Los ojos de Adara brillaron llenos de esperanza, cinco minutos...cinco minutos que esperaban sirvieran para recuperar el amor de Alexander, sabía que ahora estaba casado, sin embargo, también sabía que o podía amar a su esposa, seguramente Alexander se había casado con la finalidad de castigarla, una dura manera de sancionar su engaño, colocándo su anillo en el dedo de otra y dandole a esa, el lugar que le correspondía a ella en su vida. —Gracias— le dijo con una debil sonrisa— ¿A dónde vamos?— preguntó. —A ningún lado, pero tampoco podemos quedarnos aquí a la vista de todos los curiosos, asi que sube al auto, aprovecha tus cinco minutos, di lo que tengas que decir y...—tensó la mandíbula— luego, desaparece de mi vida, Adara Black.—lo vió tensar la mandíbula, y por primera vez en todo aq

