La cena Benéfica

1046 Words
El Sr. Min me mira de pies a cabeza y me dice : —¿Talla? —Yo de por si ya estaba incómoda con su mirada puesta sobre mi. —Tranquila —Me dice sonriendo—Es para conseguirte ropa adecuada para la noche de gala. —¡Oh! —Dije, de forma relajada, ya de por si me estaba incomodando, pero afortunadamente el hombre me aclaró a tiempo. Más tarde que terminé de impartir lecciones de español, un joven coreano se acercó a mi, se veía que en cuatro semanas se había esforzado mucho, por que de eso se trata en la vida, si te esfuerzas, tienes tus resultados, pues me dice en un español bastante fluido. —"¡Hola soy Jiny, soy de Busan!" —Hola Jiny—Le devuelvo el saludo, él titubea por un momento y dice. —Sales del trabajo, a casa, quisiera invitarte a un karaoke, para que te distraigas. "Lo siento mucho por su buena intención" pensé, pero yo no estaba aquí para ligar, es muy bueno en mi récord de trabajo al haberme desempeñado en otro país, pero hasta ahí. Mi intención al aceptar venir aquí no es encontrar novio, pensé. En verdad chicas, yo no estoy en este país para ligar un novio. ☜ (↼_↼) —"Lo siento" no puedo—Le contesto. Esta noche ya tengo una invitación—Él queda algo aturdido y me mira desilusionado. En eso entra el Sr. Min y me entrega tres cajas. —Son tres vestidos distintos—dice sonriendo, puedes elegir usar cualquiera de las tres. —¡Wow! —Dije yo... pues era una gran sorpresa para mi que el Sr. Min se esmerara tanto en mi vestimenta. El joven que hace un momento me había invitado a un karaoke, como que comprendió del por qué no acepté su invitación, se retira despacio, yo lo vuelvo a ver y le digo. —¡Hey, será en una próxima vez que vaya al karaoke, ya había aceptado salir con el Sr. Min, pero te aseguro que antes que me toque volver a mi país, saldré al karaoke!. El medio asiente sorprendido, pues supongo que creía que lo había menospreciado por preferir a mi jefe. Aclarado ya el asunto, el hombre se fue, y mi jefe dice. —Ahí hay un baño, vendrá un maquillista a maquillarte aquí mismo, elija con libertad cualquiera de los vestidos—Me dice y me entrega tres cajas con alhajas, úsala conforme a tus gustos. Entro al baño, el jefe se va, así que cuando recordé que él ni mi talla se sabía, volví para preguntarle, pero ya se había ido. Cuando al fin me bañé y me sequé, estaba envuelta en una bata, tocan en la puerta y digo adelante, aparece un maquillista de talla internacional. —Hola —me dice, lo cual me sorprende—Te voy a maquillar, ¿como te gustaría, cargado, medio o apenas perceptible?—Le sonrío y le respondo. —Usted es el experto, déjame de tal forma que me vuelvan a ver más de una vez. —El maquillista se ríe de mis palabras, y asiente. —Bueno... chica seductora, a quién quieres colarte, mmm. —Dije carcajeándome. Mi mente empieza a volar, y él repite. —Vamos, vamos que el nombre del hombre que digas para ligar, se te va a ser realidad. Y pues yo suelto el nombre, mmm... —Al actor Lee Yoo —Si ya lo dije, total es solo bla, bla, bla, esto que estoy desgastando mis palabras al aire, y con una persona que ni conozco. Al rato de estar maquillándome, dice el maquillista —Chica coqueta, con ese cuerpo y con esa cara tú conquistas hasta la galaxia entera. —Me dice el Sr. Maquillista, ya sabes, era gay pero excelente en lo que hacía, maquillar y sobre todo un ser con un carácter soleado. Yo le sonrió y le digo. —¡Pero que exagerado eres! —Mira, chica tu tienes unos labios carnosos y hermosos, un rojo brillante es sinónimo de pasión ardiente. ¡Flazh! ¿Lo quieres? —Pero... pero, ¡yo no tengo planes de atrapar a nadie! Por mi estará bien si es presentable, pero sin llamar tanto la atención. —Le aclaro e igual él insiste en que tengo unos preciosos labios. Dicho y hecho, Mis amigas, él me dejó con los labios rojos, roja pasión, me ayudó a elegir el vestido, era blanco, el otro vestido era un azul marino, y el otro era un dorado plateado, brillaba como las mismas joyas. Salí vestida de allí con el vestido blanco ceñido en todo mi cuerpo, bordados por los hombros y brazos, tenía la espalda semi abierta mostrando mi espalda. También de las alhajas elegí usar una bastante fina y casi sin notar solo llevaba bolillitos de esferas brillantes una alejada de las otras. —¡Ahí, estas perfecta mujer! —Me dice el señor—¡Vaya vaya, nunca me dió tanto gusto maquillar a alguien, lo disfruté! —Dice el hombre sonriéndome. —¡Y yo agradezco mucho todo tu esfuerzo!—Le respondo agradecida. —Eres un amor, ¿sabías? —Le pregunto en broma—No—Me contesta entre risas. —Mis novios insensibles no me dicen cosas lindas, a como tú! Cambiaré de bando por ti—Me bromea. Yo carcajeo con este ser tan divino, no creo que alguien se aburra estando cerca de él. Cuando aparece el Sr. Min me haya entre risas con el maquillista, él frunce el ceño levemente, pero luego pune su cara habitual. —¡¿Me dejas decirte que pareces una diosa?!—Pregunta el señor Min. _¿Te dejo? Ya dijiste—Le sonrío a él.—Me sentía algo rara, me gusta mantenerme de bajo perfil. El se ríe, de pronto dice—Tengo 32 años, y mis padres insisten en que ya debo casarme!—Su comentario no venía al caso. No entendía por qué él estaba tocando este tema tan personal, yo estaba ya bastante incómoda. Digo y lo sostengo, no quiero novio o algo a lo que se parezca a eso. Mis tías tienen culpa de eso, se los cuento más adelante.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD