Lyssa Monrrou
Rayos de luz se colaban por mi ventana y daban sobre mis párpados. Abrí lentamente mis ojos y punzadas tomaron lugar en mi cabeza. Aturdida permití que mis ojos se adaptaran a la luz solar y miré a mi alrededor. Todo se sentía desconocido, como si estuviera en medio se un luminoso sueño.
Había una mano masculina sobre mi abdomen, blancas sábanas, paredes desconocidas y una mesa de noche que seguramente valía el triple de la que tenía en mi habitación.
Una sola pregunta recorrió mi mente: ¿Qué pasó anoche?
¡Había dormido con un chico!
Quité su mano con brusquedad y me giré a enfrentarlo. Retrocedí al ver su rostro hasta que no hubo cama y mi cuerpo impactó el frío suelo.
Mi garganta se secó y las palabras se desvanecían mientras en mi cabeza se creaban miles de pregunta
