Narra Nahuel Escuché los gritos de papá y mamá discutiendo. Suspiré acomodándome en mi cama. Hace una semana que no dejan de pelear por lo mismo. Odio escucharlos gritarse, nunca habían estado así. De repente, mi celular comenzó a sonar, lo agarré y lo miré, era Lean. Suspiré de nuevo; no quiero hablar con él, sigue doliéndome como me trató el sábado. Sigue doliéndome que mamá y él me traten como un retrasado. Corté la llamada dejando el celular en la cama. Después de un rato, el celular volvió a sonar, suspiré sabiendo que era mi hermano llamándome de nuevo. La última vez que hablé con él fue después de que me gritara el sábado pasado. Corté de nuevo la llamada, pero volvió a llamarme. Decidí cortar otra vez y poner en silencio mi celular para que no me moleste. Cuando dejé el celular e

