustó cuando escuchó el nombre de su hermano, ya que la academia era una especie de juegos del hambre y es común que los lobos más débiles mueran durante el entrenamiento.
Aunque Eduarda siempre supo que su hermano era especial, después de todo él llevaba sangre alfa y tenía una característica muy rara para los lobos: se transformaba en un enorme lobo n***o de ojos azules. Lo normal es que los ojos de los lobos sean negros o rojos, y él tenía una mancha blanca alrededor del ojo derecho, además de que su cola era completamente blanca. Si bien los ojos ya eran raros, tener pelo blanco, aunque fuera en pequeñas cantidades, era extremadamente raro.
"No te preocupes, Duda, me convertiré en el más fuerte allí", le dijo cuando vio el miedo en el rostro de su hermana, "y algún día vendré a buscarte para vivir conmigo dondequiera que me asignen. Espera y verás, hermanita, papá estará orgulloso de mí".
Pero ahora Eduarda sabía que sería imposible para su hermano cumplir esa promesa, ya que había contraído un vínculo de alma con el príncipe monstruo, como se le conocía.
Para convertirse en un beta o gamma de un alfa, no era solo cuestión de ser amigos, como muchos pensaban, también sufrían un vínculo de alma, aunque no tan fuerte como el de los compañeros, pero existía.
Entonces su hermano se convertiría en el beta real cuando el príncipe asumiera el trono.
Eduarda estaba feliz por su hermano, pero sabía que sería imposible que estuvieran juntos.
En su opinión, no tenía nada de especial, era débil como un humano. Solo había sentido la presencia de su loba una vez cuando tenía ocho años, que es cuando aquellos con sangre alfa en nuestra especie se transforman por primera vez, pero ella no se transformó, solo sintió que estaba dormida.
Y precisamente por eso se convirtió en objeto de burlas y crueldades, lo cual empeoró cuando su tío se casó con Susan, y ella y su hija Betany, una chica de la misma edad que Eduarda, fueron a vivir con ellos.
El tío pensaba que estaba haciendo lo correcto por Eduarda, para que no se quedara sola, ya que había perdido a su compañera en el mismo ataque en el que murieron sus padres.
Pero Susan y Betany trataban muy mal a Eduarda, decían que era horrible, que olía mal, que era débil. Luego, cuando se dieron cuenta de que Eduarda no iba a quejarse con nadie, comenzaron a golpearla y a hacerla trabajar como sirvienta.
Al principio, el tío pensó que Eduarda estaba enferma, pero Susan lo convenció de que ella estaba deprimida por la partida de su hermano.
Eduarda ahora solo usaba ropa holgada y fea, y a veces se frotaba tanto en la ducha que su piel sangraba, ya que su psicológico estaba tan destrozado que realmente creía que olía mal y era horrible.
Toc, toc, alguien llama a la puerta y Eduarda se asusta, porque sabe que si no se apura en hacer el desayuno, habrá consecuencias, y como no puede acceder a los poderes de su loba cada vez que la lastiman, tarda días en sanar.
"Ya estoy despierta, el desayuno estará listo pronto", dice y corre para vestirse.